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Música

Tarantino y su macabro gusto musical: Un recorrido por el soundtrack de 'Pulp Fiction'

Tarantino es un genio a la hora de elegir música para sus películas.

Escuchar el soundtrack de una película de Tarantino es como abrir una caja de chocolates muy cara y lujosa. No puedes perder. Está garantizado que vas a tener una experiencia sensorial importante. No van a haber de esos carísimos que tienen licor por dentro, como tampoco algo barato como los Milky Way miniaturas. Cada película tiene un aire muy particular, un "no sé qué" que atrapa y no te deja ir. Nada más hay que recordar cuando Rick Ross suena a la mitad de Django Unchained, o cuando "Stuck In The Middle With You" se usa para cortarle la oreja a un pobre tipo. A Tarantino no le importa. Sus soundtracks son eclécticos, pero predecibles, oscuros pero muy divertidos, y como con todas las cajas de chocolates, tenemos un favorito. El mío, señoras y señores, es  Pulp Fiction. Pero ustedes ya sabían eso.

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Es el fudge de caramelo de toda delicadeza musical, una cereza en el pastel si el pastel estuviera hecho de heroína y miembros ensangrentados. Desde ese golpe inicial que es "Misirlou" a la ya infame secuencia de baile en el Jack Rabbit Slim's, Pulp Fiction es el semental de todos los soundtracks de películas, teniendo en su secuencia musical el apoyo de muchas de las escenas más memorables que se han filmado jamás. La mezcla de rocanrol, soul, country y baladas pop hicieron que la película fuera una de las más icónicas de todas las que se han filmado. La música es un acompañante perfecto al kitsch, la violencia, el noir de ese Estados Unidos posmoderno que debía mucho a los 50's pero también a la tragedia de los 80.

Sin temer a la ironía, mucha de la belleza del soundtrack es la manera en la que Tarantino jode con nuestros estómagos, equiparando muchas de las escenas más violentas con lo mejor del surf rock. Mia Wallace canta "Girl, You'll Be A Woman Soon" reinventando el clásico de Neil Diamond; ese "build up" a su pasón de heroína es como escuchar a The Distillers tocando a Britney Spears. Y no hay mucho más qué decir de "Bullwinkle Part II", esa canción que hace que John Travolta sea el último amor de los gángsters, mientras se inyecta heroína manejando por Los Angeles.

Tarantino, como siempre, logra traer a la mesa un sentido del humor intensamente negro a través de este soundtrack. En ningún momento esto es más claro que en la escena de violación de Marcellus Wallace, donde suena "Comanche" mientras el gángster humillado está a punto de ser asesinado por Bruce Willis. Uno no puede más que sonreír cuando Willis deja una sierra eléctrica por una espada samurai, antes de pararse junto a Wallace para romperle los testículos a Zed. El balance entre brutalidad y comedia no tiene sentido y a la vez tiene todo el sentido del mundo, un matrimonio muy jodido entre supervisión musical y guionismo.

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En contraste, mucha de la música también da una atmósfera de romance negro y misterio a los personajes; cuando el guión juega poco, la música toma lugar. Cuando Marcellus y Butch hace un pacto fraudulento adentro de ese bar iluminado de rojo, "Let's Stay Together" de Al Green es la serenata que suena en el radio, dando una sensación extraña de tensión que se siente en una primera cita. Después están Mia y Vince guiados por Chuck Berry a lo largo de ese baile, los ojos de la pareja entrecruzados en un momento cinematográfico clásico. El uso de la música de Tarantino aligera el golpe pero intensifica su efecto: ¿de qué otra forma podrías ver violaciones, sobredósis y muertes violentas si no vinieran acompañadas de canciones que te derriten el corazón y te hacen sonreír?

Además de todo, el soundtrack incluye no solo canciones, sino también diálogos enteros de la película, que hemos memorizado y nos sabemos desde los 90 tempranos. De la confesión amorosa entre Ringo y Yolanda, seguido del clásico de Samuel L. Jackson "YOU WILL KNOW MY NAME IS THE LORD WHEN I LAY MY VENGEANCE UPON THEE", no hay momento de este soundtrack excepcional que no recuerde de manera también excepcional a la película.

La música de  Pulp Fictionestará tranquila en los anales cinematográficos y musicales, segura de que es una de las obras maestras en ese matrimonio audiovisual. Son muy pocos, muy pocos, los que pueden argumentar lo contrario.

@tamararoper