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Chile avanza hacia la legalización del aborto y la unión civil entre personas del mismo sexo

La presidenta Michelle Bachelet tiene suficientes votos en el Congreso como para aprobar los cambios a pesar de la oposición por parte los defensores de las leyes de la era de Pinochet.

En Chile, el gobierno socialista de la presidenta Michelle Bachelet ha conseguido en cuatro días algo que para muchos tomaría años: la aprobación de las uniones civiles entre parejas del mismo sexo y un plan gubernamental para despenalizar el aborto.

El 28 de enero, el congreso chileno aprobó una ley que autoriza las uniones civiles entre parejas del mismo sexo y Bachelet ha dicho que planea ratificarla.

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El sábado siguiente, la presidenta anunció un acto legislativo que introduciría al marco legal el así llamado "aborto terapéutico". Una definición limitada que solo contempla los casos en que peligra la vida de la madre, el feto tiene malformaciones o los embarazos que son fruto de violaciones.

La Iglesia Católica, muy influyente en Chile, rechazó con vehemencia el cambio de política respecto al aborto. En la actualidad, Chile es uno de los pocos países latinoamericanos que prohíbe el aborto en prácticamente todos los casos, una medida que viene de los últimos meses de la dictadura del General Augusto Pinochet.

"No podemos obligar a las mujeres a sufrir las graves consecuencias de no poder decidir (terminar un embarazo) a causa de una ley porque eso maltrata su dignidad, prolonga su sufrimiento y pone en riesgo sus vidas", dijo Bachelet durante la presentación del Acto.

Se trata de un giro notable para un país que ha sido considerado uno de los más conservadores de Sudamérica.

Hasta 1998 Chile aún tenía una categoría especial para los hijos "ilegítimos". El sexo entre hombres fue despenalizado en 1999 y sólo hasta 2004 el país legalizó el divorcio, siendo uno de los últimos países del mundo en hacerlo.

Se espera que los cambios propuestos sean implementados por la fuerte mayoría de Bachelet en el Congreso. Y la presidenta quiere más. En 2013 prometió durante su campaña la legalización del matrimonio gay, un paso que ya han dado otros países del vecindario como Argentina y Uruguay.

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Kenneth Bunker, un politólogo chileno, afirmó que la coalición Nueva Mayoría, liderada por Bachelet, le está permitiendo a la presidenta realizar las promesas hechas durante su campaña a la reelección, a pesar de costarle algunos puntos en los índices de favorabilidad.

"Desde el regreso de la democracia en 1990, ningún Gobierno había adelantado una agenda legislativa tan rápido como esta administración". Le dijo Bunker a VICE.

Sin embargo, los anuncios fueron contestados con protestas y la acalorada oposición de la derecha conservadora y algunos grupos religiosos. Durante una sesión legislativa, un pastor evangélico de Viña del Mar interrumpió el debate y empujó a uno de los legisladores.

"No deberíamos haber cambiado el estatus de la unión civil", declaró en una entrevista el parlamentario conservador Jorge Ulloa. "El concepto de familia va más allá de dos personas porque la prolongación de la especie no es posible entre dos individuos del mismo sexo".

Activistas pro gay en Chile han aplaudido el voto a favor de la unión civil. Se espera que Bachelet firme el acto en marzo, lo que significa que las uniones civiles entre parejas del mismo sexo podrían empezar a darse seis meses después.

"Por primera vez en la historia de Chile dos personas del mismo sexo serán consideradas una familia", le dijo a VICE Luis Larraín, presidente de la fundación para los derechos de los homosexuales llamada 'Iguales'. "Ahora podemos sentirnos parte de la sociedad luego de tantos años sintiéndonos excluidos".

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La izquierda chilena también consiguió una victoria en términos de educación, un asunto que en los últimos años ha cobrado gran importancia política para los chilenos.

El 26 de enero el congreso aprobó una ley que prohíbe a los colegios privados y religiosos excluir a niños que no estén bautizados o que sean hijos de padres no casados.

Esta ley también fue rechazada por la Iglesia Católica. Sin embargo, promete ser el primero de varios proyectos que Bachelet enviará al congreso para reformar el sistema educativo del país tras las masivas manifestaciones que desde 2011 vienen haciendo sentir el inconformismo de los estudiantes chilenos.

Sigue a Nicolás Ríos en Twitter @nicorios.