*Las imágenes fueron tomadas de acá y de aquí.
*Este artículo fue publicado originalmente en THUMP, nuestra plataforma de cultura y música electrónica.Los tiempos han cambiado.El dólar ya no cuesta lo que solía costar, el petróleo se cayó y Donald Trump sigue subiendo. Los canales de televisión que veíamos de pequeños ya no son lo que solían ser, los buses que pasaban por nuestras calles dejaron de pasar, las fiestas a la que solíamos ir desaparecieron y las tendencias de moda que imperaban hace años se han ido, han vuelto, y se han ido otra vez. Nuestro imaginario generacional ha mutado de a poco, y no tenemos mucha idea de para dónde va.Nuestras drogas también han cambiado, tanto molecularmente como en sus diferentes motivos y diseños. Y podemos decir con gran tristeza que la calidad, al menos en nuestro país, ha caído con los años. Perico rendido con levamisol, intentos malos de ácidos con pepas que mezclan con cafeína y muchas veces nos caen como una patada. Pero esta última droga ha demostrado con el tiempo un despliegue creativo increíble en cuanto a sus diferentes presentaciones. Claro, los típicos fantasmitas y las tradicionales Playboys siguen existiendo por ahí, pero la oferta se ha extendido mucho más allá de eso, respondiendo a la época. Entonces cada quince días encontramos Heisenbergs (de la serie de Breaking Bad), Screams, Chupachups, Lucky Charms, y hasta pepas con forma de pene. Las prensas de éxtasis andan con la rienda imaginativa suelta, y nos han llenado la vida nocturna de motivos y colores que pueden hasta jugar de fachada, para aprovechar y vendernos droga de mala calidad.Sin embargo se les reconoce el empeño creativo, que se ha vuelto una tendencia mundial dentro del panorama de las drogas sintéticas. Es por esto que decidimos recoger en imágenes los motivos mejor logrados y mejor pensados de comprimidos de éxtasis. Bob Esponjas, Oreos, Pacmans o con forma de Ying y Yang… a uno hasta casi se le olvida que estamos hablando de drogas ilegales.Fresitas grises con un detalle casi perfecto de las semillas incrustadas.Barrilsitos de Heineken, el símbolo de Audi y escudos negros de Dom Perignon, para los que les gusta el lujo.Barritas de metal que en realidad están hechas de MDMA.El logo de Tesla, otra pepa Dom Perignon, el símbolo de UPS y hasta el loguito de Instagram. La cultura de las drogas totalmente permeada por nuestra cotidianidad.Si no les dijéramos que estas Oreos son pastillas de éxtasis, estamos seguros que se las comerían confundiéndolas con una edición limitada de las galletas.Sim cards grises, para los que les trama todo el cuento de las telecomunicaciones.En vez de mezclar marihuana con éxtasis, mejor comerse una pastilla de éxtasis con forma de hojita de marihuana.Para los más rockeros.Es impresionante la exactitud de la huella del logo encima de la pastilla.Hace unos años estaban muy de moda las Toyota, ahora tenemos las Dodge.El ying y el yang, estas vienen porcionadas y todo."Si Pac-Man nos hubiera afectado cuando niños, ahora estaríamos corriendo por cuartos oscuros, masticando píldoras y escuchando música electrónica repetitiva". - Marcus Brigstocke.Un clásico de la infancia reencauchado.Aplaudimos la picardía y el humor de la persona que creó las pepas blancas de abajo. Qué rico comerse una.Otra acertadísima regresión a la infancia.Una vez más la cultura mediática influenciando los diseños de nuestras drogas sintéticas.Un motivo especialmente diseñado para los más tiernos.Al parecer la gente afuera disfruta mucho de esta marca de champaña.No todo lo que brilla es oro o diamante.Este es de nuestros favoritos, porque puede llegar a ser una posible ironía.Y no podía faltar la marca que vemos en todos lados.
*Este artículo fue publicado originalmente en THUMP, nuestra plataforma de cultura y música electrónica.Los tiempos han cambiado.El dólar ya no cuesta lo que solía costar, el petróleo se cayó y Donald Trump sigue subiendo. Los canales de televisión que veíamos de pequeños ya no son lo que solían ser, los buses que pasaban por nuestras calles dejaron de pasar, las fiestas a la que solíamos ir desaparecieron y las tendencias de moda que imperaban hace años se han ido, han vuelto, y se han ido otra vez. Nuestro imaginario generacional ha mutado de a poco, y no tenemos mucha idea de para dónde va.
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