Universidad Industrial Santander: la violencia sexual no se detiene
Ilustración: Sara Agustina | VICE Colombia

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Acoso sexual en la U

Universidad Industrial Santander: la violencia sexual no se detiene

Profesores reincidentes, sanciones laxas y permisividad. ¿Sigue siendo la UIS una “extraordinaria Escuela de Ingeniería para el género masculino”?

Cuentan las estudiantes de la Universidad Industrial de Santander, conocida en el país como la UIS, que en el antiguo edificio de la Facultad de Ingeniería Mecánica no había un baño para ellas. Durante décadas las chicas tuvieron que ir a pedir una llave y usar el baño de las empleadas de la facultad. Las más arriesgadas, incluso, optaron por sacar una copia para ellas. Así se mantuvo la situación hasta inicios de 2017, cuando renovaron el edificio y la facultad finalmente tuvo un baño para las estudiantes.

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Esa carencia de la UIS tenía su razón de ser en el pasado. Según una una tesis de grado, en los años sesenta, la universidad, especializada por entonces en carreras de Ingeniería, contaba con 1.147 hombres y apenas 16 mujeres. Esto, según el texto, la hacía una "extraordinaria Escuela de Ingeniería para el género masculino". Tan extraordinaria, que, a pesar de que en 1995 las mujeres ya representaban la mitad de los 10.000 estudiantes inscritos, el baño seguía faltando.

Ahora las estudiantes pueden orinar en sus propios baños. Pero la inequidad de género en la UIS parece permanecer tan normal como hasta hace unos meses lo era la falta de los servicios para las estudiantes de Ingeniería Mecánica. Hoy basta visitar la institución y hablar con mujeres docentes y estudiantes para advertir que el problema se hace especialmente visible cuando de violencia sexual se trata.

En 2014, para su tesis de grado titulada 'Violencia de género contra las mujeres estudiantes de la Universidad Industrial de Santander', José Enciso encuestó a 304 mujeres estudiantes: 100 de ellas aseguraron haber sido víctimas de violencia sexual. La mitad de estos casos se dio en el campus universitario, y la mayoría tuvo que ver con comentarios sexistas y degradantes contra las mujeres, así como con insinuaciones sexuales de los profesores a cambio de una mejor nota.

"En la UIS esto es sistemático", dijo en conversación con VICE Ivonne Suárez, una docente de Historia y directora del Colectivo por las Mujeres UIS. "Es absolutamente común ver a los profesores en las cafeterías frente a la universidad dándoles cerveza a las niñas". Suárez, que dice haber recibido en lo corrido de 2017 cuatro denuncias de acoso sexual, sostiene que "ser tan permisivos" ante la violencia sexual no solo tiene que ver con falencias de la propia universidad, sino también con la cultura. Según ella, en Santander un hombre "no está completo" si no logra "ser un macho y tener varias mujeres y muchos hijos".

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Por todo esto, hoy VICE plantea preguntas sobre la situación del acoso y el abuso sexual en la UIS y sobre la actitud de las directivas frente al fenómeno. Para este reportaje reconstruimos dos casos, uno de los cuales, en caso de ser cierto, tendría características aberrantes y debería ser un escándalo. Ambos reflejan una posición muchas veces condescendiente desde la comunidad universitaria. Una actitud que, aunque nadie lo quiera, se convierte en una puerta para la violencia sexual.

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"Yo no soy católico, pero, si hay un infierno, esa vieja hijueputa debe estar por allá".

Un profesor de la Escuela de Lenguas de la UIS respondió esto cuando VICE lo llamó hace varias semanas a preguntarle por una denuncia de supuesto acoso sexual que le pusieron en 2003. Se trata de la primera de tres denuncias en su contra en los últimos 14 años, una de las cuales hoy sigue activa.

VICE conoció la documentación disponible de su caso.

La primera denuncia, la de 2003, llegó de manera anónima a la Contraloría General de la República y dice: "El profesor (…) embarazó a una estudiante (ya se había divorciado para casarse con otra estudiante) y en este momento está con otra como víctima de su inestabilidad emocional. (…) La UIS no tiene control ni auditoría y al parecer sujetos como estos logran engañar, manipular, y nadie hace nada. (…) Por favor ayúdennos porque está haciendo mucho daño".

Ni la UIS en ese momento, ni VICE en esta investigación lograron comprobar si, en efecto, lo afirmado en la denuncia es cierto.

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Sin embargo, la universidad reunió los testimonios de dos estudiantes más de la Escuela de Lenguas que decían que el docente las había invitado a salir y que las había manoseado. "Me tocó la cara delante de una compañera (…) siempre buscaba acercarse, abrazarme, tomarme del brazo", dice un testimonio que reposa en un expediente en la oficina de Control Interno Disciplinario. La alumna asegura que el profesor la invitó a salir y que le propuso acompañarlo a un evento en Medellín en una habitación con "una sola cama". La UIS revisó también las evaluaciones del docente en 2000, 2001 y 2003 y encontró más quejas contra él.

Sobre esta primera denuncia, el docente le dijo a VICE que se habría tratado de una "persecución" en su contra porque supuestamente no quiso ayudarle a "una señora" a que una amiga se volviera profesora de la UIS. Según él, la mujer habría querido vengarse y habría persuadido a algunas estudiantes a denunciarlo por supuesto acoso sexual. "Afortunadamente se murió esa hijueputa vieja", nos dijo.

Dos años después del supuesto episodio, en diciembre de 2005, la Vicerrectoría Académica de la UIS decidió sancionar al docente por un mes por "ejecutar actos y comentarios reiterados no consentidos, irrespetuosos e indecorosos". Para el abogado de la rectoría de la UIS, Diego Hernández, la decisión tomada por la universidad "no fue la adecuada". "Mi opinión personal atiende al principio de proporcionalidad de las sanciones con respecto a las conductas probadas", explica Hernández. Pero añade: "En ese fallo se probó una falta grave de 'trato irrespetuoso' y no se pudo probar el 'acoso sexual'. De haberse probado, habría procedido la destitución como el mismo fallo dice".

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En efecto, la Vicerrectoría de la institución justificó la decisión sosteniendo que las pruebas testimoniales no eran suficientes: "De comprobarse la conducta de acoso sexual, esta se califica como falta gravísima (…). Ello muestra la necesidad de contar con pruebas irrefutables para tipificar la conducta del acoso sexual, las cuales no se poseen en el presente caso".

Ocho años después, el mismo profesor fue denunciado por segunda vez.

En el expediente de este nuevo caso, una estudiante asegura que el docente se habría burlado de ella delante de sus compañeros haciendo una alusión a la novela La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa, cuya protagonista es una víctima de violencia sexual. En privado, según la denuncia, le proponía que fueran amantes y le ofrecía un trato especial a cambio de favores sexuales. "Tú tienes que poner de tu parte", le habría dicho el docente.

Este último dice hoy que la estudiante es "una vaga y una marihuanera" y que lo denunció porque había perdido la materia y conocía la denuncia que le habían hecho anteriormente. "La universidad abrió el proceso disciplinario, pero ella salió con babosadas", dice.

La universidad cerró la investigación porque no halló pruebas suficientes, más allá del testimonio de la estudiante. La misma razón, por cierto, por la cual todavía demasiados casos terminan archivados en las universidades.

Javier Trillos, que dirige la oficina de Control Disciplinario de la UIS, nos dejó saber que el docente hoy nuevamente es investigado por una denuncia de supuesto acoso sexual. VICE no logró conocer el expediente, pues la indagación está en curso.

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El profesor sigue activo en la Escuela de Idiomas de la UIS.

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El caso expuesto arriba tiene rasgos escandalosos, pero no es completamente aislado en la UIS.

VICE conoció también la historia de una exalumna de la facultad de Ingenierías Fisicoquímicas, que hace cuatro años denunció haber sido manoseada en clase por un profesor de su facultad. Según la denuncia puesta ante la Fiscalía, el docente le tocaba el torso de manera "repetitiva y sorpresiva". "Me decía que me había ido mal en el primer parcial, y al final del semestre me arrinconó por detrás con su parte delantera", dice la estudiante.

La UIS abrió un proceso disciplinario contra el profesor, lo llamó a declarar, y ambos dieron su versión de los hechos. El docente rechazó las acusaciones. También en entrevista con VICE negó haber acosado a la estudiante y aseguró que esta había perdido su materia por fallas y que lo había amenazado diciéndole que "si no me cambia la nota, yo lo denuncio por acoso sexual".

Sin embargo, en 2013 la universidad informó al docente que, tras analizar las notas y las asistencias registradas, no había encontrado un motivo para hacerla perder la materia. La nota fue corregida y la estudiante pudo continuar sus estudios.

A pesar de esto, las directivas no tomaron medidas contra el profesor, el cual hoy sigue activo en la UIS. Archivaron el caso con el argumento de que él "no tiene la calidad de servidor público, y al no serlo no es un sujeto disciplinable, no lo cobija el Código Único Disciplinario".

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Esta explicación toca una fibra central de las carencias que, en general, hoy persisten en las universidades colombianas cuando deben ocuparse de casos sensibles relacionados con sus docentes. Si el docente no pudo ser procesado en el marco del Código Único Disciplinario, ¿habría podido la universidad, sin embargo, tratar su caso? La respuesta, en la UIS como en docenas de universidades públicas en el país, es que no: un docente que no es un funcionario actúa en una zona gris, tanto para la universidad, como para la Procuraduría.

El abogado de la rectoría, Diego Hernández, en ese momento jefe de la oficina de Control Interno Disciplinario, atendió el caso de la estudiante. A VICE le dijo que es consciente de que esto significa "un obstáculo" para sancionar debidamente a un profesor. "Deberíamos cambiar esa concepción de que no son servidores públicos porque cumplen funciones administrativas", dijo.

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Hoy, a pesar de todo lo sucedido en los últimos años, la UIS todavía no cuenta con una ruta de manejo para atender casos de violencia sexual. Al revisar el reglamento, VICE no encontró referencias al acoso o al abuso sexual dentro de las faltas disciplinarias.

Estas ausencias sorprenden, pues la institución formó parte del proyecto Fortalecimiento de la Equidad de Género en la Educación Superior (Feges), el cual se llevó a cabo junto a la Universidad Nacional, la Universidad Autónoma de Colombia y la Universidad Central y con el apoyo económico de la cooperación holandesa. De la alianza surgió una política de equidad y género que cuenta con el aval y el apoyo de la rectoría de la UIS, pero que todavía no ha entrado en vigor, al parecer, por diferencias personales entre las docentes encargadas de la implementación.

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Raquel Méndez, de la Red por la Equidad de Género en la Educación Superior y coordinadora del proyecto Feges en la UIS, le dijo a VICE: "Yo prefiero esperar a que el rector decida quién es la persona más idónea en la universidad para implementar la política de género, ya que algunos en la universidad no estuvieron de acuerdo con que yo estuviera detrás de ella".

Mientras las rencillas internas le dan largas a una solución, la violencia sexual mantiene su curso: hace solo tres días, el pasado 25 de agosto, se dio un nuevo caso de violencia sexual en la UIS .

Según el colectivo Red Rojo y Violeta Santander, un miembro de la universidad denunció un "acto de abuso dentro de las instalaciones de la Universidad Industrial de Santander contra una compañera estudiante". El Centro de Estudios de Trabajo Social (Cetras) confirmó la denuncia y sostuvo que la mujer fue "agredida sexualmente dentro del campus de la universidad". Ambas organizaciones y la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios ACEU en la UIS exigieron a la institución garantizar un ambiente de seguridad a las estudiantes e implementar con urgencia una ruta de atención.

Al consultar con la rectoría de la universidad, VICE supo que no habían sido informados del hecho. Sin embargo, una fuente que conversó con la víctima afirma que ella ya habló con el rector y que este le propuso un espacio en el consejo académico para hablar del tema. "Pero lo van a tratar como un caso aislado", nos dijo.

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Hasta el cierre de este artículo, la UIS no se ha pronunciado de manera oficial al respecto.


VICE Colombia realizó este reportaje en alianza con CONNECTAS y en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas del International Center for Journalists (ICFJ) .


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