FYI.

This story is over 5 years old.

News

La humanidad está muuuuuy cerca de la extinción

Hemos tenido una buena racha, peromovimiento de la Extinción a Corto Plazo y otros dicen que no nos queda mucho más a los seres humanos. Vaya.
Asumimos que esto lo pintó un extincionista a corto plazo. Imagen vía Flickr

Si gracias a alguna clase de cósmico cubo para viajar por el tiempo le echarais un vistazo comparativo a nuestro planeta en los años 50, es probable que lo primero de lo que os dierais cuenta es de que millones de fragmentos de basura orbital han desaparecido.

La luna aparecería tres metros más cerca de la Tierra, y los continentes de Europa y Norteamérica estarían dos metros y medio más juntos. Haciendo un zoom, podríais divisar algunos de los resultados de la Edad Dorada del Capitalismo en occidente y el Gran Salto Adelante en el este. Láseres, códigos de barras, anticonceptivos, bombas de hidrógeno, microprocesadores, tarjetas de crédito, sintetizadores, pegamento de contacto, muñecas Barbie, productos farmacéuticos, cultivos masivos y pedales de distorsión estarían justo empezando a existir.

Publicidad

Habría dos terceras partes menos de seres humanos en el planeta de los que hay ahora. Existirán más de un millón de especies diferentes de plantas y animales que desde entonces se han extinguido. Habría un 90 por ciento más de peces, mil millones de toneladas de plástico menos, y un 40 por ciento más de fitoplancton (productores de oxígeno) en los océanos. Habría el doble de árboles cubriendo la tierra y cerca de tres veces más de agua potable procedente de antiguos acuíferos. Un 80 por ciento más de hielo cubriría el polo norte durante la temporada de verano y un 30 por ciento menos de dióxido de carbono y metano en la atmósfera. Y la lista sigue…

La mayoría de personas educadas y más o menos concienciadas sabe que esta clase de sórdidos detalles son el telón de fondo de la historia de nuestro progreso, cubierta de etileno. Pero, ¿qué pasa cuando empiezas a juntar todas estas piezas?

Si Doomsday Preppers, el programa mejor valorado del canal National Geographic, nos sirve de indicativo, el público en general para estar preparándose para algún tipo de colapso de la sociedad. Profetas y cultos del fin de los tiempos siempre los ha habido, y todo el mundo tiene su punto de vista personal de cómo se desarrollará el Apocalipsis (ascensión de las almas puras, hordas de zombies, etc.), pero entre toda la palabrería en torno al calendario maya / la onda de tiempo cero / la última resurrección, se escuchan algunas señales de alarma que emite un grupo de gente al que no le interesan ni los equipos de emergencia ni la escatología. Respetados científicos y periodistas han llegado a unas cuantas conclusiones, tan cuerdas que da miedo, acerca de la amenaza que el cambio climático provocado por los humanos supone para la supervivencia de la raza humana.

Publicidad

Los datos recientes parecen sugerir que puede que hayamos ya atravesado varios ciclos de optimismo, irrevocables y no lineales –permafrost fundiéndose, hielo del ártico cayendo al mar– y el aumento medio de la temperatura global en sólo 2 grados Celsius hacia el años 2100, que ha sido desde hace tiempo el objetivo de la ONU y los climatólogos, parece ahora como cuento de hadas. En vez de eso, estamos hablando de un aumento de 4, 6, 10, 16 grados. Aquí, tus predicciones son tan válidas como las mías.

El vínculo entre el rápido cambio climático y la extinción humana es, en esencia, éste: el planeta se hace inhabitable para los humanos si la temperatura media sube entre 4 y 6 grados Celsius. Esto no parece mucho si pensamos en que estamos acostumbrados a que las temperaturas oscilen 15 grados en el transcurso de una noche, pero incluso un incremento medio de entre 2 a 3 grados nos daría temperaturas que sobrepasarían con regularidad los 40º Celsius en Norteamérica y Europa, y llegarían a ser aún más altas cerca del ecuador. El cuerpo humano se empieza a colapsar después de seis horas en un bulbo húmedo (100% de humedad) de temperatura de 35ºC. Esta hace que la ola de calor en Europa de 2003 que mató a 70.000 personas parezca poca cosa en comparación.

Basándose en el aumento que ya estamos viendo de olas de calor, sequías, incendios forestales, tormentas masivas, carestía de alimentos y agua, deforestación, acidificación de los océanos y subida del nivel de los mares, algunos ya están viendo un anuncio claro:

Publicidad

¡Todos vamos a morir!

Si os queréis poner nerviosos, dedicad unas cuantas horas a tratar de refutar el cada vez mayor número de pruebas de nuestra inminente hecatombe compiladas por el hombre que le dio su nombre al movimiento de la Extinción a Corto Plazo: Guy McPherson, responsable de un blog llamado Nature Bats Last. McPherson era profesor emérito de Ecología, Biología de la Evolución y Recursos Naturales en la Universidad de Arizona y dejó su lucrativo puesto para irse a vivir a una casa de paja en una comuna sostenible del Nuevo México rural con la idea de “escapar del imperio”. Hay disponibles un buen número de entrevistas y vídeos del Dr. McPherson hablando de la Extinción a Corto Plazo (ECP) si os apetece aumentar vuestro pesimismo a niveles suicidas/aguafiestas total.

En el caso de que necesitarais el bajonazo definitivo, existe un largo ensayo en la web de McPherson titulado “La irreconciliable aceptación de la extinción a corto plazo”, cuyo autor es un activista medioambiental de toda la vida llamado Daniel Drumright. Habla de intentar aceptar lo que significa estar en pleno camino hacia la extinción y que probablemente ya sea tarde para tratar de hacer algo al respecto (pista: practicar suicidio o comer setas). Como Drumright señala, el conjunto de la filosofía, religión y política humanas no proveen realmente de un marco que permita procesar el terror psicológico de que la humanidad al completo deje de existir en un futuro próximo.

Publicidad

Al margen del enclave de la ECP, existe un enorme número de científicos y periodistas que probablemente tratarían de evitar ser clasificados como proponentes de la ECP, pero aun así hacen oscuras tensas predicciones sobre nuestro destino colectivo. Puede que no crean que TODOS los humanos vayamos a desaparecer a mediados de siglo, pero algunos no tienen problemas en hablar de una masiva y catastrófica “reducción de la población” debido al veloz cambio climático provocado por los humanos.

James Hansen, antiguo jefe del Instituto Goddard de Estudios Espaciales, de la NASA, y uno de los más importantes climatólogos del mundo, renunció recientemente a su puesto tras 43 años de servicio para centrarse en el activismo en contra del cambio climático. Hansen predice que sin una descarbonización total para el año 2030, las emisiones globales de dióxido de carbono serán 16 veces más elevadas que en 1950, garantizando un catastrófico cambio climático. En un ensayo publicado en abril de este año, Hansen escribe:

“En caso de que tuviéramos 'éxito' extrayendo y quemando todo combustible fósil, partes del planeta se volverían literalmente inhabitables, con varias ocasiones a lo largo del año en que el bulbo de humedad superaría los 35ºC. A estas temperaturas, por razones físicas y fisiológicas, el ser humano no puede sobrevivir… Es físicamente imposible para el entorno sobrellevar los 100W de calor metabólico que un cuerpo humano genera en estado de descanso. De este modo, incluso una persona tendida, quieta y desnuda sería incapaz de sobrevivir ante vientos de fuerza huracanada”.

Publicidad

Bill McKibben, eminente periodista especializado en ecologismo, escritor, distinguido erudito y uno de los fundadores de 350.org –el movimiento cuyo objetivo es reducir los niveles de Co2 en la atmósfera a 350 partes por millón, con la esperanza de evitar el desastre provocado por el cambio climático– escribió en 2011 un libro llamado Eaarth: Making a Life on a Tough New Planet. En él destaca cambios medioambientales en curso que nos han dejado ya más allá de las predicciones que se habían reservado previamente para finales del siglo XXI. McKibben pone énfasis en decir que la retórica política popular de que necesitamos hacer algo con el cambio climático “por nuestros nietos” está totalmente fuera de contacto con la realidad. Esto está sucediendo ahora. Estamos viviendo ya en un planeta de ciencia-ficción de un universo paralelo:

“El casquete polar ártico se está derritiendo, el gran glaciar por encima de Groenlandia está adelgazando, ambos a una velocidad desconcertante e inesperada. Los océanos son considerablemente más ácidos y su nivel está aumentando… Las mayores tormentas de nuestro planeta, huracanes y ciclones, son cada vez más poderosas… El gran bosque pluvial de la Amazonia se está secando en sus márgenes… El gran bosque boreal de Norteamérica se está secando en una cuestión de años… [Este] nuevo planeta se parece más o menos al nuestro pero está claro que no lo es… Esta es la cosa más enorme que haya sucedido jamás".

Publicidad

Manifestantes en contra del cambio climático en Melbourne, Australia. (Foto vía Flickr)

Peter Ward es un paleontólogo y escritor cuyo libro de 2007, Under a Green Sky: Global Warming, the Mass Extinctions of the Past, and What They Can Tell Us About Our Future, ofrece pruebas de que todas las extinciones masivas globales salvo una (los dinosaurios) han ocurrido debido a un rápido cambio climático provocado por un incremento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera. Esta vez, el aumento de dióxido de carbono viene dado por los humanos ingeniándoselas para extraer del suelo miles de millones de toneladas de carbón y liberarlo en la atmósfera. Ward afirma que durante los últimos diez mil años, en los que la civilización humana ha emergido, nuestros niveles de dióxido de carbono y clima han permanecido anómalamente estables, pero el futuro no pinta tan bien:

“La temperatura global media ha cambiado hasta 18ºF [8ºC] es unas pocas décadas. La temperatura global media es de 59ºF [15ºC]. Imagina que se disparara hasta los 75ºF [24ºC] o bajara hasta los 40ºF [4ºC] en el plazo de un siglo o menos. No tenemos experiencia con un mundo semejante… como mínimo, tales cambios súbitos de temperatura provocarían catastróficas tormentas de increíble magnitud y fuerza… azotando los continentes no una vez en una década o siglo sino varias veces al año… A lo largo de los últimos 100.000 años, los cambios climáticos abruptos han sido la regla, no la excepción”.

Lejos de ser un amante de la Madre Tierra, Ward también ha desarrollado una teoría que él llama Hipótesis de Medea, en la que las formas de vida complejas, en lugar de estar en simbiótica armonía con el entorno, son en realidad una terrible molestia. En esta hipótesis, el planeta y la vida microbiana han trabajado juntos en múltiples ocasiones para crear acontecimientos capaces de provocar una extinción masiva que casi han tenido éxito devolviendo la Tierra a un estado de dominio de los microbios. En otras palabras, la Madre Tierra bien podría ser la Tierra Microbio. y estar tratando de aniquilar a sus hijos.

Los científicos están dando la voz de alarma de que un rápido y devastador cambio se cierne sobre nosotros, pero la mayoría de sus voces son sofocadas por las discusiones políticas y la retórica negacionista de los escépticos del cambio climático. Que los bien financiados think tanks del mercado libre, lobbies de la energía y defensores de la industria aboguen por difuminar la percepción que de la ciencia del clima se tiene entre el público no debería suponer una sorpresa. Los efectos de un ártico sin hielo hacia el 2015 no parecen tan amenazadores si tus planes son ganar miles de millones de dólares enviando brocas de excavación a las reservas potencialmente enormes de petróleo que hay allí.

Puede que no sea el caso que el sudoeste de Estados Unidos se vuelva inhabitable para el año 2035, o que toda la vida humana se extinga en el transcurso de una generación, pero puede que debamos empezar a concienciarnos y aceptar lo que algunas de las personas que han dedicado sus vidas a trabajar por un mejor entendimiento de este planeta nos están diciendo. Es deprimente pensar que los humanos, en nuestro estado actual, podríamos ser el Punto Omega de la conciencia. Puede que la sensibilidad y el conocimiento de nuestra inevitable muerte nos hayan dado una especie de vértigo de la supervivencia que no podemos superar. Mientras los diferentes caminos de la explotación ambiental rápida y tranquilamente convergen alrededor de nosotros, podríamos estar tambaleándonos hacia el precipicio, borrachos de combustibles fósiles, haciendo mohines ante la pantalla del ordenador.