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Música

Bailando con los Tacvbos

'Bailando por nuestra cuenta', el nuevo libro sobre Café Tacvba, es un testimonio íntimo de la carrera de la banda contada por sus miembros. Hablamos con su autor Enrique Blanc.

Su nombre guarda un significado profundo.  "Bailando por nuestra cuenta", el nuevo libro de Café Tacvba recién publicado por Planeta, corresponde a una frase de "El fin de la infancia", una de las canciones más significativas de los vatos de Ciudad Satélite, extraída de su clásico de clásicos Re. Un tema que es también un manifiesto, pues explica el poder último detrás de la obra de cuatro manitos que se juntaron hace casi tres lustros para hacernos mover el esqueleto al ritmo de un cancionero criollo que es también un himno de resistencia.  Compuesto por entrevistas de fondo con Meme, Rubén, Quique y Joselo, conducidas a lo largo de los años por el veterano escriba Enrique Blanc, el libro se divide en varios capítulos en los que se explora la vida y obra de la banda, su discografía, colaboraciones, giras y secretos, desde que echaban desmadre en el circuito subterráneo del DF y tocaban sus canciones en casa de sus padres en los 80. Contada por ellos mismos, su historia es el testimonio reflexivo de cuatro personajes que se hicieron adultos y artistas montados en la cresta caprichosa del rock latinoamericano, una experiencia llena de altos y de bajos que en últimas habla de un baile íntimo y rebelde. Porque si algo es "Bailando por nuestra cuenta", el libro, es la historia de cuatro amigos que siempre hicieron la suya. Y que justo por eso, la hicieron.  Hablamos con Blanc sobre el libro.

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El libro toma su título de una frase de la canción "El fin de la infancia", una de las entrelíneas, no solo del Re, sino de la obra completa de los Tacvbos. ¿Por qué?

En "El fin de la infancia" había una frase que se preguntaba en 1994: "si seríamos capaces de bailar por nuestra cuenta". Para mí, dicha frase tenía que ver con la idea de si el rock en México en principio, y en Latinoamérica por añadidura, iba a poder ganarse finalmente un lugar, teniendo en cuenta la identidad propia de donde surgía; y así, metafóricamente, llevarnos a bailar por nuestra cuenta. Tras más de dos décadas de exitosa trayectoria de Tacvba en ese contexto —a la par de otras agrupaciones— yo quise afirmar en el título del libro que de hecho ya estamos Bailando por nuestra cuenta.

¿Qué es lo que más te conmueve de la historia de estos chamaquitos que se tomaron un continente con su desmadre?

Creo que muchas cosas. En principio la libertad con que se propusieron hacer un proyecto musical fuera de los formalismos del rock, creando personalidades muy estrambóticas en sus inicios —su indumentaria, los sobrenombres de Rubén, sus recursos instrumentales, etc.—. Pero que, indirectamente, su curiosidad y la creatividad que surgió de su amistad, los llevase a dar un paso gigantesco a la hora de hacer su segundo álbum, el muy logrado Re. Y después, el impulso por no querer seguir siendo los mismos, sino por buscar reinventarse tras cada disco. Y claro, el hecho evidente de que tras haber conquistado éxito y fama internacional, seguir siendo cuatro personas con los pies en la tierra y una humildad a toda prueba.

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¿Dónde crees que estuvo la magia que los hizo tan grandes?

Diría que son varios factores. Uno, que su trabajo fue desarrollándose en base a las experiencias que fueron adquiriendo gracias a su éxito, particularmente los viajes que hicieron, primero por la República Mexicana, y posteriormente por Estados Unidos y América Latina, de donde tomaron elementos para reinventar su sonido. Asimismo de los riesgos que corrieron y que dejaron muy en claro que sus ambiciones artísticas eran prioridad por encima de cualquier otro interés, lo que abonó a la credibilidad de su proyecto. El disco Revés es un argumento categórico en cuanto a ello. Además, la coyuntura en la que surgen, en un momento en que el rock con identidad propia se valora como nunca antes en todo Iberoamérica, cosa que les redituó asimismo un éxito a lo largo del continente, especialmente en países como Chile y Argentina.

Es increíble cómo narran en detalle su historia. Cómo recuerdan sus procesos creativos en casa de sus padres, las primeras salidas a festivales como el Lollapalooza en el 92, donde tocaron prácticamente para los que barrían el lugar… ¿Cuál crees que es la gran lección de Café Tacvba para las demás bandas del continente?

Creo que hay muchas lecciones a ser consideradas por todo músico en Bailando por nuestra cuenta con respecto al compromiso que debe tenerse a la hora de dedicarse a crear música. La paciencia que trae confianza a la hora de que las cosas no salen bien. La perseverancia para seguir trabajando aún cuando no hay recompensas a la vista. La asimilación de la propia experiencia humana que se da entre quienes participan de ella. El respeto que hay hacia quienes toman parte de la aventura y la importancia que hay tanto en los intereses individuales como en el trabajo de grupo. Incluso las exigencias económicas que un proyecto como un grupo de rock trae consigo, y lo importante que es responder a éstas. Y, claro, la importancia de dejar memoria de ello, como lo hace este libro o el documental Seguir siendo Café Tacvba. Esto con el interés de quienes vengan detrás tengan un referente que pueda ayudar a dar luces en un camino tan tortuoso como es, en muchas ocasiones, el camino del arte.

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El libro está compuesto por entrevistas muy reveladoras con ellos. En pocas bandas actuales se siente una reflexión tan profunda sobre el oficio…

Es interesante darse cuenta de que cada uno de los integrantes de Café Tacvba, no sólo ha destacado como parte del grupo sino también de forma individual, lo cual habla muy a favor de sus talentos y su conciencia sobre estos. Allí está la faceta de Joselo como escritor, el activismo a toda prueba y las numerosas colaboraciones de Rubén, la versatilidad de Meme como productor y emprendedor de proyectos propios y en colaboración con otros músicos, el trabajo que Quique ha hecho como diseñador gráfico tanto dentro como fuera del cuarteto. Diría que son cuatro personas que reflexionan constantemente y con mucha profundidad —como puede verse en el libro— sobre el lugar que tienen en el mundo.

En apartados del libro, como el que le dedicas a discos como Yosoy/Revés o a algunos de sus trabajos solistas y colaboraciones, queda la percepción de que, a pesar del éxito, se sienten incomprendidos artísticamente. ¿Lo consideras así?

Así sucedió tras la aventura de la grabación de ese disco instrumental, Revés, que fue incomprendido por la discográfica con la que tenían contrato. Pero creo que eso está ya rebasado. La prueba de que ahora hayan decidido seguir adelante por su cuenta, es decir sin asociarse más con una multinacional, me parece que habla a favor de la confianza que hay en ellos para seguir haciendo música que resulte vigente y atractiva para los oídos siempre cambiantes del mundo que los rodea.

Es sorprendente que uno de los miembros más importantes de la banda en su historia haya sido una caja de ritmos…

Claro, así era en sus inicios. Y que además le sigan guardando cariño a esa caja, como al menos Meme expresa en el libro. Ese hecho me parece que pone muy en claro el espíritu lúdico que el grupo ha tenido desde sus inicios. Y que claro, como Joselo y Quique lo expresan, hubo que transformarlo en función de que el grupo sonara mejor aún a costa de las extravagancias que les dieron cierta personalidad. Y entonces canalizar ese espíritu lúdico, que me parece los sigue explicando, hacia otras acciones: trabajar con otros productores, probar distintos instrumentos, interpretar canciones de otros, hacer un disco instrumental, grabar otro completamente en vivo frente a una audiencia, etcétera.

Es bonita a la conclusión que la banda llega en su disco Cuatro Caminos, que no solo hace referencia a una estación de transporte del lugar de donde vienen, sino que habla de que igual sigue siendo un grupo compuesto por cuatro individuos muy distintos. ¿Dónde estuvo el equilibrio de estos cuatro sujetos tan diferentes?

Creo que en el mismo aprendizaje que fueron obteniendo de su relación y de la riqueza de la misma. Meme lo explicaba con claridad hace unos días en la presentación de Bailando por nuestra cuenta en el marco de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, aludiendo a una relación de amor entre los cuatro que sobre todo se explica en el momento del acto creativo. Algo hasta cierto punto inexplicable que me parece el grupo no sólo ha aprendido a tener muy presente, sino también ha desarrollar dinámicas para salvaguardarlo, como el hecho muy conocido de darse esos sabáticos con el propósito de dar continuidad a sus proyectos individuales de vida, para así de nuevo retornar a sus procesos de trabajo cargados de ideas y con muchas ganas de encontrarse y trabajar como lo han venido haciendo desde siempre. *** Pregúntale a don Enrique que dónde puedes conseguir su librito por aquí