Por qué el cine de Almodóvar importa ahora más que nunca
Fotograma de la "Mala Educación"

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Por qué el cine de Almodóvar importa ahora más que nunca

Analizamos el legado del cineasta y todo lo que le debemos a su transgresora y reivindicativa visión.

Este artículo fue publicado originalmente en i-D, nuestra plataforma de moda.

Hace 37 años que Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón llegó a los cines. Casi cuatro décadas desde que una Alaska adolescente le hiciera una lluvia dorada a Eva Siva, se presenciara una violación en la gran pantalla en España y se mostrara el consumo de drogas prácticamente sin censura. La película la dirigía Pedro Almodóvar y llegaba a los cines en plena Transición española y un par de años antes de la victoria del Partido Socialista después de la dictadura.

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Muchos se apresuraron en criticar al director. La moral del país todavía se tenía que acostumbrar a la modernidad. Por suerte, Almodóvar no dejó de hacer películas y el pasado 3 de marzo se presentó un ciclo en la Filmoteca Española - Cine Doré de Madrid bajo el título  Marzo Todo Almodóvar, que está dando cabida a su filmografía y a las películas que más lo han influido a la hora de desarrollar su carrera. Todas, películas de culto tanto para fanáticos como para detractores.

Coincidiendo, además, con su presidencia del jurado del Festival de Cannes, que tendrá lugar en la ciudad francesa a partir del próximo 17 de mayo y que tantas alegrías le ha dado al director, esta muestra no podía llegar en un mejor momento. El cine de Pedro Almodóvar, aparte de lo que algunos se han apresurado a calificar siempre negativamente, ha sido altavoz para minorías y ha mostrado realidades que, de otro modo, nunca hubieran llegado al gran público.

En un año como 2017, en el que todavía hay que seguir luchando por la igualdad entre hombres y mujeres, en el que el colectivo LGBTI sufre agresiones prácticamente a diario y en el que el origen de las personas todavía es un motivo para la discriminación, el cine de este director resulta más relevante y necesario que nunca.

Fotograma de 'Mujeres al borde de un ataque de nervios'

Las mujeres han sido las auténticas protagonistas del cine de este creador. Desde su ya mítica Mujeres al borde de un ataque de nervios hasta Todo sobre mi madre, mujeres cis o trans han sido quienes han llevado la voz cantante en sus largometrajes (o en sus cortometrajes, pues no hay que desvirtuar esa pequeña joya que es La Concejala Antropófaga). Siempre ancladas al tiempo que les ha tocado vivir, los personajes femeninos de Almodóvar son los que han regido las retorcidas historias que han compuesto el universo del realizador a lo largo de su intensa carrera.

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Periodistas, políticas, presentadoras, prostitutas, porteras de finca o amas de casa han merecido la misma construcción de personajes elaborados. Lo femenino siempre ha estado más presente, dejando así a los hombres en un segundo plano hasta el punto en que, en ocasiones, no ha sido extraño ver cómo el reparto se ha compuesto enteramente por mujeres. Actrices como Carmen Maura, Victoria Abril, María Barranco o Penélope Cruz llevan con orgullo el calificativo de "chica Almodóvar" y pocos son los directores que puedan presumir en haber creado una marca tan potente, hasta el punto de incluso poder catapultar la carrera de la persona sobre la que pone el ojo.

En un momento de la historia en el que altos mandatarios alientan el abuso hacia las mujeres y algunos aseguran su inferioridad, el cine de Pedro Almodóvar sirve como válvula de escape ante un mundo cada vez más gris, misógino y toda esa sarta de adjetivos que siguen siempre a esa palabra. Donde un colectivo niega la existencia de lo trans, Almodóvar nos presenta La Mala Educación; en un país donde sus dignatarios pagan con dinero público sus aventuras, Almodóvar tiene  Los Amantes Pasajeros y así hasta el infinito con prácticamente cualquier tema o problemática que pueda surgir, pues el director nunca se ha caracterizado por mantenerse callado ante este tipo de situaciones.

Siempre ha dotado de tintes autobiográficos sus películas y ha utilizado los pasajes de su vida para denunciar lo que ha considerado conveniente. Así criticó la educación religiosa que ofrecen y ofrecían los curas precisamente en La Mala Educación y honró su infancia y la figura de su madre en Volver. Las películas descerebradas (al menos en apariencia) de sus primeros años, dieron paso a otras con un mensaje mucho más comprometido con temáticas más tangibles.

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Fotograma de 'La ley del deseo'.

Hace treinta años que se estrenó La Ley del Deseo —precisamente esa película de amor no convencional para la época—, la elegida para iniciar el ciclo que ahora se le dedica. Un casi desconocido Antonio Banderas y Eusebio Poncela protagonizaron el largometraje acompañados de Carmen Maura, que interpretaba uno de los papeles más atrevidos que haya desarrollado: el de Tina, la hermana transexual del protagonista. Hace treinta años se normalizaron, en el universo Almodóvar, las relaciones entre personas del mismo sexo y la disforia de género, aunque el drama fuera de proporciones épicas.

Antes, y en un tono mucho más maleducado, los seguidores ya habían podido disfrutar de una película como Entre Tinieblas. Ambientada en un convento ficticio, otro de los temas recurrentes del director —el de la Iglesia y sus intrigas— se convertía en el eje central de su cinta estrenada en 1983. Un convento en el que las monjas escriben literatura erótica o consumen heroína para hacer más llevadera su estancia. Una especie de Sister Act llevada al extremo que ya cuestionaba el aislamiento y el celibato de las monjas en plena movida madrileña.

Después, y ya presentada como lo que muchos consideran su primera obra maestra, Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios se estrenaba en prácticamente todo el mundo. Antes de entrar en los noventa, Pedro se convertía en el director referente que llevaba años esperando su momento. Con un reparto de lujo, demostraba que no hay nada más peligroso en el mundo que una mujer despechada y conseguía exportar el sentimiento alrededor del globo. Fue candidata al premio Oscar, al Globo de Oro y al BAFTA y fue también la que le dio la oportunidad a Almodóvar de pisar Hollywood por primera vez, aunque no sería hasta la llegada de Todo Sobre mi Madre que se llevaría las preciadas estatuillas.

Dentro de muy poco se celebrarán las cuatro décadas de Pedro Almodóvar como director de cine y es innegable tanto su influencia en realizadores que llegaron después (Ramón Salazar o Eduardo Casanova son los primeros ejemplos que vienen a la cabeza) como su misión como altavoz de los marginados y las personas que la sociedad siempre ha querido mantener apartadas del resto. Con sus altos y sus bajos, un director imprescindible y con el que Madrid, ciudad imprescindible en su filmografía, pretende celebrar.