Imagen: Daniel Senior | VICE Colombia
La congresista Margarita Restrepo, del Centro Democrático, empezó esta legislatura con fuerza. Completa ya una semana defendiendo un proyecto de ley para penalizar el uso de cuentas anónimas en redes sociales para difamar. Ojalá más temprano que tarde este proyecto de Margarita se marchite y la derrota le motive a orientar su capacidad legislativa en propuestas que no atenten contra las libertades civiles que son bandera de nuestra democracia.'Off the record' es el espacio quincenal de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) en VICE Colombia. Vea todos los contenidos aquí.
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Meterle miedo a la sociedad en las distintas formas de uso de redes sociales, incluyendo el anonimato, es un abuso del poder estatal. Para ello basta ver la utilidad de las cuentas anónimas en contextos difíciles como el venezolano. Buena parte de la importancia de quienes protestan en Venezuela, por ejemplo, se basa en que tienen la posibilidad de que el mundo conozca lo que pasa sin arriesgarse a decir quiénes son, porque si lo hacen, el régimen reprimirá sin compasión. Si como afirman algunos, Colombia va rumbo al socialismo Chavista, proteger el anonimato en redes debe ser un objetivo de los demócratas. Si algo puede hacernos pensar en situaciones como la venezolana es la intención de adoptar este tipo de leyes arbitrarias. Los regímenes autoritarios actuales o del futuro agradecerán que Margarita haya presentado ese proyecto si se vuelve ley, aunque lo dudo.El argumento menos creíble de Margarita es posar de defensora de los ciudadanos cuando legisla en causa propia. Seamos francos, de ser aprobado el proyecto, ¿suiénes son los que van a presentar denuncias?
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Quien haga uso de este derecho asume plena responsabilidad por todo lo expresado. No se permite el anonimato, ni la propaganda de guerra, ni los mensajes discriminatorios, ni los que promuevan la intolerancia religiosa. Se prohíbe la censura a los funcionarios públicos o funcionarias públicas para dar cuenta de los asuntos bajo sus responsabilidades".
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El proyecto de ley se parece más al castrochavismo que dice criticar el Centro Democrático.El argumento menos creíble de Margarita es posar de defensora de los ciudadanos cuando legisla en causa propia. Seamos francos, de ser aprobado el proyecto, ¿Quiénes son los que van a presentar denuncias? Pues los políticos que no entendieron que en la sociedad actual no sólo reciben aplausos y "me gusta" , sino también críticas. El derecho penal está para cosas mucho más importantes y dentro de ellas no está evitar el gasto de batería en el celular de los congresistas porque reciben muchas notificaciones.La difamación en redes sociales no es un asunto que necesite de más leyes, requiere de instituciones judiciales efectivas que tomen los delitos actuales y los investiguen de manera diligente. Un fiscal que recibe estos casos debe tener más de 400 procesos y si esta de buenas tiene un investigador del CTI que sabe de tanto de tecnología como Uribe de libertad de prensa.
Las intenciones de Margarita son casi anacrónicas. Más ahora que el Ministerio de Justicia, de la mano con el fiscal general Néstor Humberto Martínez, acaban de presentar un proyecto de ley que, entre otras cosas, busca despenalizar la injuria y la calumnia.Por último, para calumniar en internet no hace falta tener una cuenta anónima, el senador Uribe nos ha demostrado que se puede hacer impunemente desde una cuenta verificada.El proyecto de ley de Margarita no solo da cárcel para quien calumnie en redes sociales con cuenta anónima, sino para quien reproduzca a través de cuenta anónima las calumnias publicadas por otros. Eso ya existe, se llama calumnia indirecta y está en el artículo 222 del código penal y no solo es aplicable a cuentas anónimas, también aplica a cuentas verificadas, como la de Margarita en éste retweet.* Pedro Vaca es el director de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip).** Este es un espacio de opinón. No representa la visión de Vice Media Inc.