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El Editorial VICE

Firmar la revocatoria de Peñalosa es casi tan tonto como haber votado por él

OPINIÓN | Somos una democracia de papel: votamos por el menos peor y luego reunimos esfuerzos inútiles para sacarlo.

Siempre están ahí. Los vemos desde hace algunas semanas cada vez que en Bogotá se desarrolla un evento de más de mil personas. Hombres y mujeres, lista en mano, que recaudan firmas para revocar al alcalde Enrique Peñalosa. Los vi el sábado a la entrada de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, en Corferias, haciendo una pregunta por demás sorprendente: "¿Ya firmó para revocar a Peñalosa?".

Lo decían en voz alta en pleno espacio público como si la cosa fuera tan obvia, como si tumbar a un gobernante fuera tan sencillo. ¿Tendrán alguna idea de qué clase de mecanismo democrático promocionan? ¿Sabrán qué es lo que invitan a la gente a firmar? ¿Y quienes firman: sabrán qué es lo que hacen?

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Creo que no tienen ni idea.

Empecemos por lo fundamental: revocar un mandato es decirle a un gobernante que la ciudadanía quiere quitarlo del cargo porque no está cumpliendo con su programa de gobierno.

Es fácil hablar mal de la gestión de Peñalosa, pero es un error decir que no está cumpliendo lo que prometió. Ahí lo tenemos empecinado, por ejemplo, en construir sobre una zona de reserva forestal, como lo es la Reserva Van der Hammen, sin importar que prestigiosos ambientalistas y organismos internacionales adviertan que es un error.

También lo vemos empeñado en su "postura higienista", como bien la llamó Alejandro Lanz en su más reciente columna en ¡PACIFISTA!. Es decir, en aplicar la vieja (y revaluada) teoría de las 'ventanas rotas', que consiste en querer reducir la criminalidad quitándole a la ciudad todo su "mugre": "grafitis, chirris y prostitutas", como remató Alejandro.

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El alcalde insiste también en subir los precios de los pasajes de Transmilenio y en que este es el mejor modelo de transporte del mundo, así como en repetir la extraña idea de que la igualdad no se consigue cobrándoles impuestos duros a los ricos, sino mediante vías para bicicletas en las que pobres y ricos salgan sonrientes a pedalear.

Peñalosa cree mucho en sí mismo y en ejecutar de forma rápida y eficiente sus propuestas de gobierno. Lo dice mejor que yo un perfil de Juanita León en La Silla Vacía: "Cuentan sus conocidos que Peñalosa es terco. Solo oye a quienes él considera interlocutores válidos y ese círculo es pequeño. No es fácil lograr que cambie de opinión. No funcionan ni los argumentos ni la teoría".

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Entonces, no: no es lógico exigirle a Peñalosa retirarse del cargo por no cumplir. Todo lo contrario, el alcalde no descansará hasta haber hecho realidad su plan.

El otro problema que veo en el recaudo de firmas es la esquizofrenia colectiva de los colombianos al elegir y exigir a sus gobernantes. Bien podemos permanecer una democracia de papel: votando por el menos peor y reuniendo luego esfuerzos inútiles para sacarlo del mandato. Ya nos pasó con Petro, con Mockus y con Peñalosa.

Es fácil hablar mal de la gestión de Peñalosa, pero es un error decir que no está cumpliendo lo que prometió.

O bien podemos, sin embargo, generar una verdadera participación ciudadana. Una que, más allá de las rencillas políticas de nuestros supuestos líderes, reúna a las personas en un movimiento que sí represente los intereses de una buena parte de la sociedad. Una que, aplicando el engañoso slogan de esta alcaldía, construya una ciudad en la que quepan todos.

Así podría generarse no solo un gobierno incluyente, sino también impulsarse una rendición de cuentas efectiva que atienda a los ciudadanos cuando existan problemas que deban ser atendidos. Para gobernar un mandatario debe ser a veces impopular, sí, pero no ciego ante los reclamos y, mucho menos, terco ante la evidencia.

Amiguitos: ¿Y si nos esforzamos por eso y no en pedir firmas? Ya firmas se pidieron hace 15 años, y Peñalosa volvió a ser alcalde.

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¿Queremos quedarnos dando vueltas?

* Este es un espacio de opinión. No representa la visión de Vice Media Inc.


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24 de abril de 2017: 'Señores: tenemos que modernizar la FILBo'

17 de abril de 2017: ¡Pacifista! y Toxicómano: un mural por los líderes asesinados

10 de abril de 2017: Con el fin de las Farc se acaba nuestra eterna excusa para todo

2 de abril de 2017: Lo de Mocoa no es un desastre natural, es una vergüenza nacional

27 de marzo de 2017: Presidente Santos, ¡renuncie!

19 de marzo de 2017: ¡Vayan ya a ver la película de Víctor Gaviria!

12 de marzo de 2017: ¿Qué carajos pasa con las agencias de publicidad?

6 de marzo de 2017: Los colombianos no aprendimos nada del caso Colmenares

26 de febrero de 2017: [Nuestro odio a los policías nos terminará estallando en la cara](http://26 de febrero: https://www.vice.com/es_co/article/nuestro-odio-a-los-policias-nos-terminara-estallando-en-la-cara)