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Relaciones

Los extremos a los que llega la gente para poner los cachos

"No me iba bien como dealer, pero tener dos teléfonos me permitió escribirle a varias chicas sin ser descubierto".
CO
fotografías de Chloe Orefice

Al igual que los homicidios, ser infiel a tu pareja puede ocurrir en primer, segundo y tercer grado. En un extremo del espectro está el beso incómodo con alguien aleatorio que pretendes nunca pasó, en el otro, el frío y calculado adulterio. Hay gente que llega a extremos para triunfar en su engaño: teléfonos secundarios, esposas secundarias, hogares secundarios, reservas de hotel bajo nombres falsos; infidelidades que superan el simple accidente por embriaguez y son más un esfuerzo determinado por ser un pedazo de mierda infiel.

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Hablamos con estos pedacitos de mierda y por obvias razones cambiamos sus nombres. Excepto el de uno, pero no les diremos cuál es.

ROBERTO, 25

Engañé constantemente a mi novia en la universidad, más o menos a partir del mes que empezamos a estar juntos. Tuvimos una relación intermitente por cuatro años. Vivíamos en el mismo edificio de dormitorios universitarios y con frecuencia me la encontraba, así que cuando iba a salir tenía que inventar excusas. Una de las ventajas de ser infiel cuando eres estudiante es que si, por alguna razón, todo sale mal, siempre puedes fingir que vas a la biblioteca. Eso hice cada vez que iba a visitar otros pasillos. La nena con la que estaba follando vivía con dos amigas de mi novia que por alguna razón nunca sospecharon o siempre supieron y decidieron no decirle. De hecho una vez sí fui a la biblioteca pero solo para follar con otra nena en los baños del quinto piso. Otra vez un amigo se fue el fin de semana y me dejó usufructuar su piso para mis travesuras perrunas; nos quedamos comiendo Domino's, follando y viendo Breaking Bad de jueves a lunes. Le dije a mi novia que había ido a casa a visitar a mis padres.

Hasta donde yo sé, mi novia nunca se enteró de nada. Ya no estamos juntos pero seguimos siendo buenos amigos y creo que si se enterara sería álgido. También, me comí ebrio a una de sus amigas en algún punto de nuestra relación, y si les soy honesto, que se entere de eso es lo único que me da miedo. Me siento como una mala persona, pero la vagina de la otra estaba jodidamente apretada y de todas maneras amaba a mi novia. Era solo un arrecho de mierda que quería follarse todo lo que se movía.

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BRY, 29

Tuve una temporada (particularmente) caótica de mi vida donde me vi atrapada entre dos personas: uno era mi ex y el otro era mi futuro novio. Desafortunadamente, la relación con mi futuro novio era a distancia y complicada, y la relación con mi ex ofrecía un sexo increíble, algo que cualquier mujer te dirá es difícil de dejar.

Con el siguiente empecé follando en su carro, progresando poco a poco hasta infiltrarlo en el cuarto cuando mis roommates salían al trabajo; esto hacía que el sexo fuera mucho más caliente por la adrenalina que produce el temor a ser descubierto. Tuvo incluso que salir por la ventana algunas veces. Después de estar así por un tiempo decidimos irnos a algún lado por un fin de semana para poder follar tranquilos sin tener que ser interrumpidos por 48 horas, así que compré en Groupon una reserva de hotel y les dije a mis amigas que iría a visitar a mis padres. Mi novio nunca se enteró pero eventualmente decidí sincerarme con él y, les digo, le importó un culo. Súper, ¿no? Bueno, me imagino que eso depende de si te gusta que te celen o no.

Me pidió que le ayudara a mover algunas cosas dentro de su cuarto. Lo hice y lo siguiente que supe es que estaba completamente desnuda.

THANOS, 26

Estaba en una fiesta casera con quien ahora es mi exnovia. La anfitriona de la fiesta fue muy amable con nosotros y no paraba de decir que le encantaría que saliéramos de nuevo, así que en un momento intercambiamos números. Bajo cuerda me encapriché con ella, y pensé que de pronto ella me podría copiar, pero estaba con mi novia y en un momento, alrededor de las tres de la mañana, regresamos a su casa. No podía para de pensar en follarme a la otra nena así que le dije a mi novia que había olvidado algo en la fiesta y que regresaría por eso. Llamé a la anfitriona y me dijo que todavía quedaba gente en la farra así que no había problema si decidía regresar. Cuando llegué solo estaba ella y un amigo en común.

Todos estábamos borrachos y trabados y todavía quedaba trago y drogas así que continuamos la farra. Pasaron algunas horas y cuando me di cuenta ya eran las siete de la mañana. La tercera persona se fue, yo me disponía a regresar a casa de mi novia con el rabo entre las patas, hasta que la nena me pidió que le ayudara a mover algunas cosas dentro de su cuarto. Lo hice y lo siguiente que supe es que estaba completamente desnuda. Una cosa llevó a la otra, follamos varias veces y me quedé en su casa hasta entrada la tarde. Cuando hablé con mi novia le dije que había caído a la fiesta de un amigo cerca a la casa donde habíamos farreado porque perdí el bus y los Uber no querían recogerme. Me creyó y nunca supo nada diferente. Me arrepiento y no me arrepiento, era una relación de mierda sin amor pero tampoco debí hacerlo, por lo menos debí decirle después de los hechos.

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JANE, 23

Cuando estaba en la universidad una de las chicas con las que vivía engañaba a su novio no con uno sino con dos de los tipos con los que vivíamos. Era muy caótico y todo el mundo se sentía incómodo cuando el novio venía a visitarla, todos excepto el tipo al que le ponían los cachos, que obviamente no se sentía así. Ella solía inventar una serie de excusas elaboradas para justificar por qué no podía ir a verlo los fines de semana (sobre todo culpaba a las fechas de entrega) y él solo lo aceptaba. Era bastante obvio que su relación no iba a durar y, eventualmente, le explotó en la cara el día en que él decidió visitarla de sorpresa. Ella le había dicho que no podía ir a verlo porque estaba enferma, así que su novio decidió caer sin decirle nada para animarla. Cuando llegó la encontró en la cama con uno de los tipos. Terminaron y ella empezó a salir con el tipo con el que la habían pillado. No sé cómo se habrá sentido el otro, pero pues era el segundón del segundón y eso es la vida.

G, 31

Hace algunos años cuando estaba desempleado, decidí probar ser jíbaro. Estaba fumando mucha bareta y tenía una bicicleta para transportarme así que no pensé que fuera un cambio sustancial en mi vida. Pronto me di cuenta de que mis habilidades de dealer eran una mierda pero que tener número de teléfono alternativo me permitía enviarle mensajes a otras mujeres sin ser descubierto. Entonces vivía con mi novia, quien solía revisar mis mensajes, pero nunca se molestó en mirar el otro teléfono porque asumía que se trataba de mis negocios con la hierba, cosa que no aprobaba y trataba de ignorar. Empecé a escaparme y verme con otra nena; ella me mandaba un mensaje al segundo número pidiendo un Q, que quería decir que estaba en su casa sola. Ah, a propósito, ella también tenía novio. Le decía a mi novia que iba a dejar dos pedidos, iba me follaba a esta otra nena y regresaba a casa. Así duré como seis meses hasta que mi novia se dio cuenta de que no estaba haciendo nada de plata con "mi negocio", sumó dos mas dos y me echó de la casa. Me lo merecía.