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¿Por qué la gente se está muriendo al consumir éxtasis?

En casi todos los casos, la sustancia es la última responsable de la muerte de los consumidores. Conozca las verdaderas causas.

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Hoy, casi 50 años después de que Shulgin popularizara el MDMA (el componente activo del éxtasis) de una vez por todas, podemos decir que ha sido una de las sustancias más perseguidas de la historia reciente. El nombre completico es 3, 4-metilendioximetanfetamina, lo que quiere decir que pertenece al club de las anfetaminas y la feniletilamina (presente en bajas cantidades en alimentos como el chocolate), la cual actúa como neurotransmisora, clasificando esta droga dentro de las estimulantes, más específicamente las drogas empatógenas: esas que nos ponen todos emocionales y blandengues.

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Prohibida durante 1977 en Inglaterra y durante 1985 en Estados Unidos a pesar de todos los estudios de la época que afirmaban la utilidad de la sustancia para casos como el tratamiento del estrés postraumático, el MDMA empezó la lucha contra una campaña de desprestigio que continúa hasta el día de hoy. Y no estoy insinuando que la droga sea una especie de mártir psicoactivo ni mucho menos, pero hay que reconocer que cuando ocurre una muerte relacionada con el consumo de éxtasis, el despliegue mediático es muchísimo mayor a las millones de vidas que cobra el consumo de alcohol y cigarrillo, dos drogas que son legales desde hace décadas.

Pero no quiero empezar con la perotata típica de una defensora de sustancias psicoactivas, más bien vámonos a los hechos. Aunque todavía no hay cifras oficiales que nos cuenten exactamente cuántas muertes relacionadas con el consumo de éxtasis han ocurrido en lo que va del año, lo cierto es que varias personas han muerto en medio de fiestas alrededor del mundo: desde Australia hasta Filipinas, pasando por Inglaterra, Estados Unidos y hasta Argentina, con el sonado caso del Time Warp y los cinco jóvenes que murieron en el evento.

Muerte en la pista: 10 tragedias que marcaron el mundo de la fiesta

Lo primero realmente preocupante que hay que señalar de la mayoría de casos es la cantidad de menores de edad involucrados en estas muertes. Hace tan solo un par de semanas en Mánchester, tres niñas de tan solo 12 años estuvieron en estado crítico después de haber consumido "Teddy Bears", lo que parecía ser éxtasis en forma de ositos. Las tres niñas se encuentran estables y en recuperación después de lo ocurrido, rompiendo el triste récord de ser las personas más jóvenes en la historia de Inglaterra en haberse intoxicado con éxtasis o derivados de este. Y esto sucedió un mes y medio después de que Faye Allen, de 17 años, muriera también en Mánchester después de ir a su primer rave y consumir su primera pastilla, que tenía forma de Master Card y, según la policía, contenía el doble de dosis que un comprimido normal.

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Hasta lo que va de este artículo, me he dedicado a reiterar el hecho de que estas muertes están relacionadas con el consumo de la sustancia, no que son causadas directamente por esta, como la mayoría de medios alrededor del mundo informan. "Existe una campaña de desinformación enorme respecto al éxtasis", afirmó al Daily Mail Caroline Noortman, fundadora del London Lecture Group, una organización que brinda información sobre drogas y consumo a jóvenes y padres. "A nuestros jóvenes les han hecho creer que tienen muchas posibilidades de morir si se comen una pastilla de éxtasis, pero luego ellos miran las cifras de personas que han consumido esta sustancia repetidamente sin ningún daño aparente".

"Las campañas mediáticas que se enfocan en las muertes por consumo de éxtasis son peor que inútiles" afirmó por su parte John Merrill, un consultor en drogodependencia en Mánchester en una carta que envió al British Medical Journal. "Logran que los jóvenes paren de consumir éxtasis lo mismo que las noticias sobre avalanchas logran que yo deje de esquiar", alegó.

Y es que a nuestra edad el riesgo muchas veces lo vale. Llega la noche y nos posee el espíritu del YOLO, y la juventud de nuestro escasos veinte años o menos nos empieza a vibrar por debajo de la piel. Por alguna especie de providencia la pepa llega a nosotros, o nosotros llegamos a la pepa, que tiene un color bonito y una forma chistosa, generalmente de fantasmita, Hello Kitty, Transformer o hasta Heisenberg, uno de los personajes de Breaking Bad. Y entonces nos pasamos un pedazo o la pepa entera con agua, y la ansiedad comienza a levantarse dentro de nuestro cuerpo, expectante, hasta que una hora después nos "estalla" la pepa, que traducido a términos un poco más técnicos es que, básicamente, se genera una sobreproducción de serotonina, sustancia reguladora del estado de ánimo, las emociones, el sueño y el dolor. Ahí es cuando nos ponemos amorosos con todos, dados al tacto, eufóricos, escuchamos más intensamente la música y bailamos por horas sin sentir hambre o cansancio.

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Probablemente eso mismo sintieron las peladas de doce años en Mánchester, o Faye Allen minutos antes de morir. Porque la línea, aunque muchas veces no creamos, sigue siendo muy delgada, y lo que hagamos antes y después de consumir la sustancia es trascendental (vital o mortal en muchos casos), para el transcurso de nuestra noche. Dicho todo esto, por fin puedo soltarlo: el éxtasis no nos mata. O al menos no lo hace técnicamente. Lo que nos mata son todas las variables a la hora de consumirlo, que pueden incluir dosis excesivas, mezclas de sustancias absurdas o componentes tan letales como el PMMA o el GHB, que fue lo que encontraron hace un par de días en los cuerpos de los jóvenes del Time Warp Argentina.

Antes de ahondar en todas las razones que pueden conducir nuestra fiesta hacia un mal susto o la muerte misma, es importante resaltar un consejo simple pero necesario: a la hora de consumir, sigan el sentido común. La mayoría de veces uno sabe cuándo la está cagando; hay una voz suavecita en nuestra cabeza que siempre nos llama a la prudencia. Y si esta voz empieza a hablarles en una noche de fiesta, lo más sensato es que paren. Suena más simple de lo que parece, porque muchas veces he comprobado que el sentido común es el menos común de todos.

Los adulterantes con los que rinden el éxtasis.

Cuando los cinco jóvenes argentinos fallecieron en medio del festival Time Warp, se especuló de más en los medios. La especulación más ridícula de todas las que leí era la de que habían consumido un "derivado" del éxtasis conocido como "El Superman", una droga que parecía ser letal. Es cierto que varios lotes de pastillas de Superman han generado alarmas alrededor del mundo por los riesgos que parecían contener para sus consumidores, pero no es que estas pastillas sean una droga diferente al éxtasis. Lo que pasa es que tanto la pastilla como el polvo (el cual muchos creen erróneamente que va a ser más puro), contienen compuestos adulterantes que rinden la sustancia y generan efectos parecidos a los del MDMA, sin que el consmidor sospeche muchas veces. Entonces a esa mezcla le meten anfetaminas, cafeína, tenamfetamina, MDEA y hasta GHB o PMA, una sustancia que tiene el macabro nombre de "doctor muerte", se imaginarán por qué.

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El GHB, por ejemplo, es utilizado como droga recreativa y hasta de violación por ser una sustancia psicotrópica y depresora del sistema nervioso que genera alteraciones sensoriales, digamos que hasta ahí bien. El problema sucede cuando se mezcla la sustancia con alcohol (lo cual es contraproducente con casi todas las drogas), lo que hace que el hígado se ocupe de más y en consecuencia la sangre vaya ganando más concentración de la sustancia, lo cual potencia su efecto depresor y el riesgo en la persona. Esto fue lo que le sucedió a muchos asistentes del Time Warp Argentina, al parecer por un lote de éxtasis rendido con la sustancia. En el caso de las cinco personas que murieron, las dosis pudieron haber sido más, o no se hidrataron lo suficiente, o todas las variables erróneas al consumir éxtasis se pudieron juntar, provocando la tragedia. Cabe señalar que esta es una sustancia incolora e inodora, lo cual hace muy difícil identificar cuando una dosis es letal.

En el caso del PMA, el nombre corto de 4-metoxianfetamina, la sustancia se comporta más como un antidepresivo y es mucho más diferente al MDMA que el GHB. Con esta especie de anfetamina las reacciones mortales son más numerosas: en dosis mayores, el PMA puede provocar náuseas, vómitos severos, hipertermia y alucinaciones, un cuadro que puede llegar a ser fatal. Se supone que esto era lo que contenían los lotes de pepas Superman que causaron alertas alrededor del mundo. Acá es importante resaltar que la mezcla de MDMA con PMA potencia todos los riesgos de esta sustancia.

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Consumir cantidades desmedidas de MDMA, o mezclarlo con más sustancias.

Este mismo año también en Inglaterra, Sky Nicol, de 16 años, fue encontrada inconsciente en la casa de una amiga antes de que la llevaran al hospital Royal Blackburn, en donde murió. La causa según los medios: el MDMA. La verdadera causa: Sky mezcló un gramo entero de MDMA junto con dosis significativas de cocaína (otra droga estimulante) y heroína (una droga depresora). Aparte de consumir cinco veces lo que podría considerarse una dosis fatal, la joven mezcló tres drogas que por sí solas pueden producir un alto nivel de toxicidad en el organismo. Este ejemplo puede estar un poco extremo, pero vámonos a la mezcla más común, que es la de tomar mucho antes de la fiesta y comerse una pepa después. Como lo dije anteriormente, el consumo de alcohol ocupa al hígado de más, lo que hace que la sangre mantenga altas cantidades de MDMA. Aparte de que las alteraciones en el sistema inmune son más intensas, esta mezcla aumenta la frecuencia cardíaca y la deshidratación producida por ambas sustancias. Aparte mezclar una sustancia estimulante con una droga depresora nunca va ser buena idea, son mensajes confusos para nuestro cuerpo.

¿Qué le pasa a tu cuerpo y a tu cerebro cuando combinas drogas?

Paro cardíaco y no tomar ni una gota de agua.

Muchas muertes pueden atribuirse a esta categoría. El consumo de éxtasis de por sí, sobre todo en un club hirviendo, va a aumentar sí o sí nuestra temperatura corporal. Si a esto le sumamos horas de baile intenso, y si lo mezclamos con la mala decisión de no tomar ni un sorbo de agua, nuestro cuerpo puede llegar fácilmente a los 40 grados y sufrir síntomas que incluyan convulsiones, pupilas dilatadas y aumento de la frecuencia cardíaca, lo que puede terminar en un colapso respiratorio. Aparte de esto, el MDMA interactúa con las sustancias que coagulan la sangre, haciendo que esta se coagule en lugares donde no debería, como los pulmones, algo que produciría nuestra muerte inmediatamente.

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Exceso de líquido

Muchos usuarios, al ser advertidos por los riesgos de deshidratación de esta sustancia, deciden incurrir en lo contrario y tomar cantidades industriales de agua para asegurarse de que no van a correr ningún riesgo. Pero toman tanta agua que terminan desarrollando hiponatremia, que son niveles muy bajos de sodio en la sangre. Aparte de esto, el agua queda retenida en el cuerpo, lo que produce que la presión baje eventualmente y vaya apagando poco a poco funciones como la respiración y el pulso. Los síntomas de esto se pueden traducir en mareo y desorientación, llegando incluso hasta el coma. Hay gente que ha sobrevivido a este síndrome, hay gente que no.

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