THEATRON: 15 años de diversidad en la vida nocturna bogotana

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THEATRON: 15 años de diversidad en la vida nocturna bogotana

Desde que abrió en 2002 con Teatrino, Theathron ha sido un club insignia de la inclusión en la rumba capitalina.

*Este artículo apareció originalmente en THUMP nuestro canal de música y cultura electrónica.

En pleno corazón de Chapinero en la ciudad de Bogotá se encuentra Theatron, el club gay que en más de diez mil metros cuadrados recibe cada fin de semana a miles de personas provenientes de todo el mundo para brindarles una experiencia masiva en cuanto a entretenimiento se trata. Ubicado en la calle 58 entre la carrera 13 y la 9, Theatron se ha erguido como la piedra angular de "Chapigay", abriendo puertas para que la comunidad LGBTI pueda disfrutar tranquilamente de la noche en todas sus expresiones.

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En los años sesenta, los barrios bogotanos se fueron copando de salas de cine que se llenaban en las funciones matinales y dominicales. Uno de los teatros representativos de Chapinero era el Metro Riviera, donde se estrenó ET y Tiburón, estuvo casi un año completo en cartelera. En 1995 el teatro perdió la batalla contra los múltiplex en los centros comerciales, y dejó de operar como cinema.

Fachada de Theatron por la Carrera 13. Captura de pantalla de Google Maps.

El sitio fue alquilado por una iglesia cristiana que funcionó un par de años. Luego, en el 2002, Edison Ramírez, un empresario bogotano con casi 20 años de experiencia en la industria del entretenimiento nocturno, le dio al edificio un nuevo destino: un club gay que cambió la cara de la rumba LGBTI no solo en Chapinero, sino también en Bogotá.

El primer club de Edison se llamó Zona Franca y entre 1995 y 2002 estuvo ubicado en el barrio El Lago de Bogotá. Este fue el que permitió que la rumba gay 'saliera del closet'. "Zona Franca fue el primer sitio que hizo visible que hay lugares específicos para la comunidad LGBT", cuenta Edison. "Antes de nosotros, los bares gay no tenían letreros, y la gente que iba tapaba las placas del carro. El club se construyó en su totalidad para que el público gay pudiera disfrutar abiertamente".

Teatrino, 2002. Cortesía Theatron.

Con la experiencia adquirida, Ramírez se propuso abrir un nuevo club nocturno en lo que antaño fue el teatro Metro Riviera. Lo más importante era mantener esa libertad conseguida con Zona Franca. El 27 de febrero de 2002, Teatrino, el primer espacio de este mega complejo de rumba, abrió sus puertas.

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Ese día la asistencia fue masiva. Recordando esa primera noche, Edison cuenta que "en un momento miré la pista y no había nadie. Le dije muy preocupado a mi socio que nos iba a faltar gente. Pienso que tal vez el miedo de salir de rumba a Chapinero hizo que en un principio no nos llegara tanta gente. Después me volví a asomar y el sitio estaba a reventar. Pienso que debo agradecerle a los celulares porque la gente llegaba y veía que todo estaba muy bien, entonces llamaban a sus amigos para que fueran".

Desde entonces solo han venido cambios y crecimiento. Aunque estaba pensado para abrir en 2003, tanta gente iba a Teatrino que en mayo del mismo año abrió Theatron, la sala gigante que hoy en día se mantiene y da nombre al club. Al poco tiempo de haber abierto, no solo personas pertenecientes a la comunidad LGBTI llegaban al sitio, sino que este abría sus puertas a personas heterosexuales que venían a pasar un buen rato, abriéndose a experiencias nuevas y de a poco cambiando la visión del club: ya no era un sitio de rumba gay, sino una discoteca enfocada en darle a los usuarios las mejores experiencias posibles en cuanto a entretenimiento, siempre teniendo como base el respeto de la diversidad. Darío Rodríguez, quien lleva 14 años trabajando en el club como parte del equipo de producción, cuenta que "entre sala y sala uno ve a la gente pasándola bien, liberada. Es una rumba para todos. Se trabaja muy sabroso acá".

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Theatron, 2002. Foto cortesía Theatron.

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Todo esto forzó al club a expandir sus límites -creativa y arquitectónicamente- abriendo un nuevo espacio cada año. Theatron es uno de los clubes gay más grandes de Latinoamérica: Quince años después, con trece espacios temáticos distribuidos en más de 10.000 metros cuadrados, capacidad de hasta 6.000 personas y barra libre todas las noches. Es, como ellos mismos dicen, "un parque de diversión para adultos", que además está en constante cambio y movimiento. Las salas, cada una pensada y diseñada por Edison, son constantemente remodeladas y adecuadas según las necesidades del público. Fernando Koral, productor general del club, afirma que "la gente que viene una vez, quiere repetir la experiencia ya que periódicamente estamos cambiando para que cada noche sea distinta a la anterior". Entre sala y sala encuentras bailarines, go-go dancers, shows con música en vivo, DJs nacionales e internacionales, shows de drag y transformistas, y a mucha gente pasándola bien.

Tal vez este aspecto dinámico y camaleónico que tiene el club, de ir cambiando de colores según las necesidades de su público, es uno de los aspectos que ha permitido que sea una de las discotecas más longevas de la capital bogotana. Camilo Cortes, visitante asiduo del club, dice que sigue yendo porque "la variedad que ofrece Theatron no la ofrece ningún otro bar. La diversidad en la música es algo que amo porque no hay manera de aburrirse por escuchar el mismo tipo de música toda la noche. Puedes cambiar y esto me gusta. Además es barra libre".

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"Theatron es mi bar favorito", cuenta Daniela Hincapié, quien desde hace un año es cliente regular del club. "Soy hétero, y antes de ir a Theatron no sabía que había otro ambiente de rumba así. Por ejemplo, tu vas a rumbear a la 85 y ves a la gente con tacones, las niñas en vestido, si veías a dos hombres besándose todos volteaban a mirar mal. En cambio Theatron es más casual. Cada quien está en su cuento y son super respetuosos". Lo mismo reitera Camilo, que en una ocasión fue con una amiga hétero que "tenía miedo, pues al no conocer el sitio y el ambiente estaba un poco asustada. Pero la convencí de ir y la pasó muy bien. Creo que el bar ofrece un espacio para que todo tipo de público vaya sin ningún prejuicio", concluye. Y esto no solo en referencia a preferencias sexuales.

En estos quince años, por el club han pasado cientos de artistas de todos los géneros y para todos los públicos, como el ícono LGBT Boy George, la artista drag Nina Flowers, el legendario DJ John Digweed, la banda de punk Misfits, el rock clásico de Fito Páez, artistas como Naty Botero y Marbelle, entre muchísimos otros. Y ni hablar de las fiestas temáticas que organizan cada fin de semana, siendo las más representativas la celebración del Carnaval de Barranquilla, el aniversario del club y la fiesta Halloween.

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En cuanto a lo que se viene para el club, Edison afirma que lo más importante es escuchar al público. "Uno nunca termina de aprender de su público. Si tú no observas a tu público y no escuchas lo que te pide, estás fregado en el negocio. Hay que pensar en qué quiere la gente y llegarles con algo que estén esperando, pero que de alguna manera supere sus expectativas".

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Algunos de los espacios de Theatron

No es secreto que en Colombia la discriminación y la homofobia pegan fuerte, y por eso es importante destacar que un club como Theatron, de adn gay, llegue a sus 15 años. "Cuando se da la reunión e integración del público heterosexual y el público gay es cuando se aprende a convivir y respetar viviendo la realidad", cuenta Fernando Koral. Y es que la integración que el club promueve, si bien tiene como base la fiesta y la rumba, también permea muchos otros aspectos sociales, haciendo de Theatron un aliado de la lucha por la igualdad y la no discriminación.

Por ejemplo, desde su apertura, muchas fiestas se organizaron con el fin de recaudar fondos para abrir el primer centro comunitario LGBT que se inauguró en 2006, y que al día de hoy ha sido fundamental para que cientos de ciudadanos sexualmente diversos reciban información, orientación y asesoría. También, fue pionero en la marcha del orgullo gay en Bogotá, que si bien la primera se llevó a cabo en 1982, la gestión y acogida de Zona Franca, primero, y luego Theatron, marcaron un referente para esta celebración anual que ya va por su versión número 21. El club es, también, un aliado corporativo de la Cámara de Comercio LGBT, prestando su espacio y logística para realizar ferias de productos y servicios, talleres, seminarios, exposiciones y más iniciativas que trabajen por combatir la inequidad y discriminación hacia las minorías sexuales.

"Cada día estamos trabajando en mejorar nuestros procesos y servicios, pero hemos logrado desarrollar un tema muy importante y es que el mundo LGBT se abriera al público heterosexual mostrándose tal cual es y eso se siente cada noche dentro del club", concluye Fernando. Estos quince años han cosechado muchos frutos, y el convertirse en un espacio insignia de la inclusión en la vida nocturna es tal vez el más jugoso. Theatron, ese "parque de diversiones para adultos", es un lugar que demuestra que en la pista, sin importar géneros ni gustos, todos somos iguales.

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A Vanessa la encuentras por aquí.