El volante está sobrevalorado. Es más: es decadente. Burgués, incluso. Un lujo, vamos. ¿Queréis que os lo demuestre? Aquí va la prueba irrefutable:Este conductor de ralis polaco deja claro que esto de tener una especie de rueda para guiar el coche es absolutamente superfluo. Después de que el volante saltara de su soporte tras una curva pronunciada, el conductor valora las posibilidades… y como es lógico, decide continuar. ¡Al cuerno con las convenciones, la sencillez al poder! ¡Abajo el régimen de los volantes!Por cierto, no os perdáis la cara de 'WTF?' que se le queda al conductor cuando nota que el volante se ha desprendido. Es algo como, "mierda, esto me pasa por comprar volantes del Lidl". El próximo día que sean del Mercadona al menos. O mejor del colmado de la esquina, que así ayudamos al pequeño comercio.