Fotos del entrenamiento militar obligatorio de los universitarios chinos

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Fotos del entrenamiento militar obligatorio de los universitarios chinos

Fotografías del adiestramiento militar obligatorio que tienen que pasar los jóvenes chinos cuando entran en la universidad.

Fotos por Vicente Miña

Vicente Miña fue uno de los fotógrafos seleccionados este año dentro de la sección Descubrimientos de PhotoEspaña. Su preferencia siempre ha sido la fotografía de calle, "ya sea por trabajo o en proyectos personales, es donde más cómodo me siento". Llegó a Shanghái para vivir en el verano de 2013."He pasado los dos últimos años trabajando en China. Durante todo este tiempo he podido conocer su bellísima cultura, su gente, y ver lo rápido que cambia todo". Una de las cosas que llamó su atención fue el adiestramiento militar obligatorio que tienen que pasar los jóvenes chinos cuando entran en la universidad.

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Su labor como fotógrafo le permitió entrar en contacto con esta costumbre y con los jóvenes que se ven obligados a pasar por ella. Según las palabras de Chen Yizhou, un estudiante de 20 años de la Universidad de Fudan: "A veces es aburrido y agotador. Empezamos la instrucción a las 7:30 de la mañana y la terminamos a las 18:00. Aunque cada tres días, tenemos que estar listos a las 5 de la madrugada. Es muy cansado, sin embargo sabemos que es importante, primero para nuestro país y segundo para nosotros. Durante las dos semanas que dura la instrucción, somos soldados, llevamos este uniforme y nos sentimos orgullosos por ello".

VICE: ¿Qué te atrajo de este tema? ¿Cómo lo descubriste?
Vicente Miña: Al llegar a Shanghái, vivía cerca de un campus universitario. El curso empezaba durante aquellos días y las calles se llenaron de jóvenes estudiantes uniformados. Empecé a investigar y pude averiguar que se trataba de un entrenamiento militar al que eran sometidos obligatoriamente los estudiantes de primer curso en todas las universidades del país. Trabajé en ello durante aproximadamente una semana, limitándome a observar y tomar algunas fotografías, mientras esquivaba a los instructores militares, a los que no parecía que les hiciera mucha gracia mi presencia. Decidí entonces que era un buen tema sobre el cuál trabajar; investigar sobre cómo el ejército y en definitiva, el gobierno, ejerce su influencia y control sobre las futuras generaciones de profesionales universitarios chinos. Así es que durante el año conseguí información y contactos para poder continuar con el proyecto durante la instrucción del curso siguiente.

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Me imagino que fue difícil entablar relación con los militares y que te dejaran hacer fotos.
El trato con los militares no fue fácil. Durante las sesiones de entrenamiento pude trabajar con relativa libertad, manteniendo las distancias y actuando como un turista curioso. El último día de instrucción en la Universidad de Fudan, una de las más importantes del país, se celebra la ceremonia de clausura de los entrenamientos en un pabellón del campus a la que asisten altos mandos del Ejercito de Liberación de la República Popular de China. Fue imposible conseguir el permiso para fotografiar el acto, por lo tanto esperé hasta que pude encontrar la ocasión para colarme. No tardaron ni dos minutos en echarme de allí exigiendo que borrara todas las fotos que había tomado. No obstante, alguna pude salvar.

Cuéntanos algo sobre esa costumbre de hacer el servicio militar al entrar en la universidad.
Los estudiantes son instruidos por el Ejército a través de un estricto programa diseñado por el gobierno. La legislación china considera este adiestramiento como una parte obligatoria de la educación superior. La finalidad, tal y como lo expresan las autoridades, es promover el amor hacia la nación, fortalecer la disciplina entre los futuros cerebros del país, familiarizarse con el ejército, preparar a los jóvenes para afrontar las dificultades de la vida y también, potenciar el compañerismo. Según las fuentes que consulté, el origen de este programa de instrucción data justo después de las sangrientas manifestaciones que tuvieron lugar en la Plaza Tiananmen en 1989.

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¿Cómo está ahora China?
Las últimas noticias sobre la situación que atraviesa la economía china, el dramático suceso de las explosiones en el puerto de Tianjin y sus terribles consecuencias humanas y medioambientales están desvelando la cruda realidad que se vive en China. Los niveles de pobreza son altísimos, hay grandes problemas de contaminación y un consumismo salvaje. El país vive sometido por la dictadura de un gobierno dirigido por un partido que se hace llamar comunista para el que los derechos humanos no tienen ningún valor. Como ejemplo, puedo contarte que hace un par de meses fui al distrito de Jinshan, en el sur de Shanghái, a cubrir una manifestación enviado por AFP (Agence France-Presse). Los vecinos se manifestaban pacíficamente contra el proyecto de construir en su zona un planta química productora de PX (paraxileno), sustancia altamente tóxica que se utiliza para la fabricación de plástico. Anteriormente el Gobierno solía ser relativamente permisivo con este tipo de protestas medioambientales. Las utilizaba como herramienta para hacer creer a la población que vivía en un estado de libertad.


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Sin embargo, la realidad actual es diferente. Todas las personas que participaron en la manifestación de Jinshan fueron retenidas y obligadas a facilitar sus datos rellenando un formulario proporcionado por la policía. Esto es, ni más ni menos, que un conjunto de medidas represivas que se aplicaban en los años 50 durante la presidencia de Mao Zedong y que recientemente se han vuelto a poner en práctica. Es difícil acceder a este tipo de sucesos. Toda la información es filtrada y controlada por la censura que practica la Agencia Oficial de Noticias de la República Popular China, Xinhua. Esto complica el trabajo de los medios internacionales en China, ya que normalmente solo tienen acceso a los fastuosos actos políticos y culturales, logros capitalistas y eventos deportivos internacionales que el Régimen utiliza como propaganda para proyectar una imagen de libertad y prosperidad.

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