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Viajé los últimos días de noviembre del 2015 a Guadalajara, Jalisco, la segunda ciudad más grande del México, donde conocí a Beverly McCarter, una mujer norteamericana de 65 años que trabaja como representante médica del doctor Fernando Guerrerosantos desde los Estados Unidos. De viva voz lo recomienda, pues trabaja con él desde el 2001 y éste le ha realizado diversas cirugías que la hacen ver más joven.Beverly es la intermediaria que engancha clientes a través de una página de internet, redes sociales y un número 01-800, y los envía a México para que se operen y a cambio recibe una comisión. Desde Carolina del Norte recluta a nuevos pacientes, trabaja electrónicamente y se anuncia en revistas locales. Siempre está en contacto vía telefónica o correo y atiende a los clientes norteamericanos durante todo el proceso."Este maravilloso trabajo me lo traspasó una aeromoza que no daba el óptimo servicio a los clientes. No conocía los términos médicos, ni las recomendaciones postquirúrgicas", cuenta."Cuando escuché la oferta de trabajo no lo dude ni tantito porque nuestra economía había bajado después del atentado del 11 de septiembre y yo no tenía entradas de dinero. Soy enfermera y sabía que podía hacer esto. Me considero una mercadóloga, no una bróker", platica Beverly durante su reciente visita a Guadalajara.
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El doctor afirma que en la actualidad recibe sólo a un 5 por ciento de pacientes norteamericanos, mientras que en años anteriores llegó a recibir a un 30 por ciento de la clientela extranjera. "El advenimiento de la violencia, sumado con la crisis norteamericana en 2009, hizo que los cirujanos norteamericanos retabularan y bajaran sus precios. Así ya no es tanta la diferencia económica entre venir, atenderse aquí y pagar un avión y hospedaje. Eso nos ha golpeado".De hecho, la visita de Beverly fue para planear una nueva estrategia comercial que atraiga más pacientes extranjeros, me confesaron ambos.
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"Es una gran oportunidad de negocio. He conocido a gente de todo el mundo: Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Alemania, a todos los he traído aquí porque yo no cuento historias, cuento la verdad. Les explico que el doctor hace todo lo que tiene a su alcance y que cada paciente sana diferente. Si ocurre un problema tienen mi número. Estoy pendiente antes de que lleguen a Guadalajara, durante su estancia y después de ella", dice Beverly.Por ahora, la estrategia de Beverly es reactivar el turismo médico, a través de un portal de internet que sea compartido con el doctor Guerrerosantos. "Debemos hacer una página juntos con la opción del idioma inglés y español. Algunos clientes me cuentan que se les complica marcar a un teléfono con una lada diferente y con una operadora contestando en español. Aunque trabajamos juntos, lo que hacemos es diferente: él embellece y yo atraigo clientes".Al despedirme de Beverly, ella me da consejos para que mi hinchazón, a causa de la cirugía, disminuya y entiendo que en este negocio todos se benefician. El doctor gana, Beverly gana, las familias tapatías ganan con la prestación de servicios y el paciente también gana, todo sea con tal de lucir y sentirse mejor.