Mouse on Mars: estandartes de la resistencia experimental

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Esta entrevista se publicó originalmente en THUMP Colombia.

Desde mediados de los noventa y a lo largo de la última década, Mouse on Mars, el dúo conformado por los alemanes Andi Toma y Jan St. Werner, le han regalado al mundo exploraciones musicales amalgamadas en las entrañas de sus laboratorios. Gestado en la ciudad de Colonia, el proyecto hace parte de la rica camada surgida de la cuarta urbe más grande de Alemania, de donde se desprenden importantes nombres como Karlheinz Stockhausen, Ada, Barnt y el siempre pujante sello Kompakt.

A través de los años, Mouse on Mars se ha convertido en una especie de signo de interrogación clavado en el corazón de la escena alemana. Con más de diez álbumes producidos en conjunto, el dúo ha logrado destacarse en un ámbito donde las etiquetas y el mercadeo van de la mano. Ya sea glitch, IDM, post-rock o electro-pop, MOM ha resistido a la categorización facilista con producciones inteligentes, llenas de fascinantes dimensiones sonoras en donde nuevos detalles salen a la luz tras cada escucha. Tras una para de casi seis años, Modeselektor los invita en 2012 a que hagan parte de su particular familia, Monkeytown Records, regresando al ruedo con Parastrophics, una especie de cocción de beats hip hoperos condimentados por la versátil experimentación del dúo.

Tras casi 15 años desde su última visita a Colombia, Andi Toma y Jan St. Werner se presentaron en Toque Colón, propuesta gestada por la agencia Poliedro y el tradicional Teatro Colón de Bogotá. Tuvimos la oportunidad de conversar un rato con Andi, quien nos reveló los cambios de esta presentación con respecto a lo que mostraron en Bogotá y Medellín en 2001, la fruta que lo marcó en aquella visita y el cómo han logrado reinventar su acto en vivo a través de los años.

THUMP: ¿Qué tanto ha cambiado la presentación del dúo desde aquella primera visita a Colombia en 2001?

Andi Toma: Esa presentación parece que hubiera sido ayer. La diferencia con aquella vez podría ser en que para esta fecha contaremos con nuestro baterista, Dodo NKishi, formando en esta ocasión un trío. Así que la presentación no será netamente electrónica, o con cierto tinte techno, sino que tendrá un aire más hacia el rock. También nos acompañará un mapping de visuales, las cuales logran conjugarse con las frecuencias de la música. Ah, y espero que en esta visita haya más papaya que en aquella oportunidad.

¿Qué motivó el esperado regreso al sello de Modeselektor? Teniendo en cuenta que estuvieron casi seis años quietos.

Sucedió de una manera muy natural. Llevábamos viviendo en Berlín por casi siete años, por lo cual tuvimos el chance de conocerlos. Ambos vivían justo a la vuelta de nuestra casa, nos hicimos buenos amigos y nos plantearon la posibilidad de lanzar un disco en su sello –Monkeytown Records–, a lo que aceptamos encantados. Tanto Szary como Gernot son dos chicos muy aterrizados, con mucha hambre. Musicalmente hablando, fue con ellos donde encontramos la simpatía más clara para plasmar nuestra música después de esa para de algunos años.

Al estar involucrado en la misma, desde tu punto de vista, ¿cómo ha cambiado la escena de Berlín a través de todos estos años de constante movimiento?

La verdad es una pregunta que no sabría cómo responder apropiadamente. Berlín es una una ciudad gigantesca, con miles de personas de diferentes culturas y países, y con una gran cantidad de artistas y músicos que se trasladan allí para producir su música. Berlín una muy amplia variedad de corrientes artísticas, por lo que no sabría qué tanto ha sido la magnitud de su cambio. En lo personal, veo que mucha gente identifica la ciudad con el minimal techno o con plena seguridad dicen el "sonido techno de Berlín", pero una vez llegas a adentrarte en ella, notas que tiene un trasfondo mucho más amplio, en el que los aires de música clásica casi que cobran vida una vez comienzas a recorrerla.

Cuando escuchas algunos discos de Mouse on Mars, se puede percibir un leve toque de humor en los mismos. ¿Existe cierto trasfondo, o simplemente les gusta jugar con el oyente?

Hoy en día puedes encontrar humor en cualquier escenario de la vida. No importa si eres un político importante o un simple pintor, el humor es una característica fundamental del ser humano. Creo que la música que hacemos es un fiel reflejo de nuestras personalidades. Tal vez la manera más honesta de que te conozcan es a través de lo que haces.

¿Se sienten ustedes parte de una escena o nicho en particular? Porque siempre da la sensación de que ustedes no tienen ninguna clase de atadura.

Esa es tal vez la pregunta que más nos hemos hecho a través de los años. Creo que siempre hemos estado abiertos a muchas opciones a la hora de crear música. Hemos trabajado desde perspectivas, como parte de un concurso de robots futuristas, hasta encuentros de música electroacústica bastante serios. Y lo mismo pasa desde el plano musical, un día salimos a dar nuestra presentación más rock, y al siguiente estamos en un festival destellando techno. También hemos comenzado con la producción de software, entre otros proyectos. La variedad y el no quedarnos quietos definitivamente es nuestra mayor virtud.

Comparado con la abundancia de los noventa, ¿no sienten que la experimentación en la música electrónica ha sufrido cierta carencia de creatividad?

Pienso que los tiempos han cambiado, especialmente la música de club. Tal vez ya no hayan los prototipos innovadores de aquel entonces, pero en parte los avances tecnológicos han facilitado muchos métodos a la hora de crear música, así como el surgimiento de gente joven que entra en la escena haciendo muy buena música. Puede que ya no nos sorprendamos tanto como antes, pero igual sigue habiendo gente que intenta empujar los límites cada vez más.

Para muchas personas, ustedes conforman uno de los mejores actos en vivo dentro de la historia reciente de la música electrónica. ¿Cuál sería la clave para mantener renovada una puesta en escena, logrando que el público conserve la expectativa?

En verdad no lo sé. Hemos tenido la suerte de que los dos actos en vivo que presentamos han tenido gran acogida, y casi siempre tratamos de no imponer un orden específico a la hora de sus componentes. Pienso que una de las ventajas que tienes cuando produces tu propia música es el poder improvisar con tus creaciones, el jamming que llaman. Siempre tratamos de modificar ciertos elementos para que la energía se mantenga fresca y dinámica. Si escuchas a Modeselektor en vivo, de inmediato sientes su poderío, son muy buenos. El nuestro es un poco más caótico y cambiante. Cada acto en vivo te otorga algo de libertad, lo importante es saber cómo utilizarla.

Este próximo viernes, llegarán de nuevo a Bogotá para presentarse en el tradicional Teatro Colón junto a Mitú, probablemente el mejor acto en vivo hoy por hoy en Colombia. ¿Qué puede esperar el público capitalino de esta noche esperada por tanto tiempo?

Es mejor nunca esperar mucho. En verdad estamos muy contentos de regresar después de tantos años. Aunque la propuesta será un poco distinta, el groove y la energía siempre será la misma. ¡Nos vemos allá!

Si quieren más detalles acerca del evento, pueden pasarse por acá.