Yo en público: Que Disney compre a Fox pone a la compañía en una situación ridícula de monopolización que debería asustarnos. Que no podamos reconocer esto solo resalta la forma en la que la monetización masiva de la cultura geek nos ha cegado y dejado a sus pies.
Esto es más cierto de lo que piensan. El nerd que llevo dentro no puede evitar imaginarse una escena post-créditos en la película de Avengers de 2019 en la que ocurra un paneo lento hacia los rincones más inhóspitos de la galaxia, pasando por la destrucción de dejó Thanos con su guante, y deteniéndose en lo que parece ser la mitad de la nada. Sin embargo, lentamente algo enorme empieza a revelarse y sus ojos se llenan de vida porque ha quedado claro que la galaxia no puede cuidarse sola. ¡Galactus! ¿Será? ¿Será posible? ¿SERÁ POSIBLE?Pero es posible tener dos ideas en la cabeza al mismo tiempo: la emoción por lo que implica que Marvel tenga control creativo por sus personajes, y la preocupación por el hecho de que una sola entidad corporativa use los frutos financieros de una pieza descomunal de entretenimiento cultural para adquirir otra pieza descomunal de entretenimiento cultural y centralice todo de una forma bastante perturbadora (¡recordemos que Disney también es dueño de Star Wars!).Yo en privado: ¡¡¡¡Galactus en la fase 4!!!!
No vemos un monopolio de entretenimiento como un monopolio porque es #contenido que nos satisface. ¿Quién no quiere una buena película de X-Men? (Bueno, Fox empezó a encontrar su camino al final con Logan, Deadpool y New Mutants) Pero todo esto no hace más que silenciar lo que debería ser una preocupación de la sociedad por las entidades corporativas, y esa preocupación debería elevarse cuando vemos este tipo de fusiones sin fin.Pero, por otro lado, ¡¿y si Thanos desata el poder de la gema-mente y termina creando a los mutantes?!Mierda."Desde hace 18 años, cuando escribimos Spaced, nuestra adolescencia extendida ha sido astutamente absorbida por las fuerzas del mercado, que ha identificado esta demografía relativamente nueva como un manantial increíblemente lucrativo de potencial consumista. De repente, había una generación completa que pedía a gritos la versión actualizada de las cosas que consumían cuando eran niños. Esta demografía ahora está completamente atendida en todas las facetas del entretenimiento y la primera y segunda infancia ahora hacen parte de todo un fenómeno mainstream".