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Canadá debería tener cuidado con Fukushima

Un pequeño recordatorio de que dos años y medio después de que un terremoto y un tsunami causaran una crisis nuclear en el noreste de Japón, la amenaza de envenenamiento por radiación en el Océano Pacífico seguirá ahí otros 40 años o más.

Foto aérea de la construcción de la planta nuclear de Fukushima (Foto vía WikiCommons)

La semana pasada, las autoridades japonesas revelaron nuevos datos horribles sobre la radiación que se está filtrando en el Océano Pacífico desde la planta nuclear de Fukushima. El domingo pasado, la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) dijo que los niveles de radiación cerca de un tanque de almacenaje de agua en la central nuclear de Fukushima Daiichi eran 18 veces más elevados de lo previamente anunciado –lo suficiente para matar a una persona en pocas horas. El miércoles, los niveles de radiación aumentaron otro 20% en el mismo lugar. Más recientemente, Corea del Sur ha prohibido el pescado importado de la región de Fukushima.

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TEPCO, que estaba al mando de la planta de Fukushima cuando en marzo de 2011 ésta sufrió daños durante un terremoto de magnitud 9.0 y un tsunami, también admitió que cada día unas 330 toneladas de agua contaminada están fluyendo hacia el Océano Pacífico. Los perritos guardianes de la radiación en Japón aumentaron la severidad de la continua filtración de nivel uno (una “anomalía”) hasta el nivel tres (un “incidente serio”).

“No va a ser el último, y posiblemente tampoco el peor,” dijo la Dr. Erica Frank sobre el último incidente. Frank es profesora de población y salud pública en la facultad de medicina en la Universidad de Columbia Británica, y tiempo atrás fue presidenta de Médicos por la Responsabilidad Social. Según ella, desmantelar la planta nuclear dañada costaría 40 años.

En respuesta a todas las noticias pesimistas, el Primer Ministro japonés, Shinzo Abe, anunció que su gobierno será más “activo” en el proceso de recuperación, invirtiendo 47 billones de yenes (casi 360 millones de euros) en la limpieza, incluyendo 32 billones de yenes para la construcción de un muro de hielo subterráneo de 1,4 kilómetros para evitar que el agua utilizada para enfriar los reactores dañados se mezcle con las aguas subterráneas.

Suponiendo que este muro subterráneo de hielo que todavía no ha sido testado funcione –y esto es una suposición importante ya que nunca ha sido utilizado en una escala tan grande ni a largo plazo- la construcción no comenzará hasta que se complete un estudio de viabilidad empresarial en marzo de 2015.

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Por suerte para la humanidad, el Océano Pacífico es un cuerpo descomunal de agua, y la convergencia de las corrientes de la costa noreste fue capaz de diluir a mayor parte del vertido nuclear de marzo de 2011 a niveles “seguros” en cuatro meses. Mientras que algunos análisis de peces y agua han demostrado un aumento en los niveles de cesio en Norteamérica, ninguno ha estado cerca de los 1.000 bq/kg que se consideran peligrosos en Canadá. (Un bq o becquerel es una unidad de radiactividad igual a una desintegración nuclear por segundo.)

Sin embargo, a medida que este desastre se prolonga, Frank dice que la Agencia de Inspección Alimentaria de Canadá (CFIA) tiene que tener más cuidado con sus informes de niveles de radiación en el pescado procedente del mar Pacífico destinado al consumo. “En Columbia Británica existe un seguimiento y publicación de los niveles de radiación de los alimentos que se importaron de Japón, pero no existe ninguna publicación de los niveles de radiación de los peces capturados en nuestras costas,” dice Frank, añadiendo que el último informe de la CFIA sobre el tema fue publicado en marzo de 2012.

La CFIA tomó muestras de peces para analizarlos en las costas de Columbia Británica tres meses después del desastre de 2011. Volvieron a hacer análisis en peces migratorios en agosto de 2011, y de nuevo en febrero de 2012. Todos los resultados estaban por debajo de los “límites procesables” de 1.000 bq/kg  de Canadá y por eso “no existe riesgo” para los ciudadanos.

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Un representante de la CFIA me aseguró que siguen realizando análisis, simplemente no están haciendo públicos los resultados. “Mientras continuamos monitorizando la situación, en estos momentos la CFIA no cree que sea necesario ajustar nuestros controles de seguridad sobre los alimentos,” me escribió  Elena Koutsavakis de la CFIA en un email el jueves. “Basándonos en nuestra evaluación continua, los controles de seguridad se ajustarán, si se da el caso, para mantener al seguridad del suministro de alimentosde Canadá.”

“No deberíamos tener que imaginarnos cosas,” dice Frank sobre la falta de información. “Estoy empezando a hacer análisis mi cuenta con un grupo de científicos y otra gente del sector de la salud pública. Publicaremos los resultados.”

Frank dice que la financiación de los análisis de radiación es incierta, pero que espera poder conseguirla. “Todos estamos poniendo de nuestro bolsillo lo que podemos porque creemos que estos datos deben salir a la luz.”

Tanto la CFIA como el Ministerio de Salud de Columbia Británica han afirmado que cualquier análisis de radiación a largo plazo de la costa pacífica de Canadá es responsabilidad del Ministerio de Salud de Canadá, no inspectores de alimentos.

“El gobierno de Columbia Británica admite que la gente puede estar preocupada por los niveles de radiación que pueda afectarlos,” escribió el Dr. Bonnie Henry del Centro de Control de Enfermedades de Columbia Británica. “Es importante recordar que siempre hay una pequeña cantidad de radiación en el medio ambiente… todos los análisis hasta la fecha han indicado que la cantidad de radiación en los productos y los peces está por debajo del nivel que podría provocar problemas de salud.”

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