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El gobierno sirio lanzó una guerra contra las telenovelas

Mientras el mundo occidental pasa horas debatiendo acerca de Miley Cyrus, los sirios discuten acerca de las actrices y telenovelas de su país que son rechazadas por el presidente Bashar al Asad.

La actriz siria, Fadwa Soliman.

Mientras el mundo occidental pasa horas debatiendo acerca de Miley Cyrus, los sirios discuten acerca de las actrices y telenovelas de su país que son rechazadas por el presidente Bashar al Asad.

La discusión empezó a principios de enero del 2011 después de que la actriz de novelas Fadwa Soliman llevó a cabo una protesta pacífica en Homs. Después de que el régimen de Asad reprimió la carrera artística de Fadwa, ella empezó a ver el abuso de poder que Asad tenía sobre los actores. “Yo me opuse a la forma que trabajamos. Me opuse a la humillación”, Fadwa le dijo a Reuters. “Dondequiera que vayas, incluso un teatro o una productora de cine, sentirás que estás vigilado.” Así que Fadwa usó su carisma para movilizar manifestantes, motivó a un público para ir a Homs y gritar, “La gente de Siria está unida”.

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Aunque Fadwa se opuso al régimen de Asad al comienzo de la guerra, las actrices de telenovelas y productores tenían una relación complicada con el gobierno. Por años, las telenovelas han sido utilizadas como propaganda para el régimen de Asad. El Ministro de Cultura de Siria tomó control de la televisión de Siria en 1960, y por décadas, —según el New York Times— la mayoría de los programas de televisión en Siria eran propaganda enfocada en la virtud y potencia del pueblo de Siria y su gobierno. Sin embargo, esto cambió cuando la televisión por satélite le dio permiso a la televisión de Siria de ser vista a través del mundo árabe. Gracias a la programación por cable, las telenovelas de Siria se convirtieron en las favoritas y más populares del mundo árabe. Asad permitió que los programas tocaran temas de género, terrorismo y otros temas controversiales, así para que su gobierno pareciera estar libre de censura. En 2011, Los Angeles Times dijo que el gobierno de Asad incluso le otorgó permiso a las actrices y actores ­—de las telenovelas patrocinadas por el estado— de expresar su inconformidad del gobierno.

Imagen de un programa de televisión árabe.

Detrás de cámaras, 300 actrices y actores sirios firmaron una peticiónque le pedía al gobierno ofrecer comida y ayuda a los niños en Daraa, una ciudad en Siria. En respuesta, veinte de las compañías productoras más exitosas de Siria públicamente vetaron a los artistas que firmaron la petición. Después de estar en esa lista, los fans de la televisión de Siria crearon una lista “Pena de sirios”, que enlistaba los nombres de figuras culturales que apoyaban al régimen.

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Después de estos sucesos, los directores y reparto de telenovelas enfrentaron miedo y no querían criticar a Asad. El mes pasado, el director Saifeddine Al Sibaii le dijo a la Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados que muchos productores se han mudado a Líbano. Pero mudar todo un equipo de producción fuera de Siria no significa que los directores tienen planes de cambiar el contenido de las telenovelas.

Por teléfono hablé con Donatella Della Ratta, una estudiantes de post doctorado en la Escuela Annenberg de Comunicación de Universidad de Pennsylvania y también es una experta en medios del Medio Oriente, ella me dijo que las telenovelas patrocinadas por el estado nunca culpaban a Asad ni al gobierno de Siria por problemas en el país. “Es imposible tocar al líder”, dijo. Por ejemplo, cuando una telenovela habla de corrupción, la telenovela nunca culpará a Asad por corrupción. De todo lo contrario, el programa lo muestra como un figura que puede resolver el problema.  “En la novelas, la autoridad del líder es justificada aún más porque está combatiendo la corrupción”.

Aunque las producciones se mudaron a Líbano, ella cree que seguirían hablando de la guerra de una manera muy superficial. “El mensaje de las novelas es que se necesita reconciliación, y no de manera política, sino de manera humanitaria”.

De cualquier manera, la mayoría de las telenovelas de Siria están luchando por ser vistas. Sakhr Al-Makhadi, una periodista de The Guardian y la BBC, me dijo en un correo electrónico: “Tradicionalmente, los sirios hicieron las telenovelas, mientras que el Golfo Pérsico las transmite a la región. Estas emisoras están basadas en países que están en malas relaciones con Siria y ahora están boicoteando los programas de televisión de Siria. Esto ha fomentado el resurgimiento de la industria de la televisión en Egipto, eso sólo significa que las voces sirias van en contra la marea luchando por ser escuchadas”.

Esto no ha detenido a las actrices de protestar el gobierno. En mayo, las autoridades detuvieron a las actriz May Skaf mientras caminaba en su vecindario en Damasco. Después de cuestionarla por horas, los oficiales la dejaron libre. Después May posteó en YouTube un video explicando su deseo por salir de Siria. (Desafortunadamente, el gobierno le negó el pasaporte y ella no pudo conseguir asilo). En el video dice: “Los oficiales me acusaron de que me estaba aprovechando de la situación por intereses propios”.

El régimen se negó a creer que una actriz fuera capaz de luchar sin querer algo a cambio, pero May no quería fama ni tenía interés, entonces, ¿por qué la arrestaron? El contenido de las telenovelas no era revolucionario pero el arresto de May es símbolo de la amenaza que siente el régimen. El régimen de Asad y su propaganda crearon la televisión de Siria y ahora las actrices se han convertido en fuertes voceras dentro de las manifestaciones en contra de Asad.

@The_Sample_life