FYI.

This story is over 5 years old.

Identidad

'El discípulo', una controversial película contra el fanatismo religioso

La irónica película del director ruso Kirill Serebrennikov ha generado una serie de fuertes debates en su país natal, alimentados por sus declaraciones contra el poder de la Iglesia Ortodoxa.

Veninamin Yuzhin se niega a asistir a sus clases de natación. No es que me avergüence mi cuerpo, le responde a su mamá cuando pregunta. No es que tenga miedo de que le crezca una erección bajo el agua, tampoco. Es por su religión, dice. "Diles que va contra de mi religión". Y es cierto: Yuzhin prefiere quedarse leyendo la Biblia junto a la piscina, memorizando versículos, juzgando a sus compañeros, antes que saltar al agua. Pero lo hace. Se deja caer con todo y ropa, mientras una voz en off —la suya— recita el Juicio contra las naciones del Libro de Isaías:

Publicidad

"La indignación del Señor está sobre todas las naciones, y su furia sobre todos sus ejércitos. Él los destruyó completamente y los entregó a la matanza. El hedor de sus cadáveres se levantará y las montañas correrán con sangre. Los becerros y los toros caerán con ellos. Su tierra será sangre, y su polvo será grasa para el día de la venganza de Jehová, el año de la retribución por Sión".

Este es el escenario inaugural de El discípulo (Ученик), del director ruso Kirill Serebrennikov. Basada en Märtyrer, una obra de teatro del alemán Marius von Mayenburg, la película retrata el extremo despertar espiritual de Venianamin (Pyotr Skvortsov), un adolescente que se ha obsesionado con la Biblia y solo cree en ella como horizonte de vida y cartografía moral del mundo. Tanto, que sus diálogos son casi todos versículos, pasajes bíblicos descontextualizados, con los cuales lee su entorno y trastoca el orden de su colegio, de sus compañeros y de su madre.

Esa desestabilización ocurre en un registro que combina el humor con el absurdo: Venya, como le dicen, se niega a desnudarse para nadar y se opone a que las mujeres usen bikini —pecado—, pero se desnuda en una clase de educación sexual como protesta contra que enseñen a usar condones —pecado— con zanahorias. O se disfraza de orangután y se revuelca por el salón porque Elena (Viktoriya Isakova), la psicóloga escéptica que da las clases de biología, está enseñándoles la teoría de la evolución —pecado— y no cree que Dios creó el mundo en siete días.

Publicidad

Como dice Phil Hoad en The Guardian, la película de Serebrennikov "es una hipnótica advertencia contra el atractivo eterno del dogma", acá encarnado en una desconcertante versión de la Iglesia Ortodoxa rusa. Todo condensado en la dicotomía del "niño malcriado" que se presenta ante todos, a su vez, como un "mesías". Venya, que en un principio aparece a los ojos de sus compañeros como un fanático loco, va poniendo en jaque, de forma casi inverosímil, su escéptico entorno. Y Elena, la incrédula, el polo a tierra de esa anacrónica versión bíblica del mundo, va perdiendo legitimidad en un contexto que, de forma extraña, intenta justificar al muchacho.

Varios críticos han leído el El discípulo como una incisiva sátira contra la nociva influencia de la Iglesia Ortodoxa sobre la vida pública rusa. Y el director mismo ha acentuado esa interpretación en entrevistas: "[En Rusia] la religión se ha convertido en una segunda ideología oficial. Controla la mente de todo el mundo. Es un dogma confuso, que difunde el oscurantismo. Los rusos prefieren tener un líder a quien seguir, en vez de pensar por sí mismos. Aunque la Iglesia está separada del Estado, la religión ortodoxa ejerce en todos los niveles de la sociedad: el ejército, las instituciones, la cultura y especialmente la educación. Dicta qué es bueno o malo y sigue la ideología oficial".

Los desesperados intentos de Venianamin por expulsar a Satán de todos los rincones del colegio, su desprecio por la tentación, el sexo o la homosexualidad (todas retratadas con giros irónicos, como el de Grisha, un joven lisiado que desarrolla un deseo erótico hacia él y aprovecha que Venya cree poder curarlo con un milagro) acentúan esa bélica e intolerante versión de la religión. El joven, ese profeta enfermizo y radical, pone patas arriba su colegio, casi del mismo modo en que el dogmatismo ortodoxo lo ha hecho con la sociedad rusa, según describe el director mismo.

Publicidad

Las situaciones, que llegan a los bordes del ridículo, despiertan la impotencia del espectador en un entorno en el que la lógica y la cordura empiezan a tambalear. Ni siquiera cuando la psicóloga confronta a Venya con citas textuales de la Biblia él duda de sus convicciones. O lo hace, pero no pasa nada: solo una respuesta violenta apoyada por ese "mundo al revés" del colegio, en el que hasta las directivas ponen a Elena, la única sensata, en el paredón. Y, a pesar de los regaños de su madre, de las burlas de sus compañeros, de sus profesores, Venya y su caricaturesco radicalismo resultan intactos.

No es de extrañar, entonces, que El discípulo haya incomodado tanto a ciertos sectores del poder en Rusia. El martes 22 de agosto, Serebrennikov, el director, fue detenido por las autoridades rusas como sospechoso de una presunta malversación de fondos públicos y estafa (se dice que fueron alrededor de 1.1 millones de dólares provenientes de fondos del gobierno destinados para una producción en su teatro, el Gógol Center). Ya antes, en mayo, lo habían acusado del mismo crimen y lo habían declarado inocente. Por eso, según círculos culturales del país, actores como Cate Blanchett e Ian McKellen, y activistas de derechos humanos, detrás de esa detención hay algo más que un supuesto interés jurídico: una persecución política contra los detractores de la Iglesia Ortodoxa y su creciente influencia y, de paso, la del presidente Vladimir Putin.

Publicidad

Y es que las estrategias de cierta ala del poder religioso ruso se parecen mucho a las de Venya. Como sentencia el joven creyente en un momento, hablando con su Dios: "Tengo que lastimar a la gente para que te alaben". Y sí que lo hace. También porque todos, desapasionados cómplices, lo permiten.

Vean arriba el tráiler de 'El discípulo', que desde este miércoles está en las salas de Cine Colombia.


Lea también: