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El Gran Hermano Narco: los cárteles están creando sus propios sistemas de videovigilancia

Las autoridades de Reynosa, Tamaulipas, desmantelaron una red de cámaras de vigilancia operada vía internet que utilizaba un grupo criminal para vigilar a las fuerzas de seguridad del gobierno y la vida de los civiles.

Hace poco, las autoridades del estado de Tamaulipas desmantelaron una red de cámaras de vigilancia operada vía internet que utilizaba un grupo criminal para vigilar las fuerzas de seguridad del gobierno y la vida de los civiles. Según El Universal, el circuito cerrado de televisión estaba conformado por 39 cámaras y es un logro tecnológico sin precedentes en la carrera armamentista entre los cárteles y las autoridades, tanto mexicanas como estadunidenses.

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Las cámaras inalámbricas se podían controlar vía modem, contaban con tarjetas de video, codificador de datos, cables alimentadores de energía y estaban por todo el municipio de Reynosa, un codiciado punto de entrada para los cárteles que trafican drogas y personas a EU. Las cámaras se instalaron en postes de teléfono de Telmex y postes de luz de la Comisión Federal de Electricidad.

La policía del estado de Tamaulipas declaró que la red de videovigilancia estaba conectada a los cables eléctricos de las calles de Reynosa y obtenían internet a través de los cables de teléfono. Según un funcionario que prefirió mantenerse en el anonimato, las autoridades se dieron cuenta cuando revisaron sus propias cámaras de seguridad y vieron a un grupo sospechoso instalando cámaras en los postes de teléfono.

La policía estatal de Tamaulipas desmanteló la red ilegal los días 18 y 19 de mayo con apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional. Sin embargo, los integrantes del cártel desactivaron 18 cámaras en cuanto se percataron del operativo.

"Se iba a descubrir tarde o temprano", señaló Robert Bunker, un investigador del Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de EU. "Considerando la ubicación de los dispositivos, era lógico que durara poco tiempo".

Las autoridades desmantelando una parte de una red de videovigilancia que operaba de forma ilegal y que pertenecía a un cártel de Reynosa. Foto cortesía del gobierno de Tamaulipas.

Al momento de publicar este artículo había poca información disponible. ¿Cuántas personas se necesitan para construir y hacer que funcione una red de este tipo? ¿La red era segura o las autoridades podían filtrarse para ver su contenido? ¿Desmantelaron una red completa o solo era una parte de un sistema de vigilancia mucho más grande que aún no conocemos? La oficina de prensa de Tamaulipas se negó a responder de inmediato cuando les pedimos que hablaran al respecto.

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Según Bunker, cualquier cártel puede instalar una red de vigilancia como esta con tan solo unos cuantos millones de pesos, dependiendo de la calidad de las cámaras de vigilancia, del hardware de comunicación y del nivel de sofisticación del centro de control a donde está conectada la red. Dijo que un sistema de cámaras lujosas se podía adaptar para vigilar en la noche con vista infrarroja y zoom. También dijo que en internet es posible comprar cámaras de seguridad con rango de transmisión de casi 5 km, codificación integrada y escáner infrarrojo por menos de 100 mil pesos.

Tampoco se necesita mucha mano de obra para instalar y operar una red de vigilancia modesta de entre 40 y 50 cámaras.

"Un solo equipo del cártel puede instalar esta red en cuestión de una o dos semanas haciéndose pasar por el personal que hace mantenimiento público", señaló Bunker y añadió que el sistema podría llegar a ser "autosuficiente una vez que se los dispositivos tuvieran una fuente de electricidad", sin importar que la energía proviniera directamente del poste de electricidad o de paneles solares conectados a un sistema de batería de reserva.

Es necesario darle un mantenimiento de rutina a la red de vez en cuando. Pero el riesgo de ser descubiertos disminuye considerablemente cuando un cártel invierte en cámaras lujosas, antenas y todas las herramientas necesarias. Por último, Bunker dijo que para hacer funcionar una red de vigilancia como la que se desmanteló en Reynosa se necesitan al menos 6 ingenieros.

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"Si dos miembros del cártel vigilan estas cámaras en turnos de 8 horas, entonces, como mínimo, se necesita un equipo de seis personas con turnos rotados para vigilar las cámaras y cumplir con otras funciones de inteligencia que se requieran en el centro de operaciones".

No se sabe qué grupo criminal está detrás de la red de vigilancia clandestina en Reynosa. En su declaración, la policía estatal de Tamaulipas se negó a señalar al grupo responsable de la operación de contravigilancia. No obstante, considerando las disputas territoriales actuales entre los cárteles, es lógico sospechar que fue obra del Cártel del Golfo, un grupo delincuencial en la región de Tamaulipas al que se le atribuye una serie de secuestros de especialistas en telecomunicaciones, a quienes más tarde obligan a crear estaciones de radio secretas para los cárteles.

Lee: El departamento de telecomunicaciones del narco mexicano

Independientemente de quién haya creado la red, Bunker dijo que "lo más lógico es que cámaras con WiFi envíen la información a un centro de vigilancia ubicado en algún lugar dentro de la ciudad de Reynosa, como a un edificio industrial común y corriente al que no se le asocia con ningún tipo de actividad criminal".

De acuerdo con Bunker, si el responsable es el Cártel del Golfo, es probable que la división de inteligencia y comando de Reynosa haya sido la única que sabía sobre la red de videovigilancia.

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"La dirección IP de este centro de operaciones e inteligencia, que probablemente pertenece a los Ciclones, debe estar conectado a las cámaras con WiFi por medio de un sistema encriptado y anónimo con fines de seguridad", señaló Bunker.

Podemos suponer que la vista de Reynosa a la que tenían acceso los responsables era muy vasta. Según El Universal, antes de que la desactivaran, la red era capaz de vigilar 52 puntos de "alto impacto".

Algunos de estos puntos estaban ubicados en fraccionamientos, centros comerciales y avenidas principales, o sea, eran para vigilar a la sociedad civil. Sin embargo, la mayoría estaba frente a instalaciones del ejército, de la policía y varias oficinas de gobierno, incluyendo las oficinas de la Procuraduría General.

Según El Universal, tan sólo en la Colonia Las Fuentes se encontraron cinco puntos de vigilancia con un dispositivo que permite operar hasta cinco cámaras de forma simultánea en cada punto.

Foto cortesía del gobierno de Tamaulipas

El crimen organizado en México ya había empleado los sistemas de contravigilancia. Se sabe que los espías de los cárteles, conocidos como "halcones", utilizan un gran repertorio de tecnología de espionaje que va desde walkie-talkies encriptados diseñados para el ejército hasta binoculares que se pueden comprar en cualquier tienda. El hecho de que los cárteles hayan llevado la misma disputa al interior del país, con cámaras ocultas conectadas a internet para tener un mayor control y mejores estrategias, demuestra hasta donde están dispuestos a llegar para vigilar al sistema que los vigila.

"Supe que han habido cárteles que secuestran técnicos e ingenieros para que creen estaciones de radio", dijo Duncan Tucker, un periodista que trabaja en Guadalajara y ha colaborado con VICE News en algunas ocasiones. "Pero nunca había escuchado sobre una red de videovigilancia tan sofisticada como esta".

Es probable que esta sea la primera red de videovigilancia que abarca toda una ciudad y que fue creada por un cártel. También Bunker dijo que nunca antes había escuchado que un cártel utilizara esta clase de tecnología de vigilancia en un entorno urbano y que no le sorprendería que en un futuro, un cártel hackeara el sistema de vigilancia de una ciudad "sin que nadie se diera cuenta".

Es algo inevitable en un sistema de vigilancia que está atrapado en un circulo vicioso de vigilantes vigilando vigilantes.

"Es perfectamente lógico y resalta el ingenio de los cárteles", dijo Bunker. "Si las autoridades pueden usar una red de cámaras para monitorear la actividad de una ciudad, ¿qué impide que el crimen organizado haga lo mismo?".