FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Romper la coraza: El hip hop bogotano propone

Al debate sobre las amenazas a funcionarios de IDARTES, los hoppers han respondido con propuestas, con intenciones, con razones y con historias. La conversación continúa este sábado a las 10 am por Radiónica.

Hace algunas semanas, unas amenazas al teléfono de Felix Báez, ex funcionario de IDARTES y coordinador del Festival Hip Hop al Parque, pusieron sobre la mesa un extraño debate sobre el movimiento HipHop en Bogotá. Y digo extraño porque mientras muchos encuentran allí una manera eficaz para estigmatizar, aún más, aquello que por años ha sido estigmatizado, otros se preguntan qué está pasando con las amenazas y el festival, y por primera vez reflexionan sobre un grupo humano que lleva treinta años gestándose en Bogotá y el mundo, ellos, los hoppers, desde su sentir, han respondido con la alegría de quien por primera vez tiene el megáfono para ser escuchado sobre el murmullo incesante de una ciudad que no se detiene. Los hoppers no han entrado al debate de las amenazas, han respondido con propuestas, con intenciones, con razones, con historias. Esa es la perla que se encuentra cuando se logra abrir la ostra, cuando alguna situación, muchas veces inesperada, permite transgredir ese límite invisible, esa coraza que nos ha sido impuesta a los que están dentro del movimiento y a los que no, porque las realidades sociales que vivimos nos alejan, nos desarticulan y nos llenan de miedo, a todos. No es una novedad que ante una situación de miedo, el individuo responde con violencia, y así actuamos, todos, porque la violencia no se restringe a las armas y los golpes, la violencia más desgarradora es la indiferencia ante el dolor del otro, la subvaloración de su entorno, de sus ideales, de sus sueños y sus escenarios. Esa es la violencia que la Bogotá que no se detiene y que hoy se pregunta el porqué de las amenazas no ve, de la cuál no es consiente. Treinta años llamándolos “neros” peyorativamente, treinta años cerrando puertas y ventanas para no conocerlos, señalándolos por sus gorras o sus pantalones anchos, treinta años de no enterarnos de sus luchas más profundas, de sus reflexiones de barrio, de sus logros como colectivo, de su arte que simplemente es maravilloso. Y mientras las Bogotá que no se detiene ni se enteraba, en sus calles y en sus parques se gestaban espontáneas escuelas de breakdance, de rap, de graffiti, de scratch, que inspiraban a miles de jóvenes, que les ofrecían un horizonte y un futuro con que soñar. Y aún así, desprovistos de todo apoyo, estigmatizados e ignorados, lucharon sus espacios de encuentro. A fuerza de cantar en el parque de Las Cruces o en Ciudad Bolívar, fueron abriendo trocha y ganado espacios. Primero fue el teatro, al final de la década del 90 viajaron por el mundo haciendo una ópera rap que desafortunadamente aún no conocemos y que debería seguirse montando cada año en los colegios, pues cuenta una historia real y humana de los jóvenes en Bogotá. Vinieron también discotecas, discos, almacenes de ropa, emisoras, conciertos en la Plaza de Bolívar, en la Media Torta, en el parque El Tunal, fiestas multitudinarias, HipHop al Parque. Todo ganado a pulso, a punta de rap y break, a punta de creer en sí mismos y en su arte, sin mirar para afuera sino buscando adentro en lo que se tiene para dar, como bien dice una canción emblemática de Gotas de Rap: “esto no es una protesta, es nuestra propuesta”. Y aún así la Bogotá que no se detiene sigue dormida, no se entera de la fuerza y la gran oportunidad que es para el país este movimiento, un grupo humano que se congrega, que se cuestiona, que piensa en cómo cambiar las realidades sociales que los condenan al ostracismo, a la falta de oportunidades y muchas veces, a la muerte. Silvie Ojeda es coordinadora de ¡Pacifista! y editora del libro “30 años del hip-hop en Bogotá”. Estará presente en el debate #ElHipHopPropone promovido por Radiónica, Noisey y ¡PACIFISTA! a propósito del tema, al aire este sábado 9 de abril a las 10 am..

Publicidad