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Música

¿En qué momento se volvió tan importante hablar de lo que un artista postea en redes sociales?

¿En realidad es tan relevante que J Balvin se pinte el pelo, la última selfie de Maluma o el nuevo acento de Shakira?

Desde hace un buen tiempo las preguntas que precedían este texto me empezaron a asaltar la cabeza cada vez con más frecuencia. Todo empezó después de escribir artículos de J Balvin como la vez que interpretó "Smells Like Teen Spirit", de Nirvana o la foto en la que aparecía con Pharrell en el estudio, entre otras. Desde ese entonces, supongo, el algoritmo de Google, Facebook e Instagram (el mismo que te sugiere mujeres guapas, fotos de gatitos, perritos, motos, carros, Herbalife, etc.) empezó a sugerirme contenido referente, no solo a uno de los personajes más grandes del reggaetón actual, sino a sus secuaces y artistas en general. Ahora, la página de entrada de casi cualquiera de mis redes sociales parecían charlas de peluquería con titulares como: "J Balvin enciende las redes sociales con su cambio de look" , "Pintado de azul J Balvin enloquece sus fans con sorprendente cambio de look", "La selfie de Maluma con Justin Bieber en Miami" o "Revuelo en las redes sociales por nuevo video de Shakira con acento español".

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Me sentía en medio de un salón de belleza haciéndome el combo manicure/pedicure.

Las primeras veces no fue tan grave, era más bien curioso. Luego, cuando el bombardeo fue cada vez más constante, empecé a cuestionar el momento en el que cualquier interacción en redes sociales de un artista, actor, futbolista o cualquier famoso en general, podría ser de inmediato una noticia viral.

Pero, ¿en qué momento estar pegado a las redes de un artista se convirtió en una práctica valiosa del periodismo de entretenimiento? ¿Por qué nos interesa tanto? ¿En realidad es tan relevante un simple cambio de look? ¿De verdad es tan necesario e interesante saber todo lo que pasa en las redes de un artista? ¿Y eso en qué nos afecta, por qué nos impacta? ¿Acaso seré yo el que está mal?

La reflexión es sin duda intrascendente, sí, pero de alguna manera me estaba afectando tanto que decidí resolver mis inquietudes.

Más allá de las redes, saber de la vida de las celebridades no es cosa de nuestra época, según Wilber Correa, periodista y director del programa de entretenimiento La Red de Caracol, "en el siglo anterior cuando no existían las redes sociales, los periodistas se enteraban de los cambios de sus celebridades cuando los veían en los diferentes eventos y ahí eso se convertía en noticia y de paso en tendencia de moda". Por ejemplo, cuenta Correa, vale la pena recordar que cuando Marilyn Monrroe cambió su peinado, inmediatamente movió toda una industria, y en las peluquerías de Nueva York todo el mundo quería parecerse a ella. Otro ejemplo de esto sería la importancia de personajes como Iggy Pop quien, desde los setentas, empezó a marcar la parada en el uso del jean entubado, una moda que permanece, aún hoy, pegada a nuestras extremidades inferiores y es algo infaltable en el armario de muchos.

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Así que no, no es una cuestión de la época, desde siempre a la gente le ha interesado saber de sus ídolos y estos, a su vez, los influencian, a veces sin intención, para querer ser como ellos. La diferencia hoy en día, como afirma Lilian Contreras, periodista de entretenimiento de El Espectador, quizás radica en que "con las redes sociales, sobre todo con Instagram, la gente te permite entrar más allá, entonces no es que sea importante, simplemente es novedoso". Y eso, vale la pena aclarar, no solo sucede con el mundo de la farándula, cualquier cosa que diga un político, un deportista, un actor o simplemente una figura pública en sus redes, es manjar para un periodista.

Y puede que sí, pero el tema del exceso de información también es algo que en cierto momento abruma, que todo se convierte en ruido. Ya suficiente con tener que lidiar con Facebook, Twitter, Instagram y hasta Snapchat, como para encontrarse en cada una de esas redes con noticias sobre la selfie del uno, el corte del otro, el vestido que usó aquel, el saludo que mandó el otro. ¿Por qué es necesario para un medio coger todo eso y volverlo noticia?

Basta ver los comentarios, a menudo con tonito de indignación de los lectores en redes sociales, para darse cuenta que este tipo de artículos son los que más palo reciben. Para Óscar González, editor de entretenimiento en Pulzo, "esa es la información que más subvalorada está pero al mismo tiempo, en números, es la que más tráfico le da a un medio de comunicación casi siempre". Explica que "el consumo es esa necesidad de ocio de la gente de ver cosas light en medio de todas las noticias fuertes diarias, pero al final termina siendo solamente un guilty pleasure (placer culposo)"algo a lo que se une Lilian Contreras de El Espectador cuando dice que "la gente critica mucho los contenidos de entretenimiento pero la respuesta es más o menos lo mismo de los realities: si realmente a la gente no le importan, ¿entonces por qué lo ven tanto? Hay un público que sí lo ve o simplemente es el morbo de verlo y ya, tampoco se puede negar que es una cosa de clicks".

Importante o no, podríamos decir que también la información de entretenimiento termina siendo necesaria dentro de las cifras que manejan los medios. Wilber Correa dice al respecto que "el impacto es muy fuerte porque la gente busca consumir cosas que los saquen de su propia realidad, sus propios conflictos, su falta de dinero, su falta de empleo. La gente consume muchísimo el entretenimiento, es impresionante. Si usted observa las tendencias en redes sociales, de 10 tendencias, por lo menos 7 son del área de entretenimiento, porque permanentemente la gente opina mucho de este tema". Esto podría complementarse con lo que el editor de Pulzo me dijo durante nuestra charla y es que "uno termina aprendiendo de los usuarios y ya sabe que algunas celebridades funcionan mejor que otras por el mismo ejercicio diario de los artículos de entretenimiento que se mueven normalmente". Después de todo, se trata también de darle a la gente las noticias que quieren saber, por irrelevantes que parezcan.

Nos guste o no, clicks en los medios o no, la información del entretenimiento también es algo que nos ayuda a abstraernos de nuestra realidad, como dice Correa, "llevamos un país de 50 años en guerra o tal vez más, yo diría que toda la historia de Colombia está marcada en sangre y la gente está aburrida de eso, entonces creo que la gente sí consume esto hasta por salud mental, porque uno no puede estar todo el tiempo paranoico". Aparte a la gente, contrario a lo que uno pensaría, le gusta este tipo de cosas porque los hace sentir no solo más cerca de sus ídolos, sino también les toca en los aspectos de su vida diaria: en su forma de vestir, de peinarse, de hablar y todo eso hace parte de una industria que nos mueve a diario, entonces al final no termina siendo tan malo.

Este artículo fue publicado originalmente en Noisey, nuestra plataforma de música.