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Reseñas DVDs

Cuatro joyas del cine retro que vale la pena ver.

BLOW OUT
Brian De Palma
Criterion Collection

En los 108 minutos de duración de Blow Out, Brian De Palma demuestra por qué es un genio del cine. Desde el plano secuencia inicial hasta esa inesperada forma de morir de uno de los protagonistas —en medio de fuegos pirotécnicos y un grito que luego sería utilizado en numerosos films de bajo presupuesto—, esta película tiene tantos detalles finos de dirección que, además de satisfacer sobradamente el necesario propósito de taquilla con un thriller impecable que domina a la audiencia común, los fanáticos y quienes se dedican al oficio encontrarán una cojonuda escuela audiovisual. Filmada en la Filadelfia de los tempranos años 80 y con la ayuda de John Travolta (en un gran momento) y Nancy Allen (entonces esposa del director) en los roles principales, De Palma pensó esta historia como excusa para revelar con detalle el hermoso proceso del montaje, haciendo énfasis permanente en la importancia del sonido en este lenguaje. Al dirigirla, logró ubicarla en el privilegiado y envidiable pedestal de las películas de culto, donde personajes como Tarantino no paran de alabarla. Excelente.

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RICARDO GUERRERO

RETORNO AL ABISMO
Curtis Bernhardt
Bang Bang

Sabes que tu película está salada en el instante en que Humphrey Bogart se niega a hacerla aunque le cuelguen de los pulgares. Que el guión estaba mal escrito, que las motivaciones de los personajes no eran verosímiles y, además, su papel no le gustaba. He ahí sus razones. El problema era que Jack Warner veía en el guión —obra de dos especialistas, el cineasta Robert Siodmak y el dramaturgo Alfred Neumann— un film noir de éxito, y a Bogart perfecto en el papel, más que nada porque su popularidad cotizaba al alza tras El halcón maltés y Casablanca; y veía, por encima de todo, que los estudios Warner eran suyos, el que pagaba era él y Bogart, por muy estrella que fuese, estaba bajo contrato y no se hable más. Ni Bogart ni sus compañeros de reparto estuvieron cómodos en Retorno al abismo (1945), ni la película tuvo excesiva suerte: un año y medio en las latas, rendimiento en taquilla moderado, críticas correctas, pero poco entusiastas… Mala suerte, ya digo, e injusticia, pues se trata de una sólida muestra de cine negro. Bogey es aquí un hombre de mediana edad que, enamorado de su joven cuñada, asesina a su esposa, creyendo cometer un crimen perfecto que luego no lo es tanto. Material acaso no muy original, pero que aquí se moldea como un oscuro, opresivo, malsano cuento clásico en la estela de Poe; no cuesta, de hecho, ver en el antihéroe que compone Bogart un trasunto en clave noir americano de los homicidas carcomidos por la culpa de El corazón delator y, algo menos, El gato negro. Cine negro a redescubrir, escueto y más atento a la psique que a las balas. Bogart no llevaba razón.

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JESÚS BROTONS

PACK JOSEF VON STERNBERG 1928–1929
Josef Von Sternberg
Sotto Voce

“Nunca se ha inventado nada más engorroso de hacer que una película”, dijo en una ocasión Josef Von Sternberg, y aun así las hacía, siempre a su manera, enfrentándose con quien se terciara con tal de detentar un control creativo que a su modo de ver debía pertenecer al director, al director y a nadie más que al director: “La influencia determinante y la única influencia, ejercida despóticamente o no, que sostenga la valía de aquello que se ve en pantalla”. Muchas páginas se han escrito sobre el carácter autoritario —que llegaba, sí, al despotismo— de Sternberg, posiblemente uno de los primeros outsiders de Hollywood, un tipo con la personalidad imperiosa de los que se saben en posesión de la verdad artística en un mundo de talentos de bolsillo, pactos de conveniencia, siseñores y lagartos. Este pack de Sotto Voce, colección especializada en cine silente, atestigua que Sternberg no solo tenía las cosas claras sino que sabía cómo plasmarlas. La ley del hampa se tiene como una muestra de cine protonegro, una película de gánsters previa a todas las que llegarían en la década siguiente. La última orden, curioso, por lo pretérito, ejemplo de cine-dentro- del-cine, cuenta con protagonismo de Emil Jennings, primer ganador del Óscar por esta película, mientras que Los muelles de Nueva York es, de nuevo, un melodrama con coartada criminal que Sternberg pilotea con el pulso firme de los que saben adónde van y cómo llegar. Cine mudo que habla con la elocuencia de los grandes oradores.

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JESÚS BROTONS

THE ROYAL TENEMBAUMS
Wes Anderson
Criterion Collection

Aunque las razones estéticas siempre son destacadas en la obra de Wes Anderson, en The Royal Tenembaums llama la atención su agudo sentido para el casting y la dirección de actores. Si bien pareciera ser una mera estrategia publicitaria, cada actor terminó llevando esta película entre lo más alto de su hoja de vida. Ben Stiller, por ejemplo, quien generalmente protagoniza películas de pacotilla, aquí fue puesto a prueba interpretando al estricto Chas Tenembaum, dándonos como resultado una buena razón para considerarlo actor y no un impostor. Por su parte, Anderson aprovecha de Gwyneth Paltrow tanto su belleza como su talento y trae a la vida la delicia de personaje de Margot Tenembaum, una hermana adoptada que, como buena hermana adoptada, termina sacándonos tantos deseos ocultos. Finalmente, del rol de Royal Tenembaum, el miserable y adorable padre que intenta recobrar el lugar que perdió en la familia, se encarga el favorito de la crítica y veterano Gene Hackman, quien logra con lujo de detalles personificar el drama de la historia, enfrentando las emociones de amor y desprecio en el espectador. Un gran logro para Anderson. Esta belleza de película no pasó desapercibida para los  sofisticados amigos de Criterion, quienes sabiamente la incluyeron en su colección.

RICHIE WARRIOR