FYI.

This story is over 5 years old.

Sentido común

Guía práctica para hacer regalos navideños sostenibles en 5 pasos

Pensando en los regalos de Navidad, acá una serie de criterios que nos ayudan a elegir regalos que estén en el lado "verde" del espectro

No soy fan de la Navidad. Es más, me da un poquito de pereza. No la odio —no es para tanto— pero entre cantar villancicos y esconderme de ellos, prefiero lo segundo. El componente religioso decembrino no me mueve nada (yo no soy religiosa), y llevo un tiempo esforzándome por tener una vida tan sostenible como esté en mis manos: ser una consumidora tan responsable como sea capaz. Por eso, el consumo frenético, la pólvora, el exceso de luz y las montañas de basura me ponen un poco nerviosa. Pero insisto: no la odio… de hecho estoy convencida de que la Navidad puede tener una cara diferente si nosotros se la ponemos.

Publicidad

Para empezar a cambiarle un poco la cara, quería proponer una lista de regalos sostenibles… pero "sostenible" es una palabra tan —mal— manoseada, que a veces es difícil saber de qué estamos hablando cuando la usamos. Por eso se me ocurrió que era mejor idea pensar en una serie de criterios que nos ayuden a elegir regalos que estén en el lado "verde" del espectro. Aquí van:

1. Comprar en el negocio de la esquina

Ojo, hay que indagar más allá del lugar exacto en el que uno está comprando: hay cosas que se venden en tiendas locales pero que fueron fabricadas en condiciones dudosas al otro lado del mundo.

Desde los productos de uso cotidiano que generan desastres ecológicos, hasta las prendas de vestir que promueven la explotación laboral en Bangladesh, las compras navideñas son como un campo minado para el consumidor responsable. Lo bueno es que una de las maneras más sencillas de resolver el problema es acudir al comercio local.

Maravillas locales hay para todos los gustos y presupuestos: ropa de diseñadores, camisetas estampadas, piezas de artistas, fanzines y libros, serigrafías, muebles, lencería, cuadernos, plantas, gafas y productos de cuidado personal. Siempre es muchísimo mejor gastarse la platica en talentos locales que apuestan por la producción responsable en lugar de seguirle llenando los bolsillos a las multinacionales que se están tragando al mundo (y dejando a los locales sin trabajo). Además, habiendo tanta, tanta gente haciendo cosas geniales en sus tallercitos de barrio, es realmente un desperdicio irse a comprar los regalos a una tienda estándar por departamentos donde uno va a encontrar lo que todo el mundo le está regalando a todo el mundo.

Publicidad

2. No financiar la muerte de animalitos

Un regalo puede ser todo lo local que uno quiera, pero si está hecho con la piel de un animal en vía de extinción, obviamente ya no es sostenible ni responsable. Los materiales renovables y biodegradables (algodón, lino, maderas cultivadas, papel, cartón) son una buena elección, sobre todo cuando han sido bien seleccionados y utilizados en productos de buena calidad que apuestan por una larga vida útil.

3. Escoger algo que dure

No podemos saber con certeza el futuro que le espera a un regalo, porque la idea es precisamente que salga de nuestras manos y vaya a parar a las manos de alguien más. Sin embargo, eso no quiere decir que no podamos al menos preguntarnos cosas básicas, por ejemplo: ¿está diseñado para ser obsoleto?

Lo ideal sería buscar cosas duraderas, atemporales —que no van a pasar de moda en un mes— y que sean fácilmente reparables. Que si se daña sus partes se puedan reutilizar, que sea biodegradable o, si no hay de otra, que al menos sea reciclable (aquí la tarea se pone difícil, porque "reciclable" no significa que en todas partes se pueda reciclar).

4. Regalar algo que abra la mente y que sea parte de algo más grande

Con un regalo local promovemos la economía local, pero podemos pedir todavía más. Algunos objetos como los libros, las libretas de dibujo, los kits de jardinería, promueven el hacer y el pensar; así, quien recibe el regalo evita perderse en el zapping para hacer algo que de verdad lo enriquezca.

Publicidad

Otros regalos apoyan proyectos o iniciativas que los convierten en más que simples objetos. Hay todo un catálogo en este sentido: artesanías hechas en alianza con poblaciones vulnerables, ropa que en su producción apoya a las madres cabeza de familia, objetos cuyas ganancias se destinan a refugios de animales, experiencias y viajes que ayuden a financiar la protección de ecosistemas. Si los regalos que seleccionamos promueven cosas que van más allá de la economía, el consumo —que no es igual que el consumismo— puede dejar de ser parte del problema y pasar a ser parte de la solución.

5. ¿En serio hay que dar ese regalo?

Esta es la pregunta más fácil y más difícil de todas. Puede parecer una bobada, pues es obvio que si vamos a comprar un regalo es porque lo queremos dar. Pero siendo como somos, ¿cuántos regalos damos por puro compromiso? ¿Cuántos van a resultar siendo guardados por años hasta que terminen re-regalándolos o tirándolos a la basura?

Yo creo que hay que dar sólo regalos que de verdad se quieran dar. Elegirlos con cuidado y con mimos, como si fueran para uno. Hay que hacerle desobediencia civil al regalo por compromiso y dedicar nuestro tiempo y nuestra plata en cosas bien seleccionadas, en regalos que se den y se reciban con ganas. Sino, ¿para qué?

Cada regalo es una pequeña extensión de lo que nosotros somos y lo que le queremos decir a las otras personas. Los regalos hablan, y nosotros tenemos control casi absoluto sobre lo que queremos que cuenten de nosotros, y también sobre lo que promovemos con la plata que pagamos (o dejamos de pagar) por ellos.Bien dicen por ahí que cada peso que uno se gasta es un voto por el tipo de mundo en el que uno quiere vivir.

Para mí, un regalo de Navidad ideal diría que somos buenos observadores, avispados, responsables, que somos personas conscientes y preocupadas por el futuro de la humanidad y de la Tierra. Serían regalos que sirven para algo más que cumplir con un compromiso, y que de paso nos devuelven un poco la fe en la humanidad. Perdón, en la navidad. O bueno, en las dos. ¿Será que es mucho pedir?

Ilustración por: Seniorita Polyester

A Mariana la encuentras en Twitter como @marianamatija, en Instagram como @marianamatija y su blog eswww.cualquiercositaescarino.com