Una obra proyecta en pantalla lo que piensan las amas de casa bogotanas

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Una obra proyecta en pantalla lo que piensan las amas de casa bogotanas

Siete amas de casa en Bogotá se propusieron ser parte de un proyecto que las convertía en actrices activas en la cotidianidad de sus barrios llamado Drama Home.

Para doña Nubia levantarse temprano es una obligación personal. Se para antes de que salga el sol, alista a sus hijos, le da de comer a su esposo y se dedica, primero, a limpiar la cocina. Tiene 2 gatos y un perro que la acompañan todo el día, mientras deja su casa impecable.

Antes, doña Nubia graduada en administración hospitalaria, trabajaba en hospitales y hace 17 años quedó embarazada de su primer hijo. Como un pacto invisible con su marido, decidió que su labor era quedarse en casa mientras su esposo trabajaba. Y así fue. Así ha sido siempre.

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Un estudio reciente de la Universidad de la Sabana le preguntó a 135 personas, de los que 49% eran hombres y 51% mujeres de estratos 5 y 6, mayores de 40 años, sobre la relación entre género y labores domésticas. Allí se determinó que "la cocina (17.04%) y la limpieza (10.37%) son tareas que realizan frecuentemente las mujeres, y el mantenimiento y las reparaciones locales (15.56%) es responsabilidad de los hombres". Sandra Idrovo, directora de Investigación de INALDE (Escuela de Negocios de la Universidad de La Sabana), es la autora.

Y para mirar esa realidad no se necesita únicamente conocer mujeres como estas. Tan solo con quedarse frente a la televisión nacional unos cuantos minutos, nos podemos dar cuenta de que, si se trata de temas de limpieza y cuidado de los niños, las mujeres tienen un rol protagónico. Míster Musculo, Axión, FAB, pañales, jabones y cualquier elemento que se relacione con la casa o con los niños es promocionado por y para mujeres.

Con esto en mente, Matías Umpierrez, un artista multidiciplinario argentino que se ha dedicado al teatro, a la dramaturgia y a los performances, quiso esta vez darle voz a los que no tienen. Con esto en mente, empezó un proyecto con Casa Ensamble, ahora llamada Casa E, una escuela de artes escénicas y musicales y galería de arte en la capital, para visibilizar los pensamientos, críticas y realidades de las amas de casa en Bogotá.

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¿Cómo lo hizo? Instaló unas pantallas que exponen frases cada diez segundos en las fachadas de las casas de siete mujeres como doña Nubia en varios barrios cercanos de la ciudad. Allí, se les dijo a las elegidas que, para poder participar, debían escribir sobre lo que las atormentaba, lo que querían de su realidad, sobre sus sueños y memorias, escritos todos que estarían publicados en las fachadas de sus casas.

Mensaje de doña Yamile Castillo - barrio Palermo. Fotos por Sergio Lema.

Cuando quise conocer a estas mujeres, visité los barrios donde se encontraban las pantallas y me di cuenta de la reacción de las personas frente a las pantallas. Cada minuto que pasaba, junto con cada mensaje, hacía que cualquier transeúnte (así en bicicleta, en carro o a pie) se detuviera por un segundo a leer sobre el amor, la guerra y la realidad. Preguntas sobre la paz, sobre la ficción y sobre su entorno, convirtieron a estas amas de casa en las protagonistas de la calle.

Decidí timbrarles a cuatro de las siete elegidas para que me contaran cómo las había tratado un proyecto como este. Sus casas, todas impecables a las 2 de la tarde, evocaban una enorme dedicación doméstica. Cada una a su estilo me abrió la puerta y me mostró su día a día y me explicó todo lo que afuera estaba escrito.

Doña Marta dice que ser ama de casa se convirtió en su vida ideal, pues comparte con sus hijos todo lo que ellos necesitan para crecer. Dice que hay mujeres que no aceptan vivir dentro del hogar, porque se trata de un trabajo no remunerado y difícil. Sin embargo, piensa que lo que no recibe materialmente lo recibe con el cariño de sus hijos.

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Doña Marta Sepúlveda - Barrio el Campín. Fotos por Sergio Lema.

"Mi actividad favorita es darle de comer a mis pájaros", me dijo Luz cuando la visité a su casa de dos pisos, en el barrio La Soledad, en la que, en el segundo piso, se dibuja la ventana con más de 20 pájaros de colores. Para ella, ser ama de casa le dio el tiempo que necesitaba para hacer lo que más le gusta: tocar violín, piano, guitarra y cualquier tipo de instrumento que se le pase por enfrente. Me dice que ella no se cambia por nadie, y que, a pesar de que lo que hace a diario es mucho, ella vive feliz.

Con esta intervención, Matías quiso generar una relación entre el espectador y un público que está emancipado de alguna manera. Su idea es crear encuentros que acerquen dos tipos de personas distintas. "Estas personas hacen parte de un espacio frágil de la sociedad y generan mecanismos que tienen un lenguaje propio", afirma Matías, "¿por qué no mostrar ese lenguaje?".

Casa de Luz Ángela García - barrio Palermo. Fotos por Sergio Lema.

Casa de Luz Ángela García - barrio Palermo. Fotos por Sergio Lema.

De hecho, para muchas de ellas, este ha sido un proceso de reconocimiento. "Muchos pensaron que estábamos locas: la gente pasaba y se quedaba mirando; algunos hasta llegaron a timbrarme para preguntarme por lo que había puesto afuera de mi casa", me dijo doña Marta cuando le pregunté sobre la reacción de las personas al ver los mensajes que había escrito.

La exposición que hizo parte de la campaña que se celebró en Casa E, creada por su fundadora Alejandra Borrero, actriz colombiana de teatro y televisión, llamada Ni con el pétalo de una rosa, en contra de la violencia contra la mujer, duró dos semanas. Se enfoca en visibilizar los sentimientos de personas que se encuentran en espacios cerrados. Espacios mejorados por ellas para quienes las rodean. Espacios que las representan pero que a su vez las silencian. "La libertad para mí es una jaula abierta", afirma Nubia, "estamos en nuestras casas y algo nos amarra a ellas; nos encierra. Así nos guste nuestra forma de vida, no podemos irnos, no podemos dejarlos, no podemos salir", concluye.

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Doña Nubia Vargas. Foto por Sergio Lema.

Casa de doña Nubia Vargas - barrio Palermo. Foto por Sergio Lema.

Drama Home las convirtió en actores activos frente a la sociedad. Hizo que mujeres que eligieron este estilo de vida tengan una voz. Aquí las casas hablan en primera persona y la voz de las mujeres dentro de ellas se expande y se vuelve visible a cualquier persona que pase por enfrente.

El performance, que empezó hace dos semanas, termina mañana y las pantallas se apagarán.

Afuera de la casa de Yamile Castillo - barrio Palermo. Foto por Sergio Lema.

Mensaje de Yamile Castillo - barrio Palermo. Foto por Sergio Lema.

Mensaje de Marta Sepúlveda - barrio El Campín. Foto por Sergio Lema.

Casa de Marta Sepúlveda - barrio El Campín. Foto por Sergio Lema.

Mensaje de Marta Sepúlveda - barrio El Campín. Foto por Sergio Lema.