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Todo el porno que ves gratis está destruyendo la industria

Hablamos con el escritor Jon Ronson sobre su nuevo audiolibro y sobre los cambios dentro de la industria pornográfica.
Audible

Jon Ronson ha construido una carrera a punta de llevar el absurdo hasta sus límites. Esto ha dado como resultado una suerte de periodismo investigativo tipo gonzo. En The Men Who Stare At Goats, estudió los esfuerzos del ejército de Estados Unidos por descubrir los poderes psíquicos potenciales de la gente; en The Psychopath Test utilizó dicha prueba (la del mismo título) para exponer los sesgos de la industrial de la salud mental; e incluso en Okja, coescrita con el director Bong Joon-ho, aplicó los excesos de la industria de la carne a una historia fantástica que trata de un súper cerdo creado a partir de tecnología CGI. En este sentido, The Butterfly Effect , su nuevo audiolibro lanzado a través de Audible Originals, es puro Ronson.

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The Butterfly Effect empieza con la historia de Fabian Thylmann, el multimillonario detrás de Pornhub, lugar al que acceden aquellos que desean reproducir porno sin pagar por el. A partir de ahí, el autor rastrea el efecto devastador que el emprendedor Fabian trajo a quienes llama "la gente del porno", personas de la Florida que a través de productoras como San Fernando Valley, dirigen, filman, o protagonizan este tipo de contenidos que Pornhub roba con éxito. En el curso del audiolibro, conocemos una fascinante intersección de individuos trasformados por la digitalización de la pornografía. Desde actrices que se han convertido en "actrices de porno por pedido" hasta un adolescente de Oklahoma con autismo, quien acaba registrado como acosador sexual después de enviarle a la chica que le gustaba un diálogo de una escena porno. Después de la exhibición del libro, presentada en Brooklyn Bell House, hablé con Ronson sobre la camaradería que sostienen las estrellas porno, sobre el efecto del streaming en la industria de las muñecas sexuales y sobre el desarrollo del mercado que está en auge: el porno "hecho-a-pedido", conocido también como porno "bespoke".


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VICE: The Butterfly Effect trata básicamente de lo que le ocurre a una industria estadounidense —sus emprendedores, trabajadores, infraestructura— cuando el bien que provee es captado o proveído a través de Internet de manera gratuita. El bien en cuestión es el porno. ¿Cuáles son las variables que lo diferencian de fenómenos como Napster y la industria musical?
Jon Ronson: Cuando empecé a investigar sobre este tema, hace dos años, estaba teniendo una conversación con un amiga, la cantante Emmy the Great. Acababa de descubrir que una de las consecuencias del predominio de Pornhub, es que las actrices porno se estaban volviendo escorts. Le dije a Emmy, "por lo menos tu no tienes que follar con tus fans", a lo que ella respondió, "bueno, aún no".

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Esa es la diferencia. No son muchos los que se preocupan por la propiedad intelectual de los músicos, pero absolutamente nadie se preocupa por los de la industria del porno. Son víctimas de la hipocresía. El público no quiere pensar en la "gente del porno", lo que significa que los abusos que sufren son mucho mayores. Nadie aboga por ellos. Así que son dejados a su suerte.

¿Habrá que culpar a Internet por lo disfuncional que es el porno como industria? ¿No se supone que es en esencia una industria corrupta?
El documental Hot Girls Wanted encontró y mostró un rincón despreciable del porno en Miami. Las personas que conocí en Valley estaban bastante descontentos por el documental pues ese tipo de agente despreciable no representa a la mayoría de la comunidad porno. Allí todos son respetuosos, profesionales y amables entre ellos. Son una familia de desadaptados y para mi eso es adorable. Encuentro la idea de una familia de desadaptados ayudándose entre si, en medio de este lamentable mundo, bastante romántica. Realmente me seduce. Me identifico con las personas de esta industria porque siempre me he considerado un poco desadaptado, así que simpatizo con ellos.

¿Y qué piensas del consumidor de porno gratuito? ¿Qué está perdiendo?
Bueno algunas personas del medio clínico consideran que el streaming está creando una masacre psicológica. La disfunción eréctil ha subido aproximadamente mil por ciento ya que, por la forma accesible en que la gente ve Pornhub, es mucho más complicado tener sexo con otros seres humanos. Cubrimos muchos casos en donde los niños creen que la manera de seducir a una niña es reproduciendo los diálogos de los filmes porno y, por supuesto, la industria de muñecas sexuales está creciendo con éxito. Así que parece estar teniendo efectos significativos en este tipo de consumidores.

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¿Cómo el desprecio cultural proyectado a los miembros de la industria pornográfica los afecta económicamente?
Todo está conectado. En la primera aproximación que tuve a esta investigación hablé con un actor de porno gay, Conner Habib, quien me respondió que "todo lo malo que nos pasa es por agencia del mundo exterior". Es decir, sin negar que hay esquinas oscuras dentro de la industria pornográfica, lo cierto es que yo no vi nada de eso.

Cuando estuve en el set de Stepdaughter Cheerleader Orgy, mientras grababan una escena exterior con las porristas llegando de su práctica, unos chicos agrupados en una colina cercana empezaron a hacerles comentarios ofensivos. Fue la primera vez que vi a todos conscientes y avergonzados. Dentro de la burbuja de la comunidad porno, existe una atmósfera de apoyo profesional y filial. En el momento en que un externo llega, es cuando todo se va a la mierda. Esa es una buena metáfora del libro en su totalidad: la gente con conocimiento tecnológico se beneficia de la industria sin haber pisado un solo set porno porque lo consideran desagradable. Una estrella porno no puede tener una cuenta bancaria porque se le considerada una persona deshonrosa. Pero Fabian puede sacar un préstamo de 362 millones de dólares.


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A lo largo de tu libro exploras el "porno por diseño", donde una persona puede contratar una producción pornográfica para recrear un escenario particular que atiende su fetiche. ¿Qué nos cuentan los fetiches sobre estos extraños?
Como escritor siempre estás pensando en la vida privada de las personas, en su imaginación. El porno Bespoke —básicamente porno personalizado— es una ventana extraordinaria al interior de la vida íntima de las personas. Uno de los primeros pedidos que escuchamos fue el de un hombre que quería que los actores compraran una van particular, la manejaran por ahí durante una semana y luego la explotaran. Entonces solo tienes preguntas. ¿Qué pudo pasar en la vida de este hombre? ¿Qué le hizo esa van en específico? ¿Qué se siente ser un profesional de la industria pornográfica trabajando en exclusiva para un individuo?

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Las personas que diseñan estas producciones no son escritores profesionales, así que crean diálogos extraños, dirigen ángulos extraños, con atuendos extraños, y los profesionales del porno luego tienen que trabajar bajo esas instrucciones. Es como un remake optimista con ángulos sexuales de The Act of Killing ¿Qué más podrías pedir? y luego tienes al tipo que le paga a las actrices porno para que quemen su colección de sellos, o el que quiere que un gremlin le grite a la mujer maravilla. Es muy específico. Es el sueño de una persona, una obra de arte que solo le incumbe a una persona.

Hablemos del registro de acosadores sexuales. Has subrayado lo irreflexivas que son estas leyes, hasta el punto en que niños de seis años que han usado un lenguaje inapropiado, o personas autistas o con habilidades diferentes han terminado incluidas en ellas.
Nunca pensé demasiado en el registro de acosadores sexuales así que no sabía que la vida de niños pudiera verse arruinada gracias a el. Nadie quiere mirar ese registro porque se trata de "acosadores sexuales". Creo que hay algo peculiarmente gringo en la manera en que la pubertad está siendo criminalizada. Existe esta idea entre los jueces e investigadores de que si te comportas raro de niño, irremediablemente crecerás siendo un adulto raro. Y eso no es cierto y los castigos son excesivos. Un chico que ha sido marcado con el calificativo de acosador, no podrá ir a donde los otros chicos. Debe permanecer a 600 metros de los parques públicos, no puede jugar basketball, no puede tomar el bus, no puede ir a las maquinitas. Está permanentemente castigado. Me gustaría decirte que estaba al tanto de esto pero no fue sino hasta que concebí esta historia que me enteré. Así de poco curioso es el mundo.

En tu discusión a propósito del escándalo de Ashley Madison, donde cientos de personas con aventuras extramaritales quedaron expuestas, resaltases que desde entonces las personas empezaron a aceptar que todos tienen "luchas y están rotos". ¿Cómo podemos promover esta tendencia?
De eso también se trata mi libro So You've Been Publicly Shamed. Una de las líneas finales del libro es "nos vemos a nosotros mismos como inconformistas, pero creo que todo esto está creando una era más conformista y conservadora". Estamos definiendo los límites de lo normal destruyendo a quienes se escapan a esta definición. Por alguna razón, las redes sociales están contribuyendo a crear un mundo que juzga más, donde todos están tratando de demostrar lo buenas personas que son. Creo que Glenn Greenwald señaló algo interesante cuando observó que en el mundo antiguo el ente encargado de juzgar a las personas involucradas en el escándalo de Ashley Madison, habría sido el derecho político. Pero ahora es la izquierda. De hecho, la derecha, la derecha católica a veces es más misericordiosa de suerte que tiene más que enseñarnos sobre el perdón, la aceptación y la compasión.

¿Esperas causar efecto con tus críticas señaladas en The Butterfly Effect y Okja ?
Creo que me estoy volviendo moralista con el tiempo. Creo que So You've Been Publicly Shamed, The Butterfly Effect, y Okja tienen un tono moralista. Honestamente, vivimos en un mundo que deshumaniza, donde la gente se odia entre sí y se repliega a sus esquinas. Lo mejor de The Butterfly Effect es que es humanista y trata sobre gente que se lleva bien y se hace un bien mutuo. Personas difamadas y marginadas siendo dulces, entrañables y serviciales entre sí. Un mundo extraño donde tienes que recordarles a todos que la gente de hecho es amable. Que la gente es buena.

Supongo que inevitablemente Okja hará que las personas consuman menos carne. Las búsquedas de la palabra "vegan" en Google subieron 56% después de Okja. Infortunadamente, no hay un equivalente vegano para el porno gratis. Si quieres crear un efecto real en esta industria, no veas porno gratis. Consumirlo a través de streaming tiene un impacto en la realidad, saca a personas de la industria, saca cámaras de la industria, arrastra a las mujeres a ser escorts. Tantas consecuencias negativas podrían evitársele a la gente de Valley, si las personas dejaran de desear consumir porno gratuitamente. En esa hipocresía se asienta la explotación. Como un exadicto me dijo, "nunca me aprendí sus nombres [el de los actores] porque cuando matas venados, no aprendes sus nombres". Y ahora está el hecho de que la gente consume clips y no narrativas. El director porno, Mike Quasar, me contó que al empezar en la industria del porno, trabajó en filmes con nombres como Women of Influence, y ahora trabaja bajo nombres como Stepdaughter Cheerleader Orgy. Obviamente no vi Women of Influence, pero hasta lo que yo se podría tratarse de los peligros que conlleva el que las mujeres tengan influencia. En cualquier caso, la manera en la que el porno ha sido reducido a un teclado —igual que Twitter nos ha reducido a teclados— es otra de las desconcertantes consecuencias que la tecnología ha tenido sobre porno.