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Música

¿Y por qué ninguna chica está representando en el mainstream reggaetonero?

Sorpresa: Los hombres no tienen la culpa.

Hace un par de meses Billboard organizó una mesa de discusión con cinco mujeres involucradas directamente en la industria de la música para debatir el tema de la escasez de intérpretes femeninas de origen latino en las listas de popularidad. Mientras Rihanna, Adele, Katy Perry y Taylor Swift brincan fronteras más rápido que un virus pandémico, las estrellas de pop latino no han llegado a los primeros lugares en más de cuatro años.

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En la mesa de debate se mencionó el machismo más veces de las soportables, pero sin duda es un tema tan impregnado de distintas formas en cada cultura latinoamericana que es muy difícil no partir de eso cuando se habla de igualdad de género. Abordar el tema de las violencias machistas desde la cultura popular no solo es fundamental para la discusión que se está llevando a cabo justo ahora en muchos países latinoamericanos, sino que ayuda a desenmascarar el problema desde una perspectiva aparentemente más inofensiva, pero definitivamente igual de relevante.

Chiquis, la mexicana hija de Jenni Rivera, mejor conocida como la cantante de banda sinaloense más popular en la historia del género, mencionó en la mesa redonda de Billboard que los programadores de las radios tienen la noción de que la mayoría de la audiencia es masculina, cuando las disqueras argumentan que las mujeres son quienes compran los discos y pagan las entradas a los conciertos. Si el solo hecho de que la programación o la línea editorial de cualquier medio esté basada en un prejuicio ya es lo suficientemente alarmante, no puedo pensar en la cantidad de abusos que se cometen en la industria musical solo por negligencia ideológica. Probablemente estos abusos son sistémicos, situacionales e inconscientes, de la misma manera en la que se puede justificar que un hombre maltrate psicológicamente a su mujer porque así fue educado.

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¿Por qué no hay ninguna figura como Jenni Rivera después de su éxito indiscutible? Fue el estandarte femenino más importante y con mayor número en ventas en el género de la música regional en el caso de México. ¿Ahí se va a quedar, solo como una leyenda? Todo ese camino andado y todas las posibilidades que abrió Rivera para las mujeres en su género están desaprovechadas. ¿Por qué?

Hay muchas mujeres latinas innovando en el lado independiente de la industria. Algunas han logrado crecer sus audiencias y conquistar mercados más comerciales como Li Saumet de Bomba Estéreo, o tal vez Kali Uchis o las chicas de Ibeyi o Princess Nokia, Xenia Rubinos o Le Butcherettes. Muy recientemente Francisca Valenzuela organizó el festival RUIDOSA, primero en Chile y luego en México, para exponer el tema de la igualdad de género desde la industria de la música independiente. ¿Por qué no estamos viendo sobresalir el trabajo de las mujeres en un mercado más amplio? ¿Qué estamos haciendo mal? Si el argumento es el machismo, ¿no es más machista aún cosificar el cuerpo de la mujer para vender música a audiencias masivas?

Partiendo de la idea de machismo, me parece raro el fenómeno de "los divos" del pop latino. Daddy Yankee, Wisin, Nikcy Jam, J Balvin, Farruko, Yandel, Maluma… todos ellos hacen reggaetón. Y casualmente, en este preciso momento, todas las listas de popularidad están encabezadas por ellos. Entonces, ¿por qué no hay mujeres haciendo reggaetón? ¿Por qué se han limitado a la balada o al pop tradicional? Me encantaría ver a una true diva reggaetonera, pero nadie se atreve a crear un personaje femenino tan "revolucionario" como una mujer que hable de sexo casual encima de unos ritmos pegajosos y unos beats peligrosamente bailables. Ya es hora, ¿no? ¿Ninguna mujer se va a animar?

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La aportación de la también mexicana Carla Morrison a la discusión tocó un punto fundamental. Hablar de romper paradigmas desde la perspectiva LGBT también se suma a la conversación sobre violencia de género. Si no se respeta el solo hecho de haber nacido hombres o mujeres, el tema de la sexualidad es mucho más complejo en una cultura conservadora. La apuesta de Morrison es hablarle a la gente que celebra la diversidad y afortunadamente se ha encontrado con muchos simpatizantes en el camino. En esa diversidad, e independientemente de las preferencias sexuales, también está la sensualidad de las mujeres, cosa que se reprime por completo al no darles cabida en el reggaetón. Es muy extraño que se permita a las mujeres expresar su sensualidad desde las formas del pop más tradicional, pero no a través de un género de sangre caliente. Los escotes y las baladas sobre "hacer el amor" a las que nos tienen acostumbrados en el pop, tienen las mismas implicaciones que podría evocar una intérprete femenina de reggaetón. Solo son formas distintas. El pop ya es lo suficientemente atrevido como para espantarse con otra cosa igual de sensual, pero que suena distinto.

Es probable que la clave de esta polémica misteriosa esté justamente en el impacto cultural que tiene cada género. Mientras el pop es una expresión ajena a la cultura latina que los hispanos adoptamos y adaptamos a nuestro idioma, la música regional y el reggaetón son géneros completamente latinos, y es probable que la sexualidad sea más explícita y directa para la sensibilidad del público moreno si viene de una forma más cercana a nosotros. No estoy diciendo que esta sea la verdad absoluta, pero por lo menos la idea resulta ser una respuesta coherente ante la interrogante de la ausencia de las mujeres latinas en las listas de popularidad. Si lo que está escuchando la gente es reggaetón y música regional, ¿por qué Paulina Rubio, Thalía, Belinda, Shakira y Ana Gabriel se mantienen dentro del espectro del pop tradicional? Ahí tienen la respuesta.

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Es cierto, ya hay algunas mujeres "representado" a las féminas desde un proto-reggaetón que no alcanza a despegarse de las formas tradicionales de lo que conocemos como pop. Karol G y AstrA son dos exponentes de "música urbana" que ya tienen bastante audiencia, pero sus canciones siguen siendo baladas sobre un beat de reggaetón súper básico en el fondo. Ambas suenan a un pop en español viejo con un brillante filtro de Instagram auditivo. Por su parte, las viejas cantantes de pop en español están tratando de colarse a las listas con los mismos discursos y la misma producción de siempre, pero con ese filtro reggaetonero. A ver si el mismo producto envuelto en un papel más brillante se vende mejor.

Hace unos meses Thalía sacó su álbum, Latina. Su primer corte es una colaboración con Maluma que podría parecer una reversión de "Piel Morena" sobre una camita de reggaetón aguado. No hay sexo en sus letras. No hay nada de "reaggetón" ahí. Por eso no pega, porque es completamente falso. También trae otros tracks con De la Ghetto y Chiki Bom Bom, pero no importa si le ponen bachata o guaracha, todo suena igual. Suena a la misma música que hacía Thalía cuando sí llegaba a los primeros números de las listas. "Piel Morena" pero con perchesitos de ritmos latinos. Belinda ya se dio cuenta de que todavía está en una etapa en la que puede salvar su carrera del fantasma del "Sapito" si se pone a trabajar con productores de reggaetón como lo hizo Enrique Iglesias. A ver si no repite la misma fórmula que Thalía.

María José, la ex-integrante de Kabbah que en 2011 lanzó el sencillo "No soy una señora" que inevitablemente se convirtió en himno gay, sacó una canción anti-machista con ese mismo corte de reggaetón plástico titulada "Las que se ponen bien la falda". La Josa habla sobre lo denigrante que son las letras de reggaetón para las mujeres. Menciona a esas "canciones necias con letras que no nos respetan" y aclara que "nosotras somos mucho más que sexo". Todo eso es válido desde una perspectiva tradicionalista, si quieren, pero luego se pone muy confuso: "abran los ojos que son otros tiempos y de nosotras ustedes nacieron", "ya llegaron las que mandan, las que se ponen bien la falda, las que sabemos vivir". Esto es, de nuevo, una canción anti-reaggetonera que pretende ser reggaetón. Este es el ejemplo más claro de ese estigma que se tiene en contra de la sexualidad femenina. Quiso hablar de pantalones, pero terminó mencionando a la falda. Es cierto, las mujeres somos más que sexo, pero somos sexo también. Así no se puede, Josa.

Pronto tiene que salir una heroína reggaetonera que salve a las listas de popularidad del sexismo sistémico. Una mujer auténtica que tenga una buena relación con su propia sexualidad y que venga a romper nuestros estigmas sobre el sexo. Desde las audiencias, hasta las disqueras y los programadores. Todos tenemos que romper con esos prejuicios tontos. "Hacer el amor con otro" sí, pero "La mala suerte con el 13" no porque nos da culpa sentir. El sexo en español se escucha más "acá" y con ese ritmo hirviendo nos dan más ganas de bailar pegadito. Por eso las mujeres no hacen reggaetón, porque serían una maldita revolución. Dejemos de hacer música que nos mueva poquito, pero no lo suficiente. Eso es represión, señores, una violencia de la que los hombres no tienen la culpa. No hay mujeres en las listas de popularidad porque nos da miedo el sexo. Qué pena.