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Cultură

La realidad es una broma que ya me está poniendo nervioso

Un video de YouTube que te hace dudar de la realidad y usar este verso de Ricardo Castillo.

La realidad es una broma que ya me está poniendo nervioso.

Ricardo Castillo

El momento exacto en que la verdad murió.

Este es uno de esos videos virales que todo el mundo ama. Lo puse pero no lo van a ver. Carajo, dura cinco minutos con 14 segundos. ¿En serio pueden desperdiciar cinco minutos con 14 segundos de su vida? Podrían morir en cualquier momento. Cuando estés a punto de morir y veas pasar frente a tus ojos los momentos más importantes de tu vida como piedras que caen a toda velocidad al mar, vas a decir: "Mierda, desperdicié mucho tiempo sentado con las piernas cruzadas viendo videos de YouTube".

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Entonces recae sobre mí la tarea de describir los cinco minutos con 14 segundos del video. Pero no lo necesitan, ¿o sí? Ya saben qué va a pasar: un tipo —la clase de persona que se presenta con una cara larga en las fiestas como "bromista de YouTube" ("Hago bromas con mis amigos y las subo a YouTube. Mucha gente ve nuestros videos. Aunque una vez metí mi pito en una botella de Coca y tuvimos que ir al hospital") (También tenemos blogs de detrás de cámaras. No, espera, ¡regresa!")— vestido de conejo se esconde en una esquina, salta para espantar a la gente que va pasando y graba su reacción.

Porque es gracioso ver cómo se espanta la gente, ¿apoco no? ¡Si tan solo es un conejo! Sí, claro, nada más un conejo gigante del tamaño de un humano que sale de la nada y te grita en plena noche. ¿Por qué lloras? ¡Sólo es una broma! ¡Sólo una broma! ¡No es la muerte! ¡Tus reflejos humanos y tu instinto de supervivencia se activaron por una simple broma! ¡Vas a estar bien cuando la adrenalina deje de correr por tu torrente sanguíneo! ¿Puedes firmar estos papeles para que no tengamos que poner tu cara borrosa en el video?

Pero en 2015, los bromistas descubrieron qué se siente estar atrapados en una broma dentro de una broma. Un hombre de la tercera edad finge que tiene un paro cardiaco y el tipo vestido de conejo muestra un arrepentimiento genuino durante tres minutos porque cree que el hombre del paro cariado murió de forma horrible en el piso de un hospital. El estúpido vestido de conejo se pone a llorar en un parquímetro. Abatido, va y se sienta triste en una cerca. "Mate a una persona", piensa. Es un asesino. ¿Qué le van a hacer al hombre conejo en la cárcel? "Me van a sacar los riñones por el culo", piensa. "Soy la peor mierda del mundo. Maté a un hombre por un canal de YouTube de 600 mil suscriptores". Y entonces, cuando la generación Vine está a punto de sentir por primera vez esa cosa llamada culpa, alguien dice: "¡Mira quién viene ahí!", y sale el anciano vivo del hospital. Después todos se insultan y ríen.

¿Por qué los humanos tenemos esa necesidad tan grande de hacer bromas? Es lo que nos distingue de los animales. A diferencia de los chimpancés, de los delfines, de los pájaros y de las abejas, nosotros, los humanos, creemos que es divertido pasar una rasuradora por encima de la cabeza de un amigo y fingir que le cortamos el cabello. ¿Acaso hacer creer a nuestros amigos que mataron a una persona para que nuestro video se haga viral es el punto máximo de nuestra existencia?

Odio decir esto pero lo único que prueba el video de este idiota disfrazado de conejo es la falta de un dios. ¿Qué dios justo nos dejaría llegar a este punto? ¿No sería mejor apagar las luces antes de llegar hasta aquí? No existe un poder supremo. No hay motivos para ser bueno. Los bromistas de YouTube están fuera de control y están cagando sobre el concepto de la verdad. ¿Qué es real y qué no lo es? ¿Qué tal si estamos atrapados en un video dentro de un video dentro de otro video donde la mejor broma de todas es que creemos que tenemos libre albedrío? ¿Qué tal si la realidad que creemos conocer no es más que un experimento social estilo Truman Show planeado por El Terrible Sam Pepper? ¿Qué tal si estamos solos en el universo? ¿Qué tal si todos estamos recargados en una pared, fingiendo que tenemos un paro cardiaco mientras nos filman tres chicos flaquitos desde tres ángulos diferentes, una y otra vez, por toda la eternidad?

Bien hecho, humanidad. Al fin hiciste un video tan malvado que me hizo dudar de la realidad.

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