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'Batman: La serie animada' encapsula lo mejor del caballero de la noche

Sin duda, es una de las mejores versiones del personaje.

Este artículo fue publicado originalmente en Waypoint, nuestra plataforma dedicada a los videojuegos.

El pasado martes se cumplió el aniversario número 25 de la mejor y más estilosa serie de super héroes: Batman: La serie animada. La serie televisiva de Bruce Timm y de Eric Radomski fue una revelación en su momento, una temprana degustación de televisión de muy alta calidad para las siguientes generaciones, y toda una sorpresa para aquellos cuya única exposición al mejor detective del mundo había sido la burlesca serie de Adam West en 1966.

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Para mí es difícil nombrar otra adaptación que haya tenido tanta influencia sobre el cómic como TAS [por sus siglas en inglés], con la posible excepción del Universo Cinemático de Marvel; aunque esa influencia siempre me ha parecido más un ejemplo de sinergia corporativa forzada, que el tipo de inspiración que este Batman proporcionó a posteriores ejecuciones de DC cómics.


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En algunos casos La serie animada cambió los cómics de Batman de maneras obvias, como con la adición de grandes personajes como Harley Quinn y la policía queer latina Renee Montoya. Pero más allá de eso, La serie animada fue la piedra fundacional de algunos de los mejores trabajos en los cómics de Batman de comienzos de siglo, con escritores claves como Ed Brubaker y Greg Rucka, quienes citaron al show como una gran influencia.

Una de las series más celebradas de los cómics, la brillante Gotham Central, tomó varias de las representaciones que vimos en TAS de policías horrorizados y detectives exhaustos. Durante su emisión, Batman: TAS nos trajo grandes historias y arcos dramáticos para los personajes secundarios usualmente mal representados como Barbara Gordon / Batgirl y Dick Grayson / Robin, y podría argumentar que no habríamos llegado a la versión actual de esos personajes sino fuera por la serie animada.

Luego, por su puesto, tenemos el hecho de que el juego Arkham Asylum fue básicamente una extensión de un capítulo de la serie animada, escrito por el veterano de la serie, Paul Dini, y realizado con la mayoría de las voces del programa: Kevin Conroy, Mark Hamill, y Arleen Sorkin.

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Me preocupa un poco el legado del show; Bruce Timm cada vez va bajando más la calidad de sus producciones y eso genera preguntas sobre la visión que él tiene de esos personajes y ese universo. Pero por tres años, a mediados de los 90, Bruce Timm y su increíble grupo de escritores –incluidos Alan Burnett y Paul Dini– dieron vida a una de las mejores visiones de Gotham jamás mostradas en pantalla. Y la llenaron con algunas de las historias más memorables de Batman.

Si tuviera que elegir un capítulo favorito probablemente haría trampa y diría Batman: Mask of the Phantasm, película que aún es la mejor versión de Batman en sus primeros años como enemigo del crimen, y que además presenta a Hamill en una de las interpretaciones más convincentes y aterradoras del Joker. También tiene una banda sonora magistral por Shirley Walker, que le da un peso y una gracia que ni siquiera la serie de TV pudo igualar.

Pero si apuntáramos exclusivamente a los episodios de Batman: La serie animada, creo que hay un forcejeo entre "Beware the Gray Ghost" y "Robin's Reckoning". El último es una gran historia sobre los orígenes de Robin y muestra el conmovedor desarrollo psicológico del personaje; al presentarse la oportunidad de vengar el asesinato de sus padres, Dick Grayson entra en conflicto con su mentor. El episodio da profundidad y humanidad a Bruce, Dick y Alfred, mientras tratan de navegar su complicada relación en un momento tenso.

Pero cuando se trata de "puro-meta-ingenio" "Beware the Gray Ghost" es difícil de vencer. Es una historia sobre el doble filo de la nostalgia, sobre el efecto que nuestros héroes de infancia tienen en nuestra adultez. En "Gray Ghost", hay un criminal que perturba a Gotham utilizando armas y gadgets propios de un antiguo personaje de Hollywood llamado Gray Ghost, que solía ser el favorito de Bruce Wayne y su padre. Batman busca al actor original –interpretado por Adam West–, tratando de descubrir quien podría estarse apropiando de su imagen. Al conocerlo, descubre a un actor amargado, a un hombre decepcionado que no superó su interpretación más memorable.

Hay un momento en particular que recuerdo. Es un flashback del joven Bruce sentado al lado de su padre en la sala, con su cara iluminada por el resplandor gris que emana de la pantalla, la cámara se mueve alrededor para mostrar un momento perfecto y familiar: un padre amoroso, un juguete amado y un disfraz. Un retrato inquietante de Bruce Wayne antes de tener que enfrentar su destino.

Batman: La serie animada no solo entendió a Batman, sino que entendió cómo las personas podían relacionarse con diferentes versiones del personaje y lo que necesitaban de estas historias. Hasta el día hoy, puedo decir que mis cómics favoritos de Batman son aquellos que se identificaron como una continuación espiritual de lo que el gran show para niños inició.