La fotógrafa que documenta a su madre bipolar
"Mamá en Florida, 2016", Todas las fotos por Melissa Spitz

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Cultură

La fotógrafa que documenta a su madre bipolar

La fotógrafa Melissa Spitz lleva varios años documentando a su madre bipolar para un proyecto llamado "No tienes nada de qué preocuparte".

Este artículo fue publicado originalmente en Broadly, nuestra plataforma dedicada a las mujeres.

"Todo el mundo dice que tiene una mamá loca. Y yo me acuerdo de responder, 'No. Mi mamá sí está loca'". Melissa Spitz sabe más sobre este tema que la mayoría. Esta fotógrafa de Missouri, Estados Unidos —pero que vive en Brooklyn— es la artista detrás de You Have Nothing to Worry About ('No tienes nada de que preocuparte'), una cuenta de Instagram y, al mismo tiempo, un proyecto complejo y prolongado en el que documenta a su madre: una enferma mental y drogodependiente.

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La fotografía surgió como algo natural para Melissa. "Llevo toda mi vida tomando fotos. Mi abuelo me introdujo a la fotografía cuando era niña". Cuando sus padres se divorciaron, la fotografía se convirtió en un mecanismo para soportarlo. "Todo lo que antes había sido perfecto y tranquilo desapareció de la nada. Para mí simplemente era más fácil llevarme la cámara a la casa y hacer esto, que afrontar lo que estaba sucediendo. Estaba furiosa en ese entonces."

La madre de Melissa, cuyo nombre no se revela, es rubia y peculiar, pero las fotos que la muestran fumando, sentada o rascándose son más que un simple documento. "Hay una foto que tomé de mamá gritando en una banca… Había tanto dolor en su voz y… Yo pensé, así es como me siento. De pronto todo se sintió como un eco. No sólo se trataba de mí documentando a mi madre, sino de mí utilizándola como metáfora de lo que pasa en mi vida y viceversa". Melissa piensa en las fotografías posteriores —poderosas, inesperadas, a veces irónicas— como en una conversación entre las dos. Su relación fotográfica es inestable, fragmentada y con frecuencia oscura; un reflejo del desmembramiento que se produce cuando la enfermedad mental le gana a la persona. Uno podría ver cómo el espejo roto devuelve un reflejo quebrado de ellas.

"Creo que al principio pensé que las enfermedades mentales eran una tontería", explica Spitz sobre su madre bipolar, quien ha pasado por varios diagnósticos. "Sin embargo, ahora sé que está muy, muy enferma y tengo una opinión completamente diferente de la salud mental. Creo que es necesario que se brinde mucho más apoyo y se ofrezcan más fondos para los miembros de la familia y los hijos, que son el círculo de personas que les rodean".

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Pero si buscas una historia cursi de redención y victimización, la obra de Spitz no está aquí para eso. "A veces pienso que mi trabajo la victimiza, pero ella no es ninguna víctima. A ella le gusta que la fotografíen y le gusta hacer cosas para llamar la atención. Creo que por eso le gusta tanto el proyecto, porque consigue subirse al escenario. Todo eso tiene mucha fuerza".

"El Xanax de mamá, 2012". Todas las fotos por Melissa Spitz

"Alguien comentó sobre una de mis fotos, 'Ella ha criado una hija muy buena' y yo quería responderle, 'Ella no crió a nadie'", afirma Spitz. "Como ya dije, creo que la obra a veces la victimiza".

La pregunta más común tiene que ver con el consentimiento y con una preocupación casi condescendiente: ¿las fotografías ayudan a la madre de Spitz? ¿No se está infringiendo algún tipo de deber de asistencia? Spitz niega rotundamente esta afirmación. "Mi madre se siente completamente importante y validada como ser humano gracias a que el proyecto está ahí afuera. Hay momentos en que soy muy feliz de estar haciéndolo y otros en los que ella se aprovecha de mí… Sin duda es algo que cambia mucho, pero estoy contenta de haberme incluido a mí misma y de estar empezando a incluir mi propia historia mucho más".

"Mamá maquillándose, 2016"

"Hay gente que ha calificado mi obra de explotadora y otros han dicho que estoy exponiendo a mi madre bajo una luz negativa. Si hay algo que me haga sentir como si me estuviera aprovechando, es el clásico 'si la vida te da limones, haz limonada'".

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Spitz hace una pausa.

"De hecho, retiro lo que acabo de decir. En realidad nunca tengo la sensación de aprovecharme de ella. Nunca. Por ejemplo, hay una imagen de ella levantándose su bata de hospital. Ella me decía, '¡Toma esta foto de mí y mi herida!' y yo le respondía, '¡Mamá, no, no quiero tomar una foto de tu vagina! y ella seguía, '¡Tienes que hacerlo!'. En realidad es muy dictatorial. A veces es como si yo estuviera pintada en la pared".

Hay una falta de resolución en la narrativa, pero eso no es necesariamente malo. Los pacientes de enfermedades mentales suelen ser representados como personajes excéntricos y adorables, o como medios de salvación para otra persona. Pero la realidad incluye instituciones, regímenes de fármacos y comportamientos autodestructivos. Muchas enfermedades mentales no tienen un final natural. Para Spitz, el proyecto no terminará hasta dentro de muchos años. "Durante algún tiempo, el proyecto se tituló Til She's Dead (Hasta que muera), pero era un poco macabro", afirma. Spitz lleva fotografiando a su madre desde 2009 y tiene intención de continuar tanto tiempo como ambas puedan, con un resultado final de una exposición o libro que pudiera abarcar lo de una década.

Instagram se convirtió en un vehículo natural para su trabajo por más motivos que solo el de compartir. Es necesario observar su cuenta desde cierta distancia para ver cómo las fragmentadas imágenes encajan entre sí. Spitz explica, " se convirtió al instante en una metáfora de cómo es observar y comprender una enfermedad mental, porque si miras mi cuenta como se supone que deberías hacerlo, en cierto modo tiene sentido. Pero después las cosas se desordenan. Ves esquinas extrañas y cosas borrosas. Como sucede con la salud mental, hace falta dar un paso atrás para tener una perspectiva más amplia. Debes hacerlo desde afuera, desde la cuadrícula para que tenga sentido".

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"Cuando preparo una exposición, nunca estoy segura de si las imágenes estarán completas o cortadas en cuadraditos. Esas líneas blancas sobre las imágenes están empezando a causar algo en mi interior cuando las miro".

Dentro o fuera de las cuadrículas, la obra de Melissa Spitz destaca por mérito propio.

"'Necesito esto para protegerme', la pistola de mamá, 2014".

"La última vez que papá recuerda haber visto a mamá siendo 'normal', Bumbershoot, Seattle, Washington, 1994".

" Todos los medicamentos de mamá, 2014, 1994".

"Grito, 2013".

" Papel tapiz, 2013".

" Diente de león, 2016".

Día de piscina, 2015".

Mamá en la exposición de mi tesis para mis Maestría en Bellas Artes, 2014".