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VIH

La mujer que está desarrollando una vacuna para el VIH

Desde que fue testigo del inicio de la crisis del VIH/SIDA en Sudáfrica en la década de los noventa, la Dra. Glenda Gray ha dedicado su vida a buscar el modo de detenerla.

En la década de los noventa, la Dra. Glenda Gray era una activista y estudiante de medicina que luchaba por acabar con la segregación en los hospitales de la Sudáfrica del apartheid y por concientizar a las comunidades sobre los problemas de salud. La incipiente crisis del SIDA no tardó en convertirse en el centro de la misión organizativa de la comunidad en que trabajaba. Más tarde centraría también en esa área su trabajo como médico porque tuvo ocasión de ver los efectos del virus con sus propios ojos.

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"El VIH empezó a expandirse como la pólvora en el pabellón infantil donde yo trabajaba", me dijo Gray por teléfono. "Literalmente de la noche a la mañana, uno de cada dos niños que nacían en el hospital estaba infectado con VIH. Empecé mi carrera como médico siendo testigo del incremento y del efecto devastador del VIH en los niños". Como activista, me dijo, tenía que hacer algo. "No puedes cruzarte de brazos y ver a la gente morir".

En 1993, Gray fundó una clínica de VIH perinatal en el Hospital Chris Hani Baragwanath y se centró exclusivamente en investigar métodos que sirvieran para impedir que el virus se transmitiera de madres a hijos. En 2002 recibió el Premio Nelson Mandela a la Salud y los Derechos Humanos por su innovador trabajo en ese campo.

Ahora, a sus más de cincuenta años, es presidenta del Consejo Sudafricano de Investigación Médica y sigue liderando la lucha contra la epidemia de VIH en Sudáfrica. Su organización de investigadores, junto con otras instituciones públicas y privadas que conforman la Asociación P5, están a punto de realizar el mayor ensayo clínico de una vacuna contra el VIH jamás llevado a cabo. Si tiene éxito, la vacuna podría ser la clave para detener la devastadoramente elevada tasa de transmisiones de VIH en Sudáfrica y en el resto del mundo.

La vacuna ha sido creada a partir de una versión previa del fármaco que fue sometido a prueba en Tailandia en 2009. Mientras que la versión más antigua fue moderadamente eficaz, Gray espera que ella y sus investigadores sean capaces de mejorar los resultados. "Hemos tratado de optimizar la vacuna para que sea más potente y duradera que la antigua", explicó.

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El ensayo se llevará a cabo entre 5.400 participantes, tanto hombres como mujeres, de entre 18 y 25 años de edad. "Sudáfrica cuenta con el número más elevado de infecciones por VIH del mundo. Todo el mundo, en todas partes, tiene un familiar ―un hermano, una hermana, su madre― o un amigo que tiene VIH", dijo Gray. Pero Gray también hace hincapié en que una vacuna viable reduciría la carga del VIH especialmente en el caso de las mujeres. En una conferencia que se celebró a principios de este año, Gray describió la posibilidad de encontrar una vacuna para el VIH como "el empoderamiento femenino definitivo".

Queríamos [desarrollar] algo que las mujeres pudieran usar sin conocimiento de los hombres

Según AVERT, una organización que proporciona información y educación sobre el VIH, las mujeres sufren la mayoría de nuevas infecciones por VIH en Sudáfrica. Pero en la actualidad el mejor método de prevención disponible para las mujeres sigue siendo el preservativo, que no les brinda un control completo sobre su salud. Aunque la profilaxis pre-exposición (PreP, por sus siglas en inglés) cada vez está más disponible en Sudáfrica, este fármaco de prevención se dirige casi exclusivamente a los hombres que tienen sexo con otros hombres.

"Queríamos [desarrollar] algo que las mujeres pudieran usar sin conocimiento de los hombres porque sabemos que las mujeres cuentan con la tasa más elevada de violencia doméstica. La violencia contra las mujeres y el VIH están estrechamente vinculados", afirmó Gray. "Para las mujeres es muy difícil negociar el uso del condón, especialmente en la sociedad patriarcal que predomina en Sudáfrica. Las relaciones sexuales intergeneracionales son comunes en este país, así que para las chicas más jóvenes resulta difícil negociar el uso del condón con hombres mayores".

Gray añadió: "Las intervenciones biomédicas mantienen seguro el fuerte mientras tratamos de ganar otras batallas para la gente, como la pobreza, la falta de empleo, la violencia doméstica y la desigualdad".

Gray afirma que tendrá los resultados del ensayo hacia el año 2020. "Al mismo tiempo, estamos trabajando en paralelo para tratar de saber cómo introducir el fármaco en la comunidad lo antes posible", indicó.

Este artículo fue publicado originalmente en Broadly, nuestra plataforma dedicada a las mujeres.