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Cultură

El gran negocio de la belleza en Guadalajara

Algunos extranjeros prefieren viajar a Guadalajara porque las cirugías son más baratas.

Todas las fotos por la autora.

Hace unas semanas decidí recurrir a un cirujano plástico para que me retirara las bolas de Bichat, esas bolsitas de grasa que están localizadas en las mejillas y que al extraerlas se te afila el rostro.

Fui con el doctor Fernando Guerrerosantos quizás porque acompañaba en los quirófanos a su afamado padre, José Guerrerosantos El padre de la cirugía, desde que tenía 11 años y eso le ha dado una gran experiencia; o quizás porque una actriz porno siria que radica en Los Ángeles se operó con él o porque es famoso por recibir pacientes anglosajones. Todos esos testimoniales me animaron a elegir al cirujano plástico indicado.

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Viajé los últimos días de noviembre del 2015 a Guadalajara, Jalisco, la segunda ciudad más grande del México, donde conocí a Beverly McCarter, una mujer norteamericana de 65 años que trabaja como representante médica del doctor Fernando Guerrerosantos desde los Estados Unidos. De viva voz lo recomienda, pues trabaja con él desde el 2001 y éste le ha realizado diversas cirugías que la hacen ver más joven.

Beverly es la intermediaria que engancha clientes a través de una página de internet, redes sociales y un número 01-800, y los envía a México para que se operen y a cambio recibe una comisión. Desde Carolina del Norte recluta a nuevos pacientes, trabaja electrónicamente y se anuncia en revistas locales. Siempre está en contacto vía telefónica o correo y atiende a los clientes norteamericanos durante todo el proceso.

"Este maravilloso trabajo me lo traspasó una aeromoza que no daba el óptimo servicio a los clientes. No conocía los términos médicos, ni las recomendaciones postquirúrgicas", cuenta.

"Cuando escuché la oferta de trabajo no lo dude ni tantito porque nuestra economía había bajado después del atentado del 11 de septiembre y yo no tenía entradas de dinero. Soy enfermera y sabía que podía hacer esto. Me considero una mercadóloga, no una bróker", platica Beverly durante su reciente visita a Guadalajara.

Fernando Guerrerosantos y Beverly McCarter.

Los bajos costos y la proximidad con los Estados Unidos son los principales motivos para que elijan Guadalajara como un destino clave para embellecerse a un menor precio.

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Jalisco cuenta con 450 cirujanos plásticos certificados de los 1,402 que existen en el país, lo que atrae a gran parte del turismo médico. Gracias a esto, las familias locales también se benefician al brindar servicios de alojamiento a los viajeros, en un promedio de hasta 20 días, tras la intervención quirúrgica.

Tan sólo en 2014 se realizaron 900 mil cirugías en México, siendo las más solicitadas el aumento mamario, liposucción, abdominoplastía y cirugía de nariz y parpados, según datos de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica y Reconstructiva (AMCPER).

"Es un fenómeno de infraestructura. A nivel federal son 13 escuelas de las cuales cuatro están aquí en Guadalajara. La principal de todas, el Instituto de Cirugía Reconstructiva, se encuentra aquí y gradúa entre 12 y 14 doctores al año, mientras las del resto del país gradúan de dos a tres doctores al año", explicó Guerrerosantos.


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El doctor afirma que en la actualidad recibe sólo a un 5 por ciento de pacientes norteamericanos, mientras que en años anteriores llegó a recibir a un 30 por ciento de la clientela extranjera. "El advenimiento de la violencia, sumado con la crisis norteamericana en 2009, hizo que los cirujanos norteamericanos retabularan y bajaran sus precios. Así ya no es tanta la diferencia económica entre venir, atenderse aquí y pagar un avión y hospedaje. Eso nos ha golpeado".

De hecho, la visita de Beverly fue para planear una nueva estrategia comercial que atraiga más pacientes extranjeros, me confesaron ambos.

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"Los norteamericanos hacen planes a mediano o largo plazo. Hacen su cita no antes de tres meses del día que quieren verme. Se organizan más, lo quieren todo por escrito y el mexicano no. Con el paciente norteamericano ya casi todo está entendido y leído por ellos mismos. Al mexicano hay que explicarle todo, son consultas más largas. Es una cuestión cultural", cuenta el cirujano plástico.

Con el conocimiento médico y quirúrgico, Beverly tiene experiencia directa con los pacientes, habilidad en mercadotecnia y atención al cliente, y da seguimiento y asesoría sin abandonar al paciente.

Se encarga de todo: vuelos, hospedaje, el contacto con el chofer, agenda las citas con el doctor, realiza un calendario especifico de cuándo será su cirugía y les explica el proceso por el que van a atravesar hasta su recuperación. Cuantifica el tiempo que deben durar en México, hace la conversión de dólares a pesos y realiza el historial clínico de cada paciente.

"Soy súper organizada. Lo primero que hice fue conseguir una webpage y unos folletos hermosos del doctor, tenía mi 01-800, siempre me publicitaba y funcionó. Comencé a tener cientos de llamadas, porque operarse en Guadalajara es muy barato y en mi país muy caro.


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"Es una gran oportunidad de negocio. He conocido a gente de todo el mundo: Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Alemania, a todos los he traído aquí porque yo no cuento historias, cuento la verdad. Les explico que el doctor hace todo lo que tiene a su alcance y que cada paciente sana diferente. Si ocurre un problema tienen mi número. Estoy pendiente antes de que lleguen a Guadalajara, durante su estancia y después de ella", dice Beverly.

Por ahora, la estrategia de Beverly es reactivar el turismo médico, a través de un portal de internet que sea compartido con el doctor Guerrerosantos. "Debemos hacer una página juntos con la opción del idioma inglés y español. Algunos clientes me cuentan que se les complica marcar a un teléfono con una lada diferente y con una operadora contestando en español. Aunque trabajamos juntos, lo que hacemos es diferente: él embellece y yo atraigo clientes".

Al despedirme de Beverly, ella me da consejos para que mi hinchazón, a causa de la cirugía, disminuya y entiendo que en este negocio todos se benefician. El doctor gana, Beverly gana, las familias tapatías ganan con la prestación de servicios y el paciente también gana, todo sea con tal de lucir y sentirse mejor.