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Música

Testimonios de la sobredosis, Parte V: metadona y muerte

Esta nueva serie reúne testimonios de personas a las que se les fue la mano con el consumo de sustancias psicoactivas.
Ilustración: Sara Pachón.

Para contrarrestar la narrativa ligera sobre las drogas en la que a veces cae nuestra generación, hace unos meses emprendí una búsqueda de historias tejidas alrededor de esos momentos oscuros en los que muchos consumidores nos hemos levantado al otro día, preguntándonos si ya fue suficiente. Debido a esto, decidí meterme con lo más sombrío: con la sobredosis y con la muerte. Esta es una serie necesaria, un llamado al orden cuando se nos va la mano. Porque muchos de mis personajes aprendieron la lección, unos no tanto y otros ni siquiera alcanzaron a contar el cuento.

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Esto es Testimonios de la Sobredosis: historias que lidian con la letra menuda del consumo y el otro extremo de la noche.

Luna, 23, estudiante.

"Yo siempre he creído que tú vienes a esta vida porque quieres, porque algo hizo que vinieras acá, algo que aún no sabes qué es. Y parte de todo lo que pasa, pasa porque tú quieres. El mundo está lleno de maestros y nos llegan enseñanzas de todas partes. Muchas tú no las buscas, sino que simplemente llegan a ti. Digamos, yo ya sé que estoy aquí por la espiritualidad en esta vida. No sé si Freddy era un maestro o una enseñanza, pero todo mi amor para él, yo lo quería demasiado, todavía…

Al man lo conocí en T&T, un validadero de acá de Bogotá. Nosotros éramos de esos novios que volvíamos, terminábamos y volvíamos otra vez, en esas duramos como un año. Recuerdo que cuando pasó lo que pasó nosotros habíamos terminado. Yo había farreado todo ese año, desde enero hasta junio sin parar un fin de semana y entre semana también. ¿Por qué me gustaba salir tanto? básicamente por la música, me gusta mucho el dnb, pero ya me mamé de esa mierda. Y los dos también salíamos muchísimo pero cuando estábamos juntos nos manteníamos limpios porque queríamos. Nos decíamos como 'yo no voy a dejar el perico por ti y tú no vas a dejar nada por mí', pero sin que fuera una regla fuimos dejando cosas estando juntos. A la final esa era un poco la idea, que estábamos juntos y ya, sin nada más. Al final sí hacíamos cositas, pero ya al final.

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En esa época viajé a Miami, Freddy me volvió a escribir estando allá, y empezamos a hablar otra vez. Volví a Bogotá, ese fin de semana en el que pasó todo me enfiesté con él y mi mamá terminó echándome de la casa. Es que a mí también me pasaron videos, ¿si me entiendes? De pronto por lo que estoy tan bien en este momento de mi vida es que no ando metiendo tanto.

El caso es que apenas me echaron yo me fui a vivir con un tío por la 33. Freddy siguió de farra hasta el lunes, y ese día me llamó para seguirla. Yo le dije que obviamente no, que me acababan de echar; el man se rayó conmigo y me dijo como 'ay, tú no sabes farrear'. Esa fue la última vez que hablé con él.

Del viernes al lunes Freddy se comió siete pepas de metadona. Y pues eso fue lo que pasó, eso fue lo que dijeron. Pero ni idea si se las comió durante todos esos días o se las comió todas el lunes. Probablemente también olió, tomó perico y hay muchas cosas que no se pueden mezclar con el alcohol así como así. Él se quedó con un parcero después de farrear el lunes, y los dos amanecieron durmiendo en las sillas de un parque en Chapinero. El caso es que en un momento Freddy empezó a roncar muy raro, su amigo se despertó y vio al man todo morado y haciendo sonidos re raros. Este chico llamó una ambulancia que se demoró como dos horas en llegar, algo así. Finalmente la ambulancia llegó, lo subieron y creo que se murió en la ambulancia de un paro cardiorespiratorio, me imagino que estaba morado porque había dejado de respirar.

Al otro día de eso yo aún no sabía lo que había pasado y fui a clase normal. Durante el día llamaron a un parcero del colegio que era muy amigo de Freddy. Lo llamó un amigo a preguntarle si sabía algo de él, porque ellos habían farreado juntos ese fin de semana. Luego me preguntaron el número de la casa de Freddy, yo les dije que él no tenía y luego de eso el 'primo' nos dijo: 'creo que mataron a Freddy'. Yo les respondí que no podía ser, no podía creer algo así. A mí Freddy me había dado el número del amigo que estuvo con él cuando se murió por si pasaba algo o lo necesitaba. Entonces apenas salí de clase le pedí un minuto a la profesora, llamé a ese número y le pregunté al amigo si sabía algo de mi chico. Él solo me dijo que había fallecido y que estaba en la casa de él, aunque nunca entendí si estaba en su casa o la de Freddy. Colgué y me ataqué a llorar una gonorrea, yo estaba en lágrimas huevón… La profesora me preguntó si quería agua, si estaba bien. Luego volví a llamar a preguntar bien todo y me contó todo lo que te estoy contando. El parque fue por Chapinero, y ni siquiera creo que haya sido por eso que dijeron de la metadona, sino una mezcla de todo.

Luego llegó la coordinadora del colegio y en ese punto nadie sabía si era verdad, igual él ya no estudiaba en T&T en ese momento. ¿Cuánto años tenía? Freddy se murió a los 22 años. Eso fue un 29 de julio, como en la madrugada del martes. El velorio fue el jueves… o el viernes, creo. No sé si se demoraron en decirnos a todos un día, o si fue que Freddy duró en Medicina Legal un día, pero fue algo así.

Yo pienso que la existencia no se basa solo en lo que yo he vivido en esta vida, sino todo lo que se ha vivido en otros estados. Es que no te imaginas la infinidad de cosas que hay. Somos como polvito de estrellas, y cuando nacemos salimos siendo algo de allá, ¿sí me entiendes?