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Comida

Ahora puedes comer toda la comida de "El viaje de Chihiro" en este pueblo taiwanés

Pruebe todos los platillos y exquisiteces de Jiufen.
Foto por el autor

Si alguna vez ha querido vivir dentro de la imaginación del cineasta Hayao Miyasaki, lo primero que debería considerar es reservar un tiquete de avión a Taiwán. Ubicado al sudeste de China y al sudoeste de Japón, y cubierto por extensiones interminables de bosques tropicales y ciudades modernas densamente pobladas y alarmantemente limpias, Taiwán sirvió como inspiración para la amada película de Hayao Miyazaki Spirited Away (El viaje de Chihiro, en español) en 2001. Y si lo que quiere es revivirla, todo lo que tiene que hacer es seguir los pasos de Chihiro.

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Foto por la autora

Súbase a un autobús (o taxi) justo a las afueras de los límites de la ciudad de Taipei. A medida que se acerca a los bordes irregulares de la costa noroeste de la isla, a más o menos una hora fuera de la ciudad, llegará a la base de una pequeña montaña: Jiufen.

Aunque que para muchos amantes del anime y entusiastas del cine en general, Jiufen es conocido como la inspiración de El viaje de Chihiro de Miyazaki, para los obsesivos de la comida, es un destino gastronómico.

Para quienes no sepan, Hayao Miyazaki es el animador, escritor, director, productor y, básicamente, genio cineasta japonés cuyo trabajo con Studio Ghibli ha resultado en algunas de las películas animadas más creativas e influyentes de las últimas décadas: La princesa Mononoke, Mi vecino Totoro, Se levanta el viento, y El viaje de Chihiro, entre muchas otras. El viaje de Chihiro, lanzada en 2001, es la película más taquillera de todos los tiempos en Japón, y ganó el Premio de la Academia en la categoría de Mejor Película Animada de ese año.

La película cuenta la historia de una niña de diez años llamada Chihiro quien, mientras se muda a un nuevo vecindario con sus padres, se encuentra atrapada en un mundo de espíritus burlando a una bruja llamada Yubaba, que lanza un hechizo sobre sus padres y los convierte en cerdos. Para salvar a su familia, Chihiro trabaja lejos en la casa de baños de Yubaba, un spa para espíritus desequilibrados, todo mientras idealiza un plan y paga sus deudas hasta que pueda reunir a sus padres y devolverlos a la vida que alguna vez llevaron en el mundo humano.

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El escenario es el pueblo de Jiufen —hogar de nueve familias durante la dinastía Qing, y llamado así por las nueve porciones que los pobladores debían traer de sus largos viajes a los mercados de la base— tiene oro en sus colinas. Tanto oro, de hecho, que Jiufen fue el centro de una fiebre de oro que duró de 1893 a 1971. Las posadas y edificios del pueblo permanecen intactos desde su apogeo durante la época de ocupación japonesa, que comenzó en 1895.

Foto por la autora

Usted empezará justo donde Chihiro comienza. Jiufen está orientado verticalmente. Hay unas cuantas calles principales que son paralelas entre sí, La Calle Vieja de Jiufen es la más popular, con estilo de rampas y escaleras que están conectadas por 100 escalones que corren perpendiculares a los tramos principales. Las calles son curvas y adoquinadas; son tan angostas y los edificios están tan cerca unos de otros, que muy poca luz logra llegar al pavimento.

Foto por la autora

Alineado con magníficos faros rojos, Jiufen es ahora una meca taiwanesa de bocadillos, saturada con puestos de comida que sirven dulces tradicionales como bolas de taro en el Yuyuan de la abuela Lai, huevos de té, y pastel de piña. Los sonidos de vendedores bulliciosos y los olores de la comida llenan el limitado espacio entre los edificios. De vez en cuando hay días despejados; es cuando se pueden ver las montañas onduladas, cubiertas con bosques abundantes e intensamente verdes, y las aguas azules del Mar Oriental de China que se deslizan a lo largo de las playas arenosas en la distancia. Jiufen está aislado, es misterioso y excepcionalmente hermoso.

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Bolas de Taro. Foto vía usuario de Flickr Yun Huang Yong

La comida en El viaje de Chihiro está animada con complejos detalles. Alguna de ella es japonesa: Chihiro come onigiri (bolas de arroz) con sus padres; Lin alimenta con konpeito (caramelos de azúcar japoneses tradicionales de colores muy vivos) a las bolas animadas de hollín; e incluso las ishi-yaki-imo (papas asadas en piedra) aparecen en la pantalla.

Pero la mayoría de alimentos buenos son taiwaneses. Puede trepar hasta la cima de Jiufen, una subida que hará que sus cuádriceps se quemen lo suficiente como para prepararse a comer. Al girar por la calle Jishan, perderá gran parte de la luz natural del cielo cuando los toldos se unan para formar un techo improvisado. Aquí es donde se come.

Foto vía usuario de Flickr Alexander Synaptic

En El viaje de Chihiro, la joven protagonista pierde a sus padres por la gula, simple y pura. Mientras hacen una parada de un largo viaje por carretera, la familia se encuentra con un parque de diversiones espeluznante y abandonado. Ven montañas de comida y se tiran a estas de cabeza.

Aquí, se llenan la boca con salchichas taiwanesas (prueba la salchicha taiwanesa "Flower Lady" de Wu Di); pasteles de arroz pegajosos, que están disponibles en Jiufen al estilo Hakka en preparaciones dulces o saladas con rellenos de ñame, vegetales salados, frijoles rojos o habichuelas verdes saladas; calabaza amarga; hongos; y albóndigas traslúcidas, mejor conocidas como las manchas babosas que el papá de Chihiro aspira (recomiendo las albóndigas de carne roja de Jiufen Jinzhi).

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Dumplings de carne roja traslúcida. Foto vía usuario de Flickr Wai Keong

Después de haber probado estos bocadillos en Jiufen, fui directo hacia los rollos de helado de maní en A-Zhu Peanut Ice Cream Roll. La envoltura del postre proviene de Yilan, y consiste en caramelo de maní molido, maltosa, apio y helado de taro envuelto en un rollo de primavera hecho a mano. Es crujiente, pegajoso, frío, caliente, salado y dulce a la vez.

Rollos de helado de maní. Fotos por el autor

Cuando los padres de Chihiro se convierten en cerdos, ella corre gritando por las escalofriantes calles de Jiufen por la noche. Es literalmente un pueblo fantasma. Camina en zig zag alrededor de fantasmas que toman paseos nocturnos por Shuqi Road hasta que conoce a Haku, quien la ayuda a navegar el mundo de los espíritus en el que ahora está atrapada. El centro de la ciudad, y donde tendrá que ubicarse momentáneamente, es la casa de baños de una bruja gruñona y despiadada llamada Yubaba.

La casa de baños es una copia del edificio más grande de Jiufen, Amei Tea House, de 100 años de antigüedad, inconfundible de lado a lado si comparamos las hileras de faros rojos y la hermosa y suave luz que brilla desde sus grandes ventanas de vidrio por la noche.

También puede seguir el juego cuando No-Face y Zeniba (la hermana gemela de Yubaba) se sientan a tomar el té de la tarde con pastel y dulces. ¿La única diferencia? No hay fantasmas (visibles) metiéndose en jacuzzis en Amei, o en cualquiera de las otras casas de té que se ubican en las colinas de Jiufen.

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Interior de una casa de té de Jiufen. Foto vía usuario de Flickr Jonathan Crow

No-Face, el espíritu oculto cuyo espantoso cuerpo negro-transparente se abrevia con una máscara blanca es puro caos, voraz y completamente insaciable. En la casa de baños, los trabajadores le ofrecen montones de comida. Él come, come y come hasta que su cuerpo se expande y se hincha, devorando bolas de pescado, albóndigas, caracoles, pescados enteros y cerdos enteros, junto con todo tipo de delicias japonesas, desde tonkatsu (cerdo frito) hasta sushi.

Todos los alimentos taiwaneses se encuentran en los puestos de comida. Incluso los dulces y pasteles que come el bebé de Yubaba, Boh, están disponibles para que los visitantes los prueben por sí mismos.

Comida de mar y bocadillos. Foto vía usuario de Flickr Eugene Phoen

Por encima de todo, la comida es una fuente de consuelo en El viaje de Chihiro. Más adelante en la película, es un pastel mágico el que recupera la salud de Haku y de No-Face. A lo largo de la película, Haku advierte que Chihiro debe seguir comiendo la comida del mundo espiritual, o de lo contrario puede desaparecer: si uno come la comida del lugar, uno se convierte en parte del lugar.

El viaje de Chihiro se hace realidad representando los edificios y escaparates de Jiufen. Pero, sobre todo, la película cobra vida a través de la comida de Jiufen. Y la mejor parte es que no es difícil de encontrar, si usted decide aventurarse.

La misteriosa ciudad es una visión de perfección, si puede tolerar las multitudes y llenarse de deliciosa comida taiwanesa sin convertirse, como los padres de Chihiro, en un cerdo.

Este artículo apareció originalmente en MUNCIES en Febrero 2015.