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Vice Blog

Los picós y la rebeldía tecnológica liberadora

Estas verbenas nocturnas callejeras han estado sucediendo a lo largo de la costa caribe colombiana por lo menos desde 1950, cuando la cultura de los picós nació en Cartagena.​

Son las 2:00 a.m. de un domingo en las afueras de Barranquilla, y cientos de personas están bailando en las calles al ritmo de tres sistemas de sonido estilo picó en competencia. De cerca, cada picó es lo suficientemente ruidoso como para ahogar a sus vecinos, pero entre ellos es un paisaje sonoro tan psicodélico como las pinturas de neón con aerógrafo que cubren las parrillas de las imponentes torres de altavoces.

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Un joven miembro del sistema de sonido Super Kike trepa para ajustar un láser. Imagen: autor

Nuevos éxitos del reggaetón lanzados la semana pasada se mezclan con el pop nigeriano de los años 70 y los sonidos de la champeta. Láseres, ensordecedores drops de DJ, ron y botellas de cerveza barata se suman a la intensidad.

Picó 'El Gran Lobo' en Barranquilla. Imagen: autor

Estas fiestas nocturnas callejeras han estado sucediendo a lo largo de la costa caribe colombiana (menos los láseres) por lo menos desde 1950, cuando la cultura de los picós nació en Cartagena.

'Nuevo Junior' pintado por el legendario artista de picós William Gutiérrez. Imagen: autor

Cuando se estaban construyendo los primeros picós, todo, desde los parlantes hasta los amplificadores de tubo, era personalizado. En cada barrio popular había una persona con un picó que organizaba fiestas en la calle, en pequeños bares o en la casa de un vecino. Cada caja de picó era pintada con un mural tropical icónico y el picó recibía un nombre y un eslogan poderosos. (Mi favorito de los 70 es el picó "Solista" cuyo gabinete para el bajo sólo dice "La Nave Salsosa / La Potencia Nuclear").

Miembros de la familia Fulo preparan el picó 'El último hit' para transportarlo a una fiesta al aire libre en Santa Marta. Imagen: autor

Actualmente la cultura del picó vive a lo largo de toda la costa, con una presencia especialmente fuerte en Barranquilla. Se presume que ese fue el destino de los primeros cargamentos de discos de África Occidental que, junto con LPs y 45s locales y caribeños, se convirtieron en la banda sonora de una cultura de sistema de sonido única en el mundo.

Alex Alema, DJ y dueño del picó 'Timbalero', con un codiciado 45. Imagen: autor

A principios de junio viajé a Colombia para producir una película dirigida por el dúo artístico italiano Invernomuto, que trata sobre la cultura de los picós en su forma actual. Lo que más me impresionó de la escena de los picós es haberme dado cuenta de que la cultura del sound system no emergió solamente en Jamaica para expandirse desde allí a todo el mundo. En reacción a las experiencias coloniales postesclavitud, los afrolatinos en Colombia inventaron una nueva cultura centrada en los sistemas de sonido casi idéntica a la de Jamaica.

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Es muy común encontrar en los bares de Barranquilla masivas bibliotecas de vinilos como esta. Imagen: autor

Las fiestas callejeras generaron categorías completamente nuevas de oportunidades económicas, sirvieron como un espacio para el comentario social y político y permitieron un respiro de felicidad a las desgarradoras luchas diarias.

Los picós son icónicos por los murales sobre sus parrillas, que a menudo incluyen temas tropicales en pintura neon mezcladas con escarcha. Imagen: autor

El baile callejero accionado por sistemas de sonido, en sus variaciones jamaiquinas y colombianas, es un ejemplo de la creativa y rebelde tecnología liberadora africana en su forma más accesible. Son más que fiestas: se trata de un antiguo ritual alquímico de palabra, sonido y poder, espacios radicales donde nuevas narrativas son escritas y reescritas entre los cuerpos, a través y más allá de la diáspora transatlántica.

Algunos picós como el 'Salsa De Puerto Rico' (en la foto) todavía funcionan con amplificadores análogos de tubo. Imagen: autor

Si te interesan este tipo de cosas y quieres experimentar la escena de los picós de primera mano, es esencial que te pongas en contacto con Fabian Altahona, quien ha dedicado su vida a documentar y conectar esta increíble cultura afrocolombiana con el resto del mundo. Otro gran punto de entrada es el trabajo del DJ, escritor y antropólogo de barrio Boima Tucker.

El picó 'Concord' con su dueño y DJ Mario Fabré Angregas. Imagen: autor

Cuando eres extranjero, como yo, puedes hacer tu mejor esfuerzo y profundizar en las raíces antiguas y arcanas de estos rituales, o simplemente tomarte algo y ponerte a bailar. La fiesta siempre te acepta tal cual eres. Nacida de la brillantez y la necesidad, la cultura del sound system en Colombia es un poderoso testimonio de la ingenuidad negra y es un hito histórico en la lucha global en curso contra la supremacía blanca y el colonialismo.