Frank Ocean parece sincero, y si no lo es, no importa

Las palabras "basado en un hecho real" son un consuelo. El subtítulo “memorias” es como la estampa de “100% orgánico” en tu fruta. La música popular, sin embargo, no necesita estas garantías porque ya son intrínsecas al género. Se asume que la música es autobiográfica. Un cantante que usa pronombres en primera persona no está actuando un papel. Aunque digan lo contrario, es poco probable que el público se los crea. Los cantantes y compositores sólo han logrado escapar a la autobiografía adoptando el papel de personajes realmente elaborados, como Ziggy Stardust de David Bowie. Incluso en esos casos, el público suele asumir que el personaje es la forma más auténtica del cantante. Quizá la veracidad no sea tan central al arte.

El 3 de julio, el cantante Frank Ocean publicó un post en su Tumblr en el que describía una experiencia con un amor no correspondido, una experiencia que tuvo cuando tenía 19. Ese amor resultó ser por otro hombre. El post ha sido considerado su “carta para salir del clóset” tantas veces que la categorización se ha convertido en una abreviatura de la historia, sea o no una descripción exacta. Una semana después, Ocean lanzó su primer gran trabajo discográfico, channel ORANGE, en el mismo Tumblr, donde se podía escuchar sin costo alguno.

Ambos eventos ahora forman parte de un inseparable texto. Es casi imposible hablar del álbum como algo independiente de la carta. Además, es muy probable que la carta haya sido una respuesta a los críticos que escucharon las referencias a amantes hombres y mujeres en las canciones de channel ORANGE, y comenzaron a esparcir rumores sobre la orientación sexual de Ocean.

Sin embargo, palabras como gay, heterosexual o bisexual, no aparecen en la carta. Un lector que quisiera encontrar rápidamente la parte donde “sale del clóset” se sentiría decepcionado. En lugar de permitir que sus lectores se alejen vayan con una etiqueta, Ocean los obliga a involucrarse con una experiencia romántica específica. No es gay ni bisexual, es un individuo que escribe sobre una experiencia particular con otro individuo. Y lo hace de una forma desgarradora.

Hablar de tu orientación sexual no es solo contar la historia de tu pasado. Prescribe y promete la historia de tu futuro. Dice que sabes lo que viene después, que el amor y el sexo, el deseo y el dolor, son cosas que podemos predecir. Pero, igual que con esa verdad tan ansiosamente ignorado en todas nuestras relaciones, sólo sabemos lo que ha pasado, y no tenemos idea de lo que querremos mañana. “Homosexual” y “heterosexual” son promesas de lealtad. Son categorías, y las categorías son un consuelo.

Entender un álbum de forma autobiográfica es igual de reconfortante. Tenemos las respuestas. Sabemos quién es el cantante, a quién le canta, que ocurrió para que la canción existiera. Igual que la carta, el álbum le niega éste confort a su público.

Gran parte del álbum tienen poco que ver con el amor, o al menos con el amor sexual. Se preocupa por criticar el estilo de vida y la adicción así como por la narración de las dificultades del amor y el deseo tantos en hombres como mujeres. Además, las pistas que podrían ser llamadas pistas “heterosexuales” son intensa y agresivamente heterosexuales. En "Pyramids", el cantante está viendo como su novia stripper se viste para ir a trabajar. En "Pink Matter", el título (Materia Rosa) podría o no ser un nombre explícitamente anatómico para todas las mujeres. El álbum, así como la carta de Ocean, se rehúsa a ofrecer coherencia. Su fuerza reside en esa negación.

El enorme apoyo en respuesta a su “carta para salir del clóset” ha sido abrumador: desde los colegas de Ocean, críticos e internet, todos palpitando como un gran corazón. La desagradable reacción negativa también ha sido virulenta. Buzzfeed recolectó y publicó los tuits de antiguos fans de Frank Ocean, quienes compararon al cantante con el pederasta Jerry Sandusky. Target citó el estreno del álbum de Ocean en Tumblr como una de las razones para no meterlo a sus bodegas. Sin embargo, las verdaderas razones detrás de esta decisión siguen siendo cuestionadas. Target, en su respuesta a las acusaciones de homofobia, dijo que cuenta con múltiples discos de artistas abiertamente homosexuales.

Pero quizá esa distinción sea justo el punto, la fuente de esta ira homofóbica de la que Ocean ha sido víctima. Quizá esta ira esté también detrás de esos abominables tuits: “Sandusky abusó de Frank Ocean, y a éste le gustó”.

Cualquier cosa sin una categoría resulta amenazador. La carta de Ocean obliga a su lector a ver un retrato de una relación íntima, sin ninguna explicación ni términos clínicos de por medio. No es esa idea generalizada de “homosexualidad”. Es sentarse en un Maxima, en pleno verano, con un hombre que amas, decirle que lo amas, y pedirle que te de una palmada en la espalda y te diga “cosas bonitas”, pero sin decir que te ama de regreso.

Los detalles de la intimidad resultan incómodos. Este acto es quizá lo que ha asustado a los espectadores más de lo que haría una carta de este tipo más tradicional. Si Ocean hubiera dicho simplemente que es gay, los homofóbicos habrían podido encasillarlo en una esquina con todos los demás. El desprecio que sentimos contra aquellos cosas que nos desagradan y que sabemos seguras, no se compara con el desprecio contra aquellas cosas que nos resultan inciertas.

Los tuits de Sandusky-Ocean asumen no solo un tono autobiográfico, los autores consideran que se están dirigiendo a ellos personalmente. Uno de ellos dice que se sintió acosado porque escuchó "Thinking 'Bout You" mientras estaba en la regadera. Este supuesto, que uno es el objeto de una canción sólo porque es parte del público de esa canción, no es muy distinto a asumir que sólo porque alguien de tu mismo género es gay, debe sentirse atraído a ti, y debe querer ligar contigo.

Las canciones no son sobre ti, y el punto de las canciones no es la identidad del sujeto. Las lecturas autobiográficas de la música pop son lecturas increíblemente inmaduras, casi tan inmaduras como dos adolescentes que se dicen “marica”.

Una interpretación menos optimista sería decir que la carta de Ocean fue una actuación muy bien planeada. Después de todo contribuyó enormemente a la popularidad del álbum y a su recepción. Yo creo que esto no fue así, que Ocean fue tan honesto como parece, pero no tengo forma de saberlo con toda seguridad. Más importante aún, no importa. Esa hambre de veracidad, ese cuestionamiento, convierte al escucha en una especie de padre que se preocupa por las andanzas de su pequeño hijo. Si la historia de Ocean fuera completamente inventada, tendía el mismo impacto que está teniendo ahora. La carta comienza con las palabras: “quién quiera que seas, donde quiera que estés, empiezo a pensar que somos muy parecidos”. Disolver la expectativa de una música popular autobiográfica es útil, y ayuda a crear compasión a través de un reconocimiento universal, así como disolver las rigidez de las categorías como homosexual, heterosexual, bisexual, etc.

"Bad Religion", la pista más sobresaliente en un álbum repleto de canciones sobresalientes, podría ser la culpable de todo este alboroto por su pronombre masculino (“no puedo hacer que él me ame”). Sin embargo, esta pista también trasciende a ese tipo de lectura. La canción termina con la repetición de las palabras: “es una mala religión amar a alguien que no te puede amar”. Al final, lo que importa es el amor (ya sea correspondido, posible, o ese que te rompe el corazón), y vale la pena decírselo explícitamente al mundo. Igual que la carta de Ocean, “Bad Religion” habla de una experiencia que va más allá de los masculino y lo femenino, de las relaciones entre personas del mismo sexo o del sexo opuesto. La experiencia es tan universal, que las declaraciones sobre la preferencia sexual, sobre la homosexualidad o la heterosexualidad, se vuelven innecesarias, incluso risibles. Si necesitas que un álbum sea sobre ti, un buen álbum sobre amor no correspondido es siempre una excelente opción.