La reapropiación estética de los elementos sadomasoquistas en el rave
Boiler Room Colombia. Fotos por El Gato Fotógrafo y Poe Videoso.

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Música

La reapropiación estética de los elementos sadomasoquistas en el rave

El Marqués de Sade, Rob Halford de Judas Priest, Madonna y la moda mainstream son algunos de los que abrieron nuestras posibilidades estéticas.

No es noticia para nadie esto de salir de fiesta y encontrarse con muchas viejas (y manes) usando telas en mesh con transparencia, chockers de cuero con el aro metálico adornando el centro, cadenas enredadas en el cuerpo, corsés con escotes profundos, ropa interior haciendo veces de ropa formal. Este tipo de prendas, muy propias de la cultura sadomasoquista (BDSM), han inundado la escenarios nocturnos y cotidianos desde hace un par de décadas y ha retomado su exposición desde el 2013 para acá. Es extraño pensar que los ítems de una práctica fetichista de nicho hayan pisado tan fuerte en escenarios distantes de lo que sus siglas significan: bondaje, disciplina/dominación, sadismo/sumisión, masoquismo (B.D.S.M) Por eso sería interesante revisar rápidamente el contexto histórico del sadomasoquismo, que comenzó en la literatura victoriana con el Marqués de Sade y el "Venus in Furs", y se expandió producto de las guerras mundiales, el nacimiento de la subcultura gay, las leather communities y los grupos motociclistas.

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Mucho acerca de entender en qué punto de la línea del tiempo dejó de ser una cultura propia de un nicho fetichista, y se volvió una estética visual reapropiada por las masas, tiene que ver con el vocalista de Judas Priest, Madonna, Grace Jones y grandes casas de la moda como Versace.

Foto por Maxime Ballesteros. Master Tony, el ganador del LeatherSir internacional del 2009 y representante de las fiestas del Rough House BDSM, que se hacen en calabozos, hace un breve recuento de la historia del sadomasoquismo en una entrevista para el portal Dailyxtra. Tony explica allí que las prácticas de dominación y sexo rudo han existido desde siempre, pero todo el tema comenzó a salir a la luz en el siglo XVIII cuando un filósofo francés, mejor conocido como el Marqués de Sade, escribió sus famosos textos literarios acerca de actos sexuales violentos y blasfemos. Las obras de Sade y el "Venus in Furs" de Leopold von Sacher-Masoch son consideradas las piezas literarias que más influenciaron los textos eróticos de la era victoriana. Sacher-Masoch y Sade empezaron a dibujar los horizontes del BDSM en aquel escenario etéreo que le pertenece al mundo de las artes. Pero respecto a cómo llega la práctica a hacer parte de panoramas más cotidianos, algunos académicos de libros como Brian Peterson, autor del BDSM 101: Rev., y Alison Moore, autora del Sexual Myths of Modernity: Sadism, Masochism, and Historical Teleology, e incluso el mismo Tony en su entrevista nos dan algunas luces. Según algunas anotaciones de estos voceros del BDSM, la cosa comenzó a dibujar sus primeras líneas a principios de 1900, cuando la cultura fetichista europea ya se asomaba entre lo resquicios por donde le era permitido, es decir escondidos ante los ojos de la iglesia. Gracias a estos comienzos, la Alemania previa a la Segunda Guerra Mundial ya demostraba signos de una sexualidad sumamente progresista, en pararelo a una cultura creciente del kinkheterosexual en Estados Unidos. Pero después de la Segunda Guerra Mundial el BDSM cogió fuerza junto con el nacimiento del leather community (la comunidad del cuero) y los comienzos de una subcultura gay. Pero los hombres no volvieron iguales a como se fueron.

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Tony denota un rastro importante que deja la Segunda Guerra Mundial en todo este marco del BDSM "muchos hombres, cuando regresaban, no lograban volver a su estilo de vida anterior simplemente porque les quedaba gustando jerarquizar las cosas. Algunos gustaban de tener a un oficial superior o tener que ser limpia botas y cosas de ese estilo." Todo esto, el tema de los leather communities, las comunidades de motociclistas, la subcultura gay y los hombres que regresaban de la guerra con fetiches de dominación sucede antes de los años 60, año en el que la revolución sexual amplió los horizontes de libertades y licencias en términos de expresión que no existían antes. A partir de los 60 empezaron a difuminarse los límites de lo que es permitido y lo que no. Ya no había necesidad de esconder ni ante la ley ni ante la iglesia los fetiches sexuales. Desde ahí, cada loco con su tema. La cultura del BDSM siguió siendo una práctica de nicho, habría un par que les gustaba exponerse en público y una mayoría que prefería continuar a puerta cerrada. Normal.

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¿Pero y cómo comienza a entrar en la cultura mainstream la iconografía sadomasoquista?

Al menos masivamente, la responsabilidad la tendría Rob Halford, el vocalista de Judas Priest. Halford fue una de las primeras figuras públicas que exuso al público su gusto por las prácticas del BDSM. Halford vestía en sus conciertos estos elementos del sado, como los chokers, las cadenas, los taches, el cuero, las mallas, que en realidad él utilizaba producto de su orientación sexual. Como suele suceder, el público empezó a copiarlo pensando que eran elementos que estéticamente rudos que combinaban bien con el espíritu del metal. Desde ese momento, las masas replican lo que antes era un tema tabú en su indumentaria cotidiana; tanto los metaleros como los sados utilizan accesorios en común. Ahora, toda esta rudeza expresada a través del sado tiene todo que ver con su espíritu de dominación, sodomización y masoquismo, y sí es cierto que el metal también comparte este ambiente visual que nos remite al cuero, al negro, a los taches, a los extremos. Era de esperarse que ambas identidades visuales colindaran en algún momento de la historia. Judas Priest fue ese momento.

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Después de Halford, la polémica modelo Grace Jones y la mundialmente famosa Madonna fueron personajes públicos que no le temían a exponer su sexualidad. Ellas dos comenzaron a meter una sexualidad kinky y ruda en su forma de expresarse dentro de la industria de la música y la moda, con tanta naturalidad, que dieron paso a que las grandes casas de moda se apropiaran de sus estilos. Gianni Versace fue uno de los primeros voceros de las grandes casas de la moda en llevar la estética del BDSM a los ojos públicos; en el año 1992 llevó una colección inspirada en el fenómeno underground llamada Miss S&M a las pasarelas. Para ese mismo tiempo, los raves noventeros de Berlin cogieron más fuerza que nunca, y era normal toparse en el panorama con eso que ahora llamamos la BDSM chic. El hedonismo en las pistas de baile y la moda mainstream del momento abrieron la oportunidad para que, tanto mujeres como hombres, robaran elementos del sado para vestirse dentro de las pistas de baile s. De ahí en adelante, todo es historia.

Foto por Maxime Ballesteros. El profesional en dominación y educador del BDSM, Scarlett Riot, dice que este tema de que el sadomasoquismo haya infestado tanto los raves como la cotidianidad sucede porque "es usada como un gancho para una comunidad que incluye fetichistas y fashionistas que exploran los actos del BDSM como crítica cultural, y para aquellos que incorporan casualmente elementos de poder en sus vidas sexuales relativamente normales". En una mirada más reciente al sado y la fast fashion podemos hablar del momento en que Paco Rabanne retomó la iconografía sado con su colección de primavera 2013 inspirada en el Miss S&M de Gianni Versace o cuando Diesel lanzó su colección de otoño 2014 a través de un video lleno de imaginarios de porno alemán sado, y en fin. Las grandes casas de la moda y el fast fashion se apropiaron del tema del BDSM, y junto con ellos también nuestros ravers.

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Aquí abajo los dejamos con una galería de colombianos en raves distintos luciendo elementos del BDSM como si fuera pan de cada día…

Boiler Room Colombia. Fotos por El Gato Fotógrafo y Poe Videoso.

Boiler Room Colombia 2015. Fotos por El Gato Fotógrafo y Poe Videoso. Colectivo Contra.

Baum Festival 2015. Fotos por André Piaf.