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Sexo con Baranda Pons

Aprender a masturbar a una mujer

No se trata solo de "dar dedo" y ya. Nuestra columnista de sexo favorita nos pinta el panorama completo para masturbarla hasta el máximo placer.
Ilustración por Juan Ruiz | VICE Colombia.

Lucho por mujeres que conozcan cada vez mejor su orgasmo, por mujeres con capacidad de excitarse, sin miedo por hacer estallar su cuerpo en contracciones de estimulación. Esa es mi lucha: la de mujeres que no cuentan las veces que se han venido y, en vez de eso, se permiten sentir placer en su cuerpo con la aprobación de su cabeza en cada lamida, en cada espasmo, doblándose en dos de físico gusto.

Mujeres que se excitan con besos mientras bailan. Que se mojan con versos, con comidas lentas de oreja y que obviamente se activan mucho más con una deliciosa e infaltable MASTURBACIÓN, así, en letras mayúsculas, con las piernas bien abiertas y dispuestas a dejarse arrollar por su poder sexual.

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El acto de masturbar a una mujer desde hace años recibió el nombre de "dedo", o de "dar dedo", un nombre simplón, que ha convertido el enorme paisaje de masturbar a una mujer en sacar y meter uno o más dedos de su anatomía. ¡Grave error digital! Por eso en esta columna vamos a conocer el paisaje completo, entendiendo que no somos un agujero de mete saca, sino que tenemos todo un cuerpo masturbable, besable y súper excitable desde la cabeza hasta el cuerito del pie. ¡Ah! Y no olvidemos nuestro maravilloso y nunca bien ponderado clítoris.

Aquí va entonces todo lo que cualquiera debería tener en cuenta para masturbar a una mujer con todas las de la ley:

Mida con cautela el interés y las ganas

Que ella tenga interés (sí, que ni voltee a mirar el celular es señal de interés) y que su anatomía responda abriendo sus brazos, su boca y sus piernas para ser masturbada permitirá que su cuerpo experimente un aumento de deseo. ¿Y cómo se manifiesta este deseo? con calentura, con lubricación y finalmente con ganas de ser masturbada y cantar el abecedario completo con orgasmos. Ojo, si una mujer no desea ser seducida, tocada o masturbada, parar inmediatamente. No existe razón por la que una mujer sea forzada a tener sexo. NO es NO.

Espérame Piqué

La velocidad de excitación en el hombre no está para nada relacionada con la de la mujer. Mientras ellos pueden andar con una inmensa parola por todo el aeropuerto, cómo le pasó a Piqué mientras esperaba a su amada Shakira en El Prat de Barcelona, las mujeres pueden tardar hasta veinte minutos de preparación para estar igual de excitadas.

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Ubicar el clítoris

No nos habrían puesto un clítoris con ocho mil terminaciones nerviosas en la puerta de nuestra sensible vulva si no fuera para hacernos venir una vez y otra vez. Pero ojo, hay tantas fórmulas de masturbación como mujeres en el mundo. Cada una de nosotras tiene su propio método de placer, y si bien algunas se recrean con el masaje de clítoris, hay mujeres que se masturban acariciándose las piernas, los senos o incluso los pies o las orejas.

Todo es excitable, si se hace con tacto

A muchas mujeres nos gusta que nos toquen y que nos acaricien. Que nos laman, nos coman, nos masajeen y nos hagan venir, todo con buen tacto. La masturbación es un ejercicio de amantes pacientes, que han entendido que vale la pena manejar sus propias ganas para recorrer la anatomía de una mujer ardiendo de deseo. Dicho esto, limitarse a tocar el clítoris significa olvidarse del resto de la fisionomía y el placer femenino. ¡Existen otras partes del cuerpo que nos enloquecen! hundirse en los labios menores puede ser una forma de aumentar el ritmo cardíaco, o quedarse más tiempo con sus bocas en nuestros pezones, la boca, la lengua… todo eso que al ser acariciado responda con jadeos.

¿Han probado acariciar el pelo y el cráneo de una mujer para excitarla?

Así como ella lo hace, puede hacerlo él

Si aprendemos a masturbarnos y a conocernos en el proceso, podemos enseñarle a nuestras parejas lo que nos gusta, nos excita y nos hace perder la cabeza. Para muchas personas masturbar a su pareja les resulta excitante y puede llegar a satisfacerlos más que su propia masturbación. Una vez excitadas, las mujeres podemos permanecer en ascenso por más tiempo, recibiendo juegos, besos, lamidos y soplos en todos nuestros órganos. El orgasmo es el fin de la partida, pero siempre digo que es más divertido jugar y animarse que terminar el juego e irse a dormir. Para conocer el grado de excitación de una mujer basta con verla respirar. Muchas se mueven y gimen; otras sólo agitan su respiración de manera casi perceptible. Aprendan a escuchar, ver y sentir las señales. Si la excitación crece ¡No se detengan!

¡Hola juguetes!

Para ampliar la imaginación, la vagina y el ano, existen todo tipo de juguetes capaces de aumentar la capacidad orgásmica de las mujeres. Hombres, entiéndanlo de una vez por todas: los juguetes sexuales no son su competencia. Estos solo operan como ayudantes puntuales del orgasmo. Si logran entender eso, la masturbación puede convertirse en el juego más divertido de los viernes. Prueben con juguetes pequeños antes de meterse a las grandes ligas; la juguetería sexual, como todo en la vida, se cursa por grados.

Ojo, el precio de un juguete no siempre está relacionado con el placer que puede provocar.

Usen un gel lubricante

Este es el mejor secreto que puedo dar. Tanto si es la primera vez que masturban a una mujer, como si lo hacen todas las semanas, les recomiendo que usen gel. Todo lo que la mano hace bañada en lubricante es infinitamente más placentero y resbala mejor. Sobra decir que para las parejas que además de masturbación quieren probar con penetración, el gel lo hace todo mucho más fluido y más placentero. Ojo con los geles de olores muy artificiales, a veces pueden apagar la libido por su falta de naturalidad.

Masturben a sus mujeres. Mastúrbenlas mucho y cada día mejor. Sus orgasmos se los agradecerán.