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Conversamos con el alemán que creó el primer premio para cine LGBTI

Wieland Speck, creador del premio Teddy, vino en el marco del Ciclo Rosa que se lleva a cabo este mes en Bogotá.
Foto por: Pablo David G. | VICE Colombia.

Wieland Speck es un hombre alto, de ojos claros y barba blanca. Es alemán, cineasta y actor y desde 1982 lleva liderando la curaduría de Panorama, una sección de uno de los principales festivales de cine del mundo: el Festival de Cine de Berlín. Allí, junto con Manfred Salzgeber, crearon hace treinta un años el Premio Teddy, un premio de cine gay-lésbico, con el fin de dar relevancia en los medios de comunicación generalistas a las películas de tema LGBTI, que según ellos no era lo suficientemente fuerte.

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El premio, que fue entregado por primera vez a Pedro Almodóvar, por su película La ley del deseo, se entrega en tres categorías: cortometraje, largometraje y documental. En el mundo existen premios similares en otros festivales, como el Premio Sebastiane en el Festival de Cine de San Sebastián, Espiga Arcoíris creada en 2016 en la SEMINCI de Valladolid, o el Queer Lion en la Mostra de Venecia.

Cuando lo conocí el pasado martes, me saludó cálidamente, mientras se proyectaba una película del Ciclo Rosa en la Cinemateca Distrital en el centro de Bogotá, un festival que dura desde el 15 hasta el 24 septiembre: el ciclo de cine queer más importante de Latinoamérica. Fue fundado por el Goethe Institut, el Instituto Pensar de la Universidad Javeriana, el Colombo Americano de Medellín y la Cinemateca Distrital en 2001 y este año presenta una selección de más de 25 títulos nacionales e internacionales y una serie de eventos, encuentros y charlas que traen a Colombia un amplio panorama de la escena queer del mundo.

La llegada de Speck a Colombia acompañó la proyección de una de las películas ganadoras del Teddy, el documental Small Talk, producido en el año 2016, dirigida por la cineasta taiwanesa Huang Hui-Chen, que fue presentada por Ambulante Colombia para el Ciclo Rosa de este año.

Ahora, con ese legado que ha construido por más de 30 años, Speck deja de lado su papel protagónico en la escogencia de las películas para Panorama y para los Premios Teddy para convertirse exclusivamente en un consultor del programa. En este último año, su último como director de la sección, me contó un poco más sobre qué significa esta Panorama para el cine internacional, para la audiencia en general y para la comunidad LGBTI.

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Poster Ciclo Rosa 2017.

VICE: Dime la historia detrás del Premio Teddy. ¿Cómo fue en esa época crear un premio dirigido a la comunidad LGBTI?
El premio hace parte del Festival de cine de Berlín. En 1982, en ese festival, creamos la sección Panorama en la que mostrábamos películas de este estilo, para la comunidad LGBTI. En ese entonces éramos solo dos personas. Cuando creamos el Teddy, Panorama ya tenía siete años.

Nos dimos cuenta de que era muy importante para la época hacer algo más sobre estas películas, entonces dijimos que debíamos hacer un premio. Era otra forma de tratar con estas películas.

¿Cómo reaccionó la gente?
Obviamente, malas personas reaccionaron mal y buenas personas reaccionaron bien. No hay una sociedad en el mundo que quiera gente homosexual. Es decir, cada padre quiere sus hijos como ellos, heteronormativos, heterosexuales. Entonces es normal que no haya una buena reacción.

Solo puede haber una reacción política. Y políticamente, en esa época, nuestra sociedad estaba más o menos lista para dar un paso adelante en emancipación. De esta forma, las reacciones no fueron tan malas o la sociedad estaba más avanzada que lo que podían estar esas "malas personas".


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¿Qué puede aportar la percepción homosexual al cine?
Acá tengo que devolverme en la historia un poco. Tuve una experiencia en 1971, tenía 21 años y empezaba a entender lo que era ser "gay". En esa época, la sociedad no te explicaba nada y el mundo pretendía ser 100% heterosexual.

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Me di cuenta de que había algo raro en mi. Básicamente llega un momento en el que te das cuenta de que tu familia piensa que eres alguien más o tú piensas que no eres lo que ellos creen que eres. Y eso es dramático porque tienes que cambiar tu concepto de vida por completo.

En ese momento el primer largometraje después de la guerra se hizo en Berlín, que tenía un nombre increíble: Not the Homosexual Who Is Perverse, But the Society in Which He Lives (en español: No es perverso el homosexual, sino la situación en la que vive) y su director es Rosa von Praunheim, un ídolo en este tipo de películas

Esta película atacaba el mundo comercial del hombre gay por no ser lo suficientemente político y por no pelear por sus derechos. Cuando vi esa película me di cuenta de que el cine puede ser un arma que ataca las cosas que van mal en el mundo. Puede animar personas a unir causas diferentes. Ese poder de las películas hizo que empezara crearse la comunidad gay.

Eso es una cosa y por otro lado tenemos la estética de estas películas.

Y por otro lado, ¿hay algo que esta industria pueda aprender del cine heterosexual?
Pues, el cine es 90% heterosexual y cree que lo es todo. Entonces no puedes aprender algo de él, simplemente es, existe. Lo que sí tiene que pasar es que tienes que ser lo suficientemente crítico para ver entre las imágenes el espíritu que hay detrás. Entre más rápido seas crítico frente a la cultura, más rápido encontrarás la manera de expresarte en una forma que no se camufle con el cliché o la convención.

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¿Cómo funcionan los Teddy Awards?
Mi programa no es queer, es un programa que se enfoca en películas queer. Cada año tenemos situaciones políticas que van cambiando entonces el enfoque varía según el contexto LGBTI de diferentes países. Por ejemplo hay países que se vuelven prevalentes en este tipo de películas como Argentina al final de los 90; Chile ahora, y nos falta Colombia todavía, de hecho…

Speck en la Ciclo Rosa. Foto por: Pablo David G.

Entonces eso es lo que buscan es las películas que muestran: ¿exponer un contexto específico de ciertos países?
Busco películas que coincidan con nuestra audiencia. Pero no necesariamente son películas comerciales porque son nuevas, nadie las ha visto. Lo que escogemos entonces va ligado a la confianza de la audiencia a mi como curador y a la industria.

Lo que trato de hacer es traer películas difíciles para la industria. Esa es la idea de Panorama y cada año tengo 100.000 espectadores.

Cuéntame un poco más acerca de esas películas. ¿Cómo haces la curaduría?
Busco la película que vaya bien con el programa: es decir, esta película puede ir bien en un momento determinado y tiene que ir bien con las demás también.

¿Tienes algún mensaje para Hollywood?
No exactamente porque Hollywood es muchas veces mejor que lo que hablamos de la industria. Hay mucha gente brillante trabajando ahí pero está ese lado comercial que no nos interesa tanto. Siempre tienen que buscar un final que sea compatible.

¿Y cuál sería el mensaje para la comunidad LGBTI?
Tampoco tendría uno. En algunos países, en Latinoamérica la comunidad es tan diversa que puedes contar con cualquier tipo de movimiento social. Sabes, la cosa es que mostramos 50 películas cada año, entonces lo que hacemos es mandar un mensaje a través de esas películas que escogemos de entre más de tres mil. Ese es el mensaje que damos cada año. Ellas hablan por sí solas.