Combatiendo el Apartheid con balas musicales: desenterrando los secretos del dance sudafricano

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Música

Combatiendo el Apartheid con balas musicales: desenterrando los secretos del dance sudafricano

Durante el periodo más opresivo de su historia, en Sudáfrica surgió una escena musical vibrante y avanzada que sigue brillando en la actualidad. Quinton Scott de Strut Records nos lleva de viaje por una muestra única de resistencia y creatividad.

La música dance de Sudáfrica está en fuego. El mes pasado, el país fue sede del Ultra Sudáfrica, que resultó ser el mayor festival de música electrónica en la historia de África. Héroes locales como Black Coffee, Spoek Mathambo y el 'dream team' afro-Zulu de Spoek, Fantasma, la están rompiendo tanto en casa como en el extranjero. Incluso Boiler Room debutó en Johannesburgo el pasado mes de enero con un line-up espectacular, el cual incluía a Black Coffee, Black Motion, Shimza, Culoe De Song y Okmalumkoolkat. Ah… y tienen el mercado de house más grande del mundo.

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Obviamente, esto no ocurrió de la nada. La música house puede ser el corazón de la Sudáfrica de hoy en día, pero al darle un vistazo a su historia, uno encuentra un rico tapiz tejido por disco, soul, rock, boogie y jazz con influencias afro. Y eso es justamente lo que el sello del Reino Unido, Strut Records, está haciendo con el cuarto volumen de su aclamada serie Next Stop Soweto. El compilado reúne 15 canciones que probablemente nunca has escuchado de la música disco Zulu, afro-disco y mbaqanga (un estilo de jazz con influencias afro) de 1975 a 1985. Esta fue una época crucial, dice Quinton Scott, el fundador de Strut Records, porque llevó a la explosión de la "world music" a mediados de los años 80 (vamos a llegar a por qué él odia ese término más tarde). "Musicalmente, es un período muy fructífero", dice Scott. "Hubo algunas grandes fusiones de estilos locales con soul, disco y rock. El sonido jive mbaqanga pasó a un nuevo territorio … [dando pie] a un estilo vocal mucho más conmovedor".

También es importante recordar el contexto socio-político: esta música se hizo durante el apogeo del opresivo gobierno del Apartheid en Sudáfrica. La creciente resistencia se desbordó en junio de 1976, cuando 20,000 estudiantes salieron a las calles en una protesta llamada Soweto Uprising. 176 personas murieron cuando las autoridades abrieron fuego contra la multitud. "Eran días muy oscuros, sin esperanza real a la vista", dice Scott. "La música de la época respondió a la condición de las personas con una explosión de desarrollos y cambios innovadores de estilo". Por un lado, aumentaron los himnos políticos cargados de letras codificadas. Scott apunta a un mensaje oculto hacia el gobierno en el tema "1,2,3" de Saitana, el cual forma parte de Next Stop Soweto Vol. 4: "1,2,3 - tu turno ha terminado / 4,5,6 - ha comenzado nuestro turno". Por el otro, también aumentó el número de canciones de ese género alegre, decididamente apolítico, favorito de todos: el disco. "El disco era influyente en muchas maneras tanto para un público blanco como negro", dice Scott. "Productores prolíficos como Mike Pilot lanzaron tracks de Hi-NRG para discotecas predominantemente blancas, mientras que los artistas negros usaron influencias distintas".

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Hamilton Nzimande en los controles

Una influencia importante eran las estrellas afroamericanas de soul en Estados Unidos, cuyo éxito llevó un mensaje socio-político importante a los músicos sudafricanos. El productor Hamilton Nzimande, una figura fundamental para llevar el soul a la música sudafricana, ayudó a nutrir a una generación de bandas locales de R&B. En 1969, Nzimande descubrió a The Movers, con el que "desarrolló un sonido de órgano instrumental mezclando la música del pueblo de marabi con el R&B", explica Scott. Mientras el disco sudafricano de los 70 podría no tener la influencia más directa sobre el auge actual de la escena de house —los sonidos del kwaito de los años 90 son un punto de referencia más cercano, dice Scott— sí sirve como un ejemplo temprano de la extraordinaria capacidad de Sudáfrica para mezclar influencias musicales de fuera con los sabores locales.

"Ya se trate de jazz, soul, tríos de órgano Hammond, rock, disco o el boogie, los artistas sudafricanos han creado consistentemente fusiones únicas que están al menos a la par con cualquier cosa creada en Occidente. Lo mismo ocurre con la actual generación de productores de house y electrónica ", dice Scott. Pero existen desafíos por delante. La etiqueta problemática de "world music" continúa encasillando a artistas sudafricanos cuando tratan de entrar a los mercados internacionales. Cuando hablamos con Black Coffee a principios de este año, nos compartió la misma preocupación, diciendo que él esperaba ver músicos sudafricanos reconocidos en su propio derecho, y no reducidos a la etiqueta de "artistas africanos". "Me gustaría estar donde todo el mundo está", dijo.

Liderando la carga de llevar música sudafricana a los oídos occidentales están disqueras como Strut, así como sellos que reeditan discos como Soundway y Analog Africa, a quienes Scott les agradece por "cambiar todo el mercado". También elogia a Sublime Frequencies por sus "descubrimientos crudos, lo-fi", a Stone Throw "por minar música Zamrock poco conocida", las sensibilidades de "clase alta" de Honest Jon, y el "enfoque fresco y progresivo" de Glitterbeat. "Hay una gran confianza actualmente en la escena sudafricana actual. También existen grandes productores a lo largo de África, tipos como Tekno en Nigeria y el multi-instrumentista Kwame Yeboah con su estudio prolífico en Accra, Ghana, son increíblemente buenos," dice Scott. "Con suerte, el éxito de Sudáfrica se convertirá en algo panafricano." Next Stop Soweto Vol. 4: Zulu Disco, Afro-Disc y Mbaqanga 1975-1985 está disponible a través de Strut Records. Lo puedes comprar aquí. Sigue a Michelle Lhooq en Twitter.