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¿y ahora quién es el pringado?

La estrella del póker que superó el bullying para convertirse en millonario

Ser el listillo de clase puede ser jodido durante tu etapa escolar... pero a base de esfuerzo puede convertirte en una máquina de ganar dinero y un gran ejemplo de superación gracias al póker.
René Velli

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En mayo de 2015, Charlie Carrel, de 21 años, ganó más de un millón de euros jugando a póker. En la gran final del PokerStars European Tour —un evento cuya inscripción cuesta más de 25 000 euros— venció a otros 215 jugadores para llevarse el bote de la competición. Como era un chavalín que acababa de ganar una cuantiosa suma de dinero, los medios del Reino Unido y su Jersey natal, donde nació Carrel, se hicieron eco de su suculenta recompensa.

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"Fue extraño ver mi rostro en todas partes", explica Charlie al reflexionar sobre los artículos publicados en medios como The Sun y LadBible, que según él describían su éxito más como un premio de la lotería que no un éxito cosechado tras años de entrenamiento y estudio. "Creo que no hicieron un buen trabajo a la hora de capturar algo significativo sobre mí".

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Charlie ya gozaba de renombre en el mundo del póker antes de triunfar en Montecarlo. Terminó en quinta posición en un torneo realizado en Malta dos meses antes en el que consiguió 180 000 euros y ganó un torneo en Londres en noviembre de 2014 para embolsarse 100 000 euros.

Final tabled the 25k in Dublin - Going into tomorrow 3/8. 500k up top :) pic.twitter.com/g8sBMlQfmk
— Charlie Carrel (@CharlieCarrel) February 14, 2016

"Lo bonito es que nadie se da cuenta de la suerte que tiene al ganar un torneo así", asegura Charlie. "Sientes que lo has hecho bien, pero el sesgo y las emociones humanas nublan demasiado nuestro juicio como para acabar de comprenderlo". Habla como un genio, y de hecho lo es.

Charlie nació en Jersey en 1993 y vivió allí hasta los siete años, cuando su familia se mudó a Londres. Al ser un niño muy inteligente tuvo que soportar lo mismo que han soportado otros como él: ser víctima de un bullying despiadado durante gran parte de su etapa escolar. "Ser inteligente y no contar con la capacidad social para ocultarlo es una mala combinación", admite. "Sufrí mucho durante mi etapa en la escuela".

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Según Charlie, sin embargo, el acoso escolar acabó siendo algo positivo.

"No tener más de un amigo durante un largo periodo de tiempo fastidió mi desarrollo emocional y social", explica. "Desarrollé un mecanismo de defensa y ahora puedo desconectar mis emociones. Un ejemplo aplicado al póker es el hecho de no sentir el estrés ni la presión cuando estoy en las finales. Puedo apagar esa sensación".

Charlie saltó de afición en afición a lo largo de su adolescencia, centrando toda su atención e inteligencia en una actividad concreta hasta que se aburría. De lo único que no se cansó fue del póker.

Su introducción al juego no es distinta a la de otros jóvenes prodigios: empezó con un depósito de unos 15 euros en un sitio web especializado y poco después ganó su primer torneo. Eran 50 euros de nada, pero ya no tuvo que depositar ni un céntimo en su cuenta.

De esa cifra —que en perspectiva es ridícula— pasó a tener más de 1 000 euros, y así fue escalando posiciones y amasando una pequeña fortuna. Los medios ya se fijaron en el niño y su tremenda habilidad, pero de nuevo no explicaron que lo suyo no tenía nada que ver con un golpe de suerte.

"Mi vida social quedó aniquilada por culpa del póker", cuenta Charlie. "Perdí contacto con el 90% de mis amigos porque sabía que el póker iba a ser una de las cosas más importantes de mi vida".

Cuando tenía 19 años, y con algunos resultados aceptables en su haber, a Charlie se le ocurrió un plan: se mudaría de nuevo a Jersey para vivir con su abuela y no marcharía de allí hasta que fuera rico. "Tenía una cuenta con algo más de 2 000 euros y el objetivo de no irme de Jersey hasta que juntara más de 90 000", relata. "Los únicos puntos que tenía para socializar eran los diversos grupos de Skype y de estudio en los que participaba para aprender más sobre el juego y desarrollar un enfoque más equilibrado. Obviamente, mis habilidades sociales se deterioraron junto a mi vida social".

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Por suerte, el estudio minucioso rindió sus frutos: cuando llevaba dos tercios de su meta ganó 150 000 euros en el Sunday Million, el mayor torneo online de una semana.

Ben Heath y Charlie Carrel celebran el triunfo del segundo en Montecarlo. Imagen vía PokerStar"

De repente me llegaron mensajes de personas que conocí una vez en un festival, de personas que me hacían bullying en el cole, de familiares lejanos con los que no había hablado nunca y de desconocidos", recuerda ahora. Charlie, por supuesto, les envió a la mierda y después invitó a sus verdaderos amigos a un viaje a Ámsterdam.

Mientras escribo esto, Charlie está en Jersey junto a su familia a pesar de que se están disputando las World Series of Poker (WSOP) en Las Vegas. La carrera de un jugador de póker se suele valorar por la cantidad de victorias que acumula en el WSOP, así que Charlie —considerado hoy en día uno de los mejores jugadores jóvenes— no esté en él ha sido toda una sorpresa en el mundillo.

"Ha sido una de las decisiones más difíciles, pero también una de las mejores que he tomado", comenta. "Me ha permitido explorar nuevas cosas como el jiu-jitsu, la cocina, el deporte y la escritura creativa. Lo más importante es que he podido pasar un tiempo con mi familia".

Con 22 años, Charlie tiene más dinero en su cuenta de lo que la mayoría de nosotros —y los listillos que se metieron con él en la escuela— va a ganar en toda su vida… ¿Qué planes tiene ahora?

"No tengo idea de lo que depara el futuro", comenta. "Tengo tantos planes que es imposible tener tiempo suficiente para llevarlos todos a cabo. Lo que me entusiasma son los infinitos resultados que depara el futuro".

Sigue al autor en Twitter: @J_W_Stanton