Fotos de uno de los distritos rojos más viejos de Berlín

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Fotos de uno de los distritos rojos más viejos de Berlín

Kurfürstenstrasse​ ha sido uno de los focos más importantes de la prostitución por más de 130 años.

Este artículo es original de VICE Alemania

Cuando conocí a Sabine, ella estaba sentada en las escaleras que quedan al lado de mi casa. Tuve que armarme de valor para preguntarle si le podía tomar fotos. Antes de esa tarde, jamás había pensado documentar la prostitución. Cuando uno vive en los barrios que rodean la Kurfürstenstraße, una de las calles rojas de Berlín, pocas veces tiene contacto visual con las trabajadoras sexuales. La gente no se mezcla con ellas; es como ver agua y aceite en el mismo lugar. Sin embargo, la barrera entre esa profesión y yo se desmoronó tras el encuentro que tuve con Sabine.

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Después de conocer un poco de su vida, terminé entrando a OLGA, un centro de ayuda para trabajadoras sexuales del área. El centro tiene la apariencia de un apartamento y ofrece todo tipo de asistencias para el día a día: tiene camas, duchas y hasta kits de inyección limpios. Hay una política estricta de 'no hombres', lo cual le permite a las trabajadoras tomarse un descanso del estrés de las calles. Comencé a hacer voluntariado en OLGA una vez a la semana y al mismo tiempo trabajé en un proyecto fotográfico con las mujeres que frecuentaban el refugio. La idea era pasarles la cámara a ellas para que fotografiaran su realidad de una nueva manera.

Además de los retos que se enfrentan cuando se trabaja en las calles todos los días, las mujeres que conocí allá tienen que lidiar con la mendicidad, la adicción a las drogas, las apuestas, la falta de beneficios sociales y ser cabezas de familia. Muchas de ellas son alemanas, belgas o húngaras, pero algunas también pertenecen al pueblo gitano Sinti. Otras, además, son trans.

Por más de 130 años, Kurfürstenstrasse ha sido uno de los puntos críticos de la prostitución en Berlín. Sin embargo, el trabajo sexual se ha ido marginalizando cada vez más. Antes, las mujeres podían trabajar libremente en lugares como parques públicos o espacios abandonados, pero actualmente se están construyendo apartamentos lujosos en el área y esto está cambiando radicalmente el carácter de las zona.

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Para muchas prostitutas el trabajo en burdeles no es una opción atractiva porque no les da flexibilidad y los costos de los cuartos pueden ser muy altos. Hay sólo dos moteles en la zona y cada uno con pocos cuartos. Las niñas dicen que uno es muy sucio (no pude entrar porque me negaron la entrada dos veces). El otro, The Stockholm, es el establecimiento más antiguo de Berlín. Está bien tenido pero hay muchos clientes que no están dispuestos a pagar 14 euros (alrededor de $46.000 pesos) extra por una habitación.

Conocer a estas mujeres y caminar con ellas por las calles me permitió tener una perspectiva más profunda de sus luchas diarias. Transformó la forma en que veía y fotografiaba mi barrio, eliminó imágenes fuertes e innecesarias que tenía. Al trabajar en esta serie buscaba recrear el ambiente que persiste en la zona sin ser explícita.

Si quieres conocer más sobre el trabajo de Kathrin, haz clic aquí.