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Platicamos con Matt Heineman, director del documental 'Tierra de cárteles'

Pasó nueve meses en Michoacán, donde documentó el levantamiento y la caída de las autodefensas a través de los ojos de José Manuel Mireles. Disponible en salas de cine de México.

Matt Heineman es el director de Tierra de cárteles, un documental que como lo escuché decir cientos de veces durante los dos días que lo acompañé en México para el estreno de su película, trataba inicialmente de retratar una clásica lucha de buenos contra malos.

Sin embargo, la historia fue otra. Matt pasó nueve meses en Michoacán, tiempo durante el cual pudo registrar episodios fundamentales en el nuevo mapa político tanto del estado como del país: el levantamiento y la caída de las autodefensas a través de los ojos de José Manuel Mireles y con ello, el levantamiento y la caída de la esperanza en México, algo con lo que luchamos constantemente.

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El director nos mostró algunas fotos que Hans Maximo Musielik, cercano colaborador de VICE, le tomo durante su viaje a Michoacán. En este post mostramos dichas fotos y platicamos con Matt sobre la difícil labor de documentar a las autodefensas.

VICE: Tuviste la oportunidad de filmar a Mireles y a las autodefensas por casi nueve meses. ¿Formaste algún vínculo con estas personas?
Por supuesto. En esos nueve meses formé una relación con mis sujetos. La clave es siempre conservar la relación de cineasta y sujeto.

De todos los lugares donde te quedaste a dormir, ¿cuál fue el mejor y cuál, el peor?
Cada que había una cama y una regadera con agua caliente sentía que vivía como un rey. Pasamos muchas noches en el hotel principal de la plaza de Apatzingán. Creo que el peor lugar donde dormí fue en la entrada de cemento en casa del Chayo, el líder del cártel de los Caballeros Templarios.

Fuimos al primer operativo en la sierra, cuando las autodefensas estaban buscando al Chayo. Después de un trayecto sinuoso a la Sierra, rodearon su cabaña en la montaña y descubrieron que se acababa de ir hacía unos minutos.

Las autodefensas utilizaron estas cabañas como campamento base durante su búsqueda. Nunca voy a olvidar esa primera noche, cuando dormí en la entrada de su casa. Unos días antes, dormí dentro de uno de sus ranchos, en una recámara que se veía que era de una niña porque estaba repleta de muñecas. Dormí junto a un Daniel Fernández, un productor local, en una cama diminuta que estaba junto a otra cama donde durmieron un federal y un miembro de las autodefensas. Fue muy raro.

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¿Qué equipo y qué cámaras utilizaron? ¿Qué artefacto recomendarías a los jóvenes que quieren filmar documentales?
Grabamos casi todo el documental con una Canon C300. La cámara se cayó, se destrozó, recibió impactos de bala, se usó durante tormentas de arena, lluvias torrenciales y nunca falló. Usamos dos lentes para el 98 por ciento del documental: el Canon EF-S 17-55mm f2.8 y el Canon 24-105mm f4. También llevábamos lentes Canon 70-200mm y 2x extender para las secuencias adicionales. En algunas tomas especiales, utilizamos la Canon 7D (para lapsos de tiempo con soporte para vehículos) y la Canon 1DC (en un drone) y el adaptador Astroscope para visión nocturna.

¿Hubo algún momento en particular donde pensaste "Oh, mierda, no debería hacer eso"?
No tenía experiencia filmando situaciones peligrosas y Tierra de cárteles me llevó a lugares muy precarios. Estuve filmando en las calles de Michoacán y en laboratorios de metanfetamina en el desierto que parecían salidos de Breaking Bad, en medio de la nada, de noche. El punto de grabar solo o con grupos pequeños era capturar en tiempo real cada capítulo de las historias que están en un cambio constante, con la cámara en la acción y no sólo observando desde fuera. Fue una aventura salvaje y la grabación fue agotadora. La primera vez que estuve en una balacera, pensé: "¿En realidad estoy preparado para esto?" Pero después afloraron mis instintos y traté de enfocarme en el arte del rodaje (en el enfoque, la exposición, etcétera…), lo cuál me ayudo a mantener la calma en los momentos más intensos.

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Para los mexicanos en general, Michoacán fue una zona de guerra total durante todo este tiempo. ¿Tú qué opinas? ¿Crees que era una zona de guerra o que las personas iban a trabajar y llevaban una vida normal mientras unos cuantos tipos peleaban entre sí?
Como ya dije antes, nunca he estado en una "zona de guerra" pero normalmente en los conflictos armados hay una línea que divide las zonas de peligro con las zonas seguras. Sin embargo, en Michoacán, el conflicto armado era tan amorfo que podía ser un día completamente normal y de pronto, así, de la nada, estallaba la violencia. Me sorprendió ver cómo la gente se adaptaba a estar en peligro constantemente y aún así podía seguir con sus vidas.

Tu documental habla mucho sobre los ciclos. ¿Crees que el ciclo es infinito? ¿Crees que hay esperanza para las familias mexicanas en lugares como Michoacán?
A través del proceso de filmación, me di cuenta de que es poco probable que se detenga este ciclo de violencia y de narcotráfico. Pero sí veo esperanza para la gente que se levanta y protesta contra un gobierno que, en el mejor de los casos, apenas protege a la población, y en el peor de los casos, está coludido con los cárteles. A pesar de la atrocidad de los 43 estudiantes que asesinaron en el estado de Guerrero, veo esperanza en los cientos de miles de personas que marchan en las calles de la Ciudad de México en protesta.

Ve Tierra de Cárteles y consulta la cartelera para próximas funciones:

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Jueves 16 de julio

Cinemex Reforma: 11:30 AM | 04:10 PM | 09:00PM

Cinepolis Diana: 11:30 AM | 03:45 PM

Cinepolis Plaza Carso: 06:35 PM | 10:45 PM

Cinepolis Universidad: 02:05 PM | 06:25 PM