Si nos remontamos a 1993, época en que Nirvana rompía récords de ventas, es posible darse cuenta que fue el mismo año en que salió uno de los discos que cambiaría de manera total la forma en que se concibe la electrónica contemporánea: Incunabula. Muchos son los proyectos que incidieron en este cambio de perspectiva, sin embargo, uno, marcó su nombre con letras doradas en la historia.Desde las sombras, Sean Booth y Rob Brown fraguaron uno de los proyectos más enigmáticos que existen; experimentando con una alta gama de sintetizadores analógicos y con una marcada raíz de techno profundo en mente, conjuraron fríos esquemas sintéticos que jugaban con percusiones intercaladas. Sin embargo estas estructuras sólo eran esqueletos sobre los cuales, adherían samples de jazz, vastas secuencias de bajos con una cadencia poco antes vista, tonalidades ambientales, elementos de todo tipo y cuantos matices se puedan imaginar.
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Recuerdo que la primera vez que escuché a Autechre hace ya varios años; la imágen que me vino a la mente de inmediato fue una compleja y enmarañada red neuronal, comunicándose mediante la sinapsis a base de pulsos electromagnéticos; si ese proceso tuviera un componente sonoro, seguro la música de Autechre sería la mejor forma asemejarlo. Pero hay más, después de platicar con amigos y conocidos que saben bastante del tema, llegué a la conclusión de que esta metáfora está bastante acertada, y es que su música está muy ligada a los procesos mentales humanos. Sabe captar ráfagas de emociones - en su mayoría nostálgicas- que languidecen en un vórtice interminable de experimentación.Es posible percatarse, a lo largo de 20 años, 12 discos largos así como una infinidad de EP's, que siempre han estado en constante cambio. Esta progresión está marcada desde el inicio y todos sus discos lo demuestran, ya que a pesar de estar encadenados, están orientados hacia una esencia sonora distinta. Si escucharan su primer disco, y, acto seguido el último, sería difícil encontrar alguna similitud (probablemente la haya, aunque sea sólo una vaga estructura), pero este particular detalle, manifiesta sin posibilidad de duda la genialidad brutal que los caracteriza.
