FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Este hombre se dedica profesionalmente a dominar a mujeres

No hay muchos hombres que sean capaces de dedicarse profesionalmente a la dominación sexual de mujeres, pero este profesor jubilado de Montreal es uno de ellos.

El único amo profesional de Montreal. Todas las fotos por el autor a no ser que se indique lo contrario

Este artículo se publicó originalmente en VICE Canadá.

La mesa de centro de Sadist Faction* parece inocua a primera vista, pero es una de las piezas de mobiliario más provocativas que te puedas encontrar, porque a diferencia de los muebles de una casa normal y corriente, esta mesa sirve para azotar, flagelar y llevar a cabo otras divertidas prácticas de bondage.

Son los aspectos que debe tener en cuenta el único amo profesional de Montreal para desempeñar su trabajo.

Publicidad

Las correas de la mesa pueden quitarse por si vienen clientas a las que no les va tanto la caña, al igual que los látigos y los demás juguetes repartidos por el piso / mazmorra de este profesor jubilado. Cuando sus amigos van a visitarle, el único rastro de sadomasoquismo visible son los artículos de merchandising del equipo de béisbol de los Montreal Expos, un recordatorio constante de la tortura a la que las Grandes Ligas sometieron a los seguidores del equipo.

Tras descubrir su predilección por el sadomasoquismo durante los 70, a la edad de 12 años, Faction contactó con más personas afines a él gracias a un anuncio publicado en una revista a la que escribían los hombres para ponerse en contacto con otros e intercambiar películas porno, y las mujeres para contactar con alguien dispuesto a darles unos cuantos azotes.

Faction vivió el auge de la escena sadomaso en Montreal durante los 80 y los 90, cuando empezó a desaparecer el tabú que rodeaba a esta práctica.

Sin embargo, la apertura del BDSM a un público más amplio implicaba tomar mayores precauciones de salud y conciencia acerca de los límites de la dominación y el consentimiento.

Imagen vía usuario de Flickr Julian Povey

"Hace unos años, empecé a oír historias de mujeres a las que les gustaba que las azotaran o que las ataran sin que hubiera sexo de por medio. Ponían anuncios en alguna página web. Pero claro, cuando las tenían atadas, los hombres querían follárselas, cuando eso no era lo que ellas buscaban. Eso me hizo decidirme a tantear el mercado y ver si había mujeres interesadas en contratar servicios de dominación". Pues resulta que sí las hay.

Publicidad

Faction cobra unos 50 dólares canadienses [34 euros] la hora por dar clases a parejas para introducirles en la práctica segura del BDSM. Cuando practica la dominación, generalmente en forma de azotes, acepta lo que las clientas estén dispuestas a pagar.

"No me saco mucho dinero", confiesa Faction. "Las dominatrix ganan más. Los tíos no tienen escrúpulos en pagar cien dólares por que les hagan una paja, una mamada o lo que sea. Las chicas, en cambio, no creen que tengan que pagar por nada y por lo general prefieren recurrir a sitios como Craiglist. Parece que les incomoda pagar por estas cosas".

Dado su pasado como profesor de instituto, Faction prefiere que no se mencione su nombre en ningún artículo, aunque no le importa que lo fotografíen. El hecho de estar jubilado le da libertad económica para conquistar su propio espacio en este mundillo, a diferencia de muchos aspirantes que han querido montar su negocio y vivir de esto.

"Por lo general, la gente sobre todo los hombres empieza el negocio, tiene las capacidades y las ganas de dedicarse a ello y buscan clientes, pero luego resulta que no ganan lo suficiente para mantenerse", explica la dominatrix profesional Contessa Alura, de Quebec. "Sadist Faction no se dedica a esto a tiempo completo, por lo que puede hacerlo más tiempo".

Para él, hacer de amo se ha convertido en una forma de ganarse un dinero extra y de seguir en contacto con su vocación docente. Muchas de sus clientas acuden a él no solo para que las domine, sino para aprender a realizar esas prácticas de forma segura en casa.

Publicidad

"Me siento con la pareja y averiguo quién de los dos es dominante y quién sumiso", explica. "Indago sobre cuáles son sus fantasías y fetiches y les enseño la forma correcta de atar a alguien".

Entre los consejos útiles que da, está el de no utilizar esposas ("Mucha gente piensa que se usan todo el tiempo en estas prácticas, pero lo cierto es que casi nunca las usamos porque hacen daño", señala) y tomárselo con calma si vas a practicar juegos anales.

Hablando del tema, esa precisamente suele ser la parte del cuerpo en la que les gusta centrarse a las clientas. De hecho, estos últimos cinco años, Faction ha estado practicando lo que él llama "terapia de azotes". Se trata de una diferencia clave entre lo que buscan los hombres cuando contratan a una dominatrix y lo que buscan las mujeres.

"A los hombres les va mucho más la humillación y el uso de strap-ons", explica Faction. "Si buscas 'dominación femenina', verás millones de páginas en las que hay alguna especialidad como travestismo o la suspensión.

"No es que a mis clientas no les guste eso también, pero en general están más interesadas en que las azoten porque es algo relativamente nuevo para ellas, o les gusta que las aten y las obliguen a alcanzar el orgasmo".

Alura cree que en estas prácticas tienen lugar unas interesantes políticas de género, porque Faction considera que muchas mujeres buscan evadirse de sus vidas diarias.

"Si eliminamos esos roles, lo que queda en esencia son deseos primarios", afirma Alura. "Al margen de las predilecciones de cada uno, hay una serie de gustos elementales basados en la sociedad o en las cosas que la gente ha vivido en su infancia. Creo que las mujeres buscan obtener un placer sencillo, el mismo que obtienen los hombres al sentirse dominados por la mujer. Todo se reduce a dejarse llevar por otra persona, salir del mundo real y vivir una fantasía durante un rato".

Publicidad

Katheros, además de ser objeto del interés romántico de Faction desde hace varios años, es la mujer más cualificada para explicar por qué Faction sabe dar a sus clientas lo que buscan. No en vano lo ha visto en sus mejores y peores momentos.

"En su sitio web hay una frase que me hace mucha gracia y que dice algo así como 'Llevo los cuidados posteriores a un nivel que sorprendería hasta a una madre judía'", explica. "Eso es lo que lo hace distinto. Llevo un tiempo frecuentando la escena BDSM de Montreal, y te aseguro que no hay muchos hombres interesados en la dominación y que a la vez sean tiernos".

Faction tiene claro que las mujeres acuden a él para liberarse de la presión, tanto si son mujeres de negocios cuyas decisiones afectan a miles de personas como si son madres a cargo de sus hijos de tres años.

"Conozco a muchos empresarios que ganan mucho dinero o que deben tomar decisiones financieras importantes a diario. Estos hombres contratan los servicios de una dominatrix porque durante esa hora quieren dejar de lado el control", explica. "Por lo general, las mujeres que son madres suelen ser dominantes, por lo que necesitan dejarse llevar. Lo mismo pasa con las empresarias. Cuando las veo en nuestras fiestas, asumen el rol sumiso y pienso que lo único que quieren durante unas horas es bajar la guardia y entregarse".

Sigue a Adam Kovac en Twitter.

* Se ha cambiado el nombre.

Traducción por Mario Abad.