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Música

Califica tus discos: Los Elefantes ordenan sus álbumes del peor al mejor

En la celebración de sus 20 años, una de las bandas más legendarias de la escena ska disecciona cada una de sus placas.

De Los Elefantes se ha dicho que es la banda más legendaria del ska bogotano y posiblemente lo sea. Lo que sí es innegable es que es una de esas agrupaciones de paso obligatorio cuando se habla del género en el país. La misma que durante 20 años, y aún con su intermitencia, ayudó a escribir una página importante en la historia del ritmo jamaiquino que se reprodujo en estas tierras.

Lejos de la crítica social, la radiografía de sus días, los cantos contestatarios, los temas políticos y de empuñar un oda revolucionaria en sus temas, lo de Los Elefantes era más bien la descripción e inmortalización de los placeres rutinarios, de lo mundano y absurdo, de lo monótono y burlesco. "Guayabito", "Boca e' caiman", "Peche", "No tomo ron", "El Corazón", "No me quejo", "Opium Street", "Barrio Santafé", "Viva mijo, viva" y "Tócame ese Calypsa Huai", eran, hace 10 o 15 años, temas que hacían parte del soundtrack de una generación que se encontraba con ellos en compilados de ska colombiano junto a bandas como Batracios, Rey Gordiflón, La Severa Matacera o Mojiganga. Y así, poco a poco sus canciones se convirtieron en himnos que se brincaron y se cantaron de manera visceral por todos los asistentes.

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Hoy, dos décadas después, quisimos celebrar la historia de esta banda a través de su discografía y, para esto le pedimos a Hugo Corredor, elefante mayor y vocalista del parche que calificara los álbumes de la banda en orden ascendente (del peor al mejor), y acompañara en su descripción lo que significó parir cada uno de ellos.

¡Dale cuerda al Elefante!

5. La Chica de las Tetas Café (2005)

Este es un álbum de transición creo yo. Me parece que estábamos cerrando un ciclo en el que integrantes que llevaban muchos años tocando con nosotros ya estaban cansados y se querían ir. Algunos músicos que nos habían acompañado por mucho tiempo y que tuvieron mucha influencia en el sonido de la banda en el disco inmediatamente anterior, ya tenían muchas diferencias de opinión con respecto a cómo deberían sonar Los Elefantes. Creían que era el momento para hacer algo más comercial, más pegajoso, en el sentido de simplificar la música y volver más genéricas las letras, sin trabalenguas raros ni groserías. De hecho, una vez se fueron, en medio del proceso de grabación de este disco (que fue muy largo, por cierto), con Pablo (teclista de la banda) nos sentamos a analizar las canciones y tratamos de acercarlas de nuevo a lo que nosotros considerábamos debía ser un disco de Los Elefantes. No fueron cambios profundos, pero sí de forma. Y creo que se logró al final un buen trabajo, del cual salen algunas de las canciones que, en lo personal, más me gustan de Los Elefantes, pero que le faltó algo como obra total.

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4. Las Perolas de Motas (1999)

Este fue el primero, un disco auténtico, con más vísceras que técnica y que se convierte en un muy buen resumen de nuestros primeros años de trabajo. Creo que todo esto la gente lo supo valorar y por eso conectó muy bien con el público. Las Perolas dejó muy claro el estilo de la banda y de paso marcó una diferencia en lo que se venía haciendo en el género del ska en Colombia. Más allá de si fue un disco bueno o malo, creo que fue una producción diferente y por eso tuvo buena acogida. Este es el disco alberga dos de nuestros grandes éxitos, uno propio y otro una adaptación (Boca e' caimán y Peche), además de otras exploraciones en cuanto a sonido y géneros musicales. En lo personal me encantaría algún día sacar nuevas versiones de algunas de estas canciones. De hecho ya hicimos "El robo de las sandias" en versión con letra ("No me quejo"), para hacer ese experimento a ver qué tanto ha cambiado el sonido de la banda en estos años.

3. Grandes Éxitos de Otros (2014)

Este es mi disco favorito de Los Elefantes y estaría en el primer lugar si todas esas maravillosas canciones las hubiéramos compuesto nosotros. En este álbum cumplimos varios sueños a la vez:
1. Hacer un disco de covers, emulando a las grandes bandas de ska jamaiquinas de los 50 y 60, que adaptaban los éxitos americanos al sonido que enloquecía a la isla por aquellos días. 2. Hacer un disco doble con canciones vocales e instrumentales.
3. Explorar mucho más a fondo el sonido authentic del ska (por lo que en ocasiones se puede volver un poco monótono, hay que decirlo), pero que para un amante del género, sobre todo desde sus raíces en Jamaica, es todo un manjar. 
Para mí fue un verdadero reto cantar temas que se hicieron famosos en voces de artistas como Louis Prima, Elvis, Bola de Nieve o Frankie Vallie. Ese tipo de talento no se puede igualar o emular, por lo que la pretensión siempre fue hacer algo muy personal y propio: grandes canciones muy a nuestro estilo bogotano-skasero y que sonaran a Los Elefantes. Algunas letras las dejamos tal cual, pero otras las volvimos a escribir para que reflejaran más nuestro sentir y trasmitieran toda la elefantosidad necesaria. Este disco es increíblemente honesto y poco efectista. Fue grabado en el estudio personal de Pablo, en el mismo lugar donde ensayamos. Por lo que suena a lo que sonamos en vivo, y se disfruta de la misma manera.

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2. Chic Taiwan (2002)

Este tal vez es el disco más arriesgado y extraño que hemos hecho, pero a su vez el que mejor definió lo que sería el sonido de Los Elefantes de ahí en adelante. Veníamos de pegar varios éxitos con Las Perolas, y debíamos demostrar que no había sido un one hit wonder.  De ahí nace la idea de hacer la banda sonora de una película que aún no existía. Una película de gangsters de la cual teníamos el guión, pero que jamás pudimos terminar de producir por efectos de billete y tiempo. Así que nos concentramos en lo que mejor hacíamos que era la música y sacamos Chic Taiwan. Un disco bogotano a rabiar y con un sonido muy particular que estábamos encontrando. Con letras difíciles de descifrar, o por lo menos que dejaban muchas cosas a la libre interpretación. Este disco salió a la luz y tuvo una acogida reservada. Mucha gente que esperaba más de ese ska facilito, brincón y cervecero de Las Perolas, se estrelló con un disco con arreglos complejos, bloques oscuros y densos, y constantes interrupciones de audio que involucraban escenas de una película que nadie había visto, pero que nosotros asegurábamos era ganadora de una Palma de Oro en los premios Nijar (premios que por cierto existían, pero que habían sido creados por nosotros mismos, durante el colegio, para galardonar a la vieja más buena, al borracho más constante y este tipo de cosas). Entonces uno no podría decir que Chic Taiwan fue un éxito instantáneo, sino que más bien fue un hueso duro de roer, que hacía que la gente que se daba a la tarea de masticarlo, eventualmente encontrara un manjar delicioso que se podía disfrutar por mucho tiempo. Este disco para mí, fue el que trasladó a Los Elefantes de un lugar en donde están las bandas de moda y chiclosas, a donde viven las agrupaciones de culto. ¿Y fue algo que planeáramos? En lo absoluto.

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1. Capitán Latinoamérica (Quién sabe)

Este disco aún no ha salido. Sólo hemos dado un par de adelantos, pero lo quiero poner de último, porque siempre el último trabajo es (para uno) el mejor de todos. Ya veremos lo que piensa la gente.