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- Anunciaron un show en el Madison Square Garden que se vendió en cuestión de horas. Según James Murphy todas las entradas las habían comprado para revenderlas así que anunció otros 4 shows pre-Madison Square Garden para asegurarse que todo el mundo pudiera ir a despedirlos.
- Su concierto final fue editado en DVD y aparte se grabó un documental sobre las 48 horas que precedieron y siguieron al concierto.
- Además de todo esto, el concierto fue publicado en un set de 5 jodidos vinilos (3 horas de música, 28 canciones) que ahora se vende en Amazon por 2500 pesos.
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Así que, 6 cafés más tarde, este ciclo separación-reunión me ha llevado a una conclusión: es una cuestión de tiempo que empiece a existir una combinación de músico y máquina (autónoma de su creador). Es decir, igual que Facebook puede almacenar todos nuestros gustos, clicks, mensajes, palabras más usadas, preferencias, preocupaciones, etc. para construir una simulación de nuestra personalidad, es cuestión de tiempo que un músico sea capaz de fabricar un programa que produzca de forma independiente música dentro de unos parámetros fijados.James Murphy podría crear un programa diseñado para emitir cada 3 años unos 45 minutos de música que encajen dentro del estilo que le haya programado, igual que el LA Times usa un algoritmo para redactar noticias sobre terremotos.
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Por poner un posible uso actual: El Guincho saca su nuevo disco este mes, Hiperasia, que supone un cambio de estilo respecto a su LP anterior Pop Negro. En la sección de comentarios de su último single, algunos fans le reclaman haber traicionado su sonido y dejado atrás el estilo tropical de sus primeros discos. En el futuro que esbozo en este artículo, Pablo Díaz-Reixa habría creado una máquina que produjese música tropical y que ahora estaría publicando Pop Negro II, y por otra parte, tendría una máquina distinta que sería responsable de Hiperasia y sus secuelas. Así, los fans de ambos sonidos quedarían satisfechos, el creador podría avanzar en su trayectoria personal y la disquera ganaría el doble de dinero.
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En ese futuro hipotético, la música perdería su valor en el sentido tradicional que alguna gente concibe hoy en día. Sin componente humano, la discusión sobre habilidad o virtuosismo sería relegada a una discusión técnica sobre circuitos y diseño de la maquina musical. El único valor que se le podría asignar a la música sería aquel que cada uno le diera en función de su experiencia. La crítica musical desaparecería ya que la valoración del objeto musical sería exclusivamente subjetiva.Por lo tanto, alégrate. La crítica pedante tiene/tenemos los días contados y nos espera un futuro con música en abundancia y libre de barreras físicas o espaciales. Bueno, o no, sólo es una teoría.Nicolás Prados escribe en YoungVibez.