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No cabe duda de que tu voz es uno de los aspectos más característicos no solo del heavy metal, sino de la música en general. ¿Recuerdas el momento en que te diste cuenta de que tenías una voz tan poderosa, o fue un proceso gradual?Eso fue, nuevamente, durante mi etapa con las primeras bandas de las que formé parte, como Lord Lucifer. Me encantan estos nombres [risas]. Grupos como Hiroshima y Abraxia y otros. Cuando estás en una habitación con un grupo de tíos y un equipo de audio que funciona y quieres hacer ruido, es como un embrión, ocurre de una forma muy orgánica, limpia, pura. No está contaminado por influencias externas. Así fue como aprendí. Si le das a alguien un micrófono y resulta que suena más potente de lo que es, puede ocurrir de todo. [Risas] La gente va a los karaokes y cuando les dan el micrófono, cambian. Cambias, de verdad. Ocurre algo que no sé cómo explicar, pero cuando empiezas a gritar al micro y oyes tu propia voz por los altavoces, amplificada, es una sensación increíble. Muy emocionante y a la vez inspiradora, y te preguntas “¿Qué más puedo probar? ¿Qué más puedo probar?” Yo aprendí de esa forma y escuchando a los grandes como Janis Joplin, a la que adoraba a muerte y a mi amigo Robert Plant cantar blues como nadie. Me gusta pensar que sigo conservando algo de blues en la voz. Mataría por hacer un disco de blues. Mataría por hacerlo. Es algo que quiero hacer porque me interesa saber qué puedo hacer con mi voz en ese maravilloso mundo. Así es como aprendí a hacer todos esos gritos y chirridos. También descubrí que puedo alcanzar varias octavas, que puedo proyectar la voz de formas distintas. Es una mezcla de aventura e inspiración en los grandes cantantes de antes. Es una mezcla de todo, pero sobre todo era el descubrimiento del potencial de mi voz.¿Qué sigue manteniendo tu atracción por la música, esa pasión que parece no haber cambiado desde Rocka Roll hasta Redeemer of Souls?Desde que se inventó, la música ha llegado a todas las generaciones y ha conmovido a todo el mundo. Es algo difícil de describir, solo puede sentirse cuando la escuchas, ya sea con más gente o solo en tu habitación, con unos auriculares o en un concierto. Creo que el metal es poderoso, agresivo, potencia y varias texturas y transmite muchos mensajes. Cuando hablo del metal me refiero a todos los tipos de metal. En cualquier caso, tiene importantes connotaciones de oportunidad, de superación, un mensaje que siempre hemos querido transmitir. Es un tipo de música que fortalece. Seguramente otros dirán lo mismo del country o el R&B, el rap o lo que sea, pero creo que es innegable que cuando hablas con gente que acaba de salir del concierto de su grupo de metal favorito, todos coinciden en que se sienten vivos. Es una experiencia muy emotiva y catártica. Creo que todos esos atributos han permanecido intactos en el heavy metal. Es el deseo humano. Es un ingrediente básico de tu amor por el metal. Me emociona pensar que pronto voy a ser un metalhead de 63 años [Risas]. Mi amor por el metal es igual que cuando era un adolescente. Conectamos el uno con el otro sin decir una palabra porque en e fondo sentimos lo mismo. El metal es una bendición, sin duda.Sigue a Jonathan Dick en Twitter: @steelforbrains