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Comida

Científicos dicen que los alimentos probióticos son una pérdida de plata

Quizá no son tan buenos como crees. Quizá no deberías gastar tu sueldo en suplementos alimenticios con probióticos que prometen hacer de tus bacterias intestinales los bichos más felices del mundo.

¿Recuerdas los días en los que no se hablaba tan públicamente sobre la salud intestinal y los alimentos que la propician? Nosotros tampoco. Al parecer, la obsesión occidental por los bichitos microscópicos que habitan nuestro sistema digestivo sigue fuerte, creciendo.

Es verdad: lo que pasa en tu intestino puede impactar todo tu cuerpo y su funcionamiento, desde la claridad mental hasta tu peso. Así que, ¿qué hacer si tus bichos estomacales no son felices? La gente gasta su dinero en probióticos, que actualmente se encuentran en todo tipo de comida: chocolates, helados, bebidas hiperazucaradas, y hasta agua probiótica. Mierda, si quieres bombardear tu intestino con bacterias felices y simpáticas puedes escoger entre un montón de opciones. (Eso sin mencionar los alimentos fermentados, como el yogurt y el kimchee, que son naturalmente probióticos.)

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Sólo existe un problema con todos esos suplementos y alimentos probióticos con los que estamos llenando el carrito mercado: si eres una persona sana que sólo tiene la meta de volverse Gwyneth-Paltrow, pues estás echando toda tu plata a la basura. Eso es lo que dicen los autores de un nuevo estudio.

El estudio se enfocó en suplementos probióticos, pero no en los alimentos fermentados que son naturalmente probióticos como el kimchi. Photo via Flickr user Jin Li.

En éste análisis, publicado en el diario Genome Medicine, investigadores del Novo Nordisk Foundation Center for Basic Metabolic Research de la Universidad de Copenhage, estudiaron la eficacia de los productos probióticos. Analizaron la "microbiota fecal" de adultos sanos en siete pruebas aleatorias y controladas. Los participantes de las pruebas eran personas entre las edades de 19 y 88 años, y consumieron productos probióticos en forma de galletas, bebidas lácteas, sobrecitos o cápsulas, desde 21 a 42 días, dependiendo de la prueba.

El equipo de investigación descubrió "evidencia no convincente" de que los productos probióticos fueran efectivos, "a pesar de que [estos] se consumen en gran medida por la población general", advierte Nadja Buus Kristensen, autora menor del estudio y estudiante de doctorado. El análisis sistemático incluyó comparaciones del número de bacterias presentes en la microbiota fecal —o sea, en el popó—, y las diferencias entre los grupos que toman probióticos frente a los grupos que toman placebos.

Lo sentimos, bebedores de agua probiótica: de las siete pruebas, sólo una tuvo efectos significativos en la composición bacteriana entre las personas que tomaban probióticos frente a los que no.

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Esto no significa que los probióticos nunca hayan sido efectivos: estudios previos sobre el uso de probióticos para tratar padecimientos y enfermedades específicas mostraron un potencial en términos de su aplicación terapeútica. Pero si ya estás sano, probablemente no los necesitas. Para decirlo sin rodeos, son "una pérdida de plata", como dijeron los científicos daneses a The Guardian.

Probablemente eres débil frente a los brillantes encantos de los productos de salud alimenticia, a los que, francamente, muchos de nosotros somos. No olvidemos las marcas de comida que ponen la frase "sin gluten" en todo y cualquier cosa, o que, orgullosas, se declaran libres de transgénicos a pesar de que sólo venden comida que ni siquiera tiene genes.

Si tienes problemas con tu peso, niveles de azúcar en la sangre o bienestar gastrointestinal, no emprendas una guerra contra los probióticos. Pero si te sientes bien a diario, deja en paz a tu salud intestinal y disfruta un trago de agua sin probióticos.

Básicamente, lo que no está dañado, los probióticos no lo van a reparar. Este artículo fue publicado originalmente en Munchies, nuestra plataforma dedicada a la comida.