Imágenes cortesía de la artista.Cuerpos cubiertos por medias color berenjena, rostros volteados bajo una capa de espuma de mar hecha con plástico, el pie de una bailarina cubierto de sangre: estas son todas escenas de la adolescencia de la fotógrafa Joanne Leah. "La historia detrás de esta serie comenzó cuando yo era una adolescente rebelde", dice Leah de su proyecto en curso Acid Mass (algo así como Misa Ácida). "Solía tomar LSD, ir a fiestas y después mi madre me hacía ir a misa el domingo por la mañana mientras yo todavía estaba alucinando. Mis imágenes se basan en ese mundo: ritualista, aislado, atrapado, distante, extraño, infantil y algo violento".
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Cada imagen es un retrato —algunos de los modelos son amigos de la fotógrafa y otros extraños contactados vía Craigslist— en el que la escenografía está pensada hasta el último detalle. "La utilería se compone de objetos personales y cada uno tiene una historia de fondo que se materializa en función de un recuerdo o de un sueño", explica. "La hierba de Pascua que huele a azúcar, una manta que mi madre hizo, un viejo maniquí que encontré en la calle, arena de la playa, tela que encontré en mi antiguo apartamento, ajonjolí de mi alacena… y así sucesivamente".Aquí, los viajes turbulentos de la Misa Ácida de Joanne Leah.
